La experiencia es uno de los activos de los emprendedores de cierta edad

Cómo los mayores de 45 años pueden superar sus temores a emprender

En muchas ocasiones, los mayores de 45 años se muestran reacios a emprender porque necesitan un cierto grado de flexibilidad laboral, temen perder los ahorros de su vida y se sienten inseguros frente a las nuevas tecnologías

Cómo los mayores de 45 años pueden superar sus temores a emprender
Personas mayores, trabajadoras.

Montar un pequeño negocio a partir de las capacidades, experiencia, hobbies e intereses, es decir, de lo que a uno le gusta o sabe hacer, es, cada vez más, una opción de salir del paro para las personas de más de 45 años. Y puede ser, también, una fuente adicional de renta para los mayores de 65 años con la que complementar su pensión de jubilación. De hecho, en los países occidentales se promueve cada vez más que los mayores se lancen a emprender.

El problema es que, en muchas ocasiones, las personas de cierta edad se muestran reacias a convertirse en empresarios porque necesitan un cierto grado de flexibilidad laboral, temen perder los ahorros de su vida en el proyecto empresarial y se sienten inseguras frente a las nuevas tecnologías, según indica Linda Singer, cofundadora de Workhoppers.com, una web especializada en ayudar a las personas de edad con sus cuestiones laborales o empresariales y en proporcionar a las empresas trabajadores locales cuando los necesiten. Para Linda Singer, estos obstáculos, sin embargo, pueden superarse con mucha más facilidad de lo que uno se imagina y explica cómo.

Empecemos por la flexibilidad. Una de las principales preocupaciones a la hora de embarcarse en un proyecto empresarial es que haya que dedicarle 24 horas diarias todos los días de la semana, cuando las personas de edad ya sueñan, o necesitan, una vida laboral más flexible que les permita disponer de tiempo para sí mismos. No todos los negocios, empero, necesitan tanta dedicación. Por ello, si una persona quiere un estilo de vida más flexible, existen, al menos, cuatro tipos de negocio que puede considerar: asesoría y consultoría, freelance, comercio electrónico y negocios que se puedan gestionar desde casa.

En cuanto al temor de perder el dinero ahorrado durante toda una vida, sobre todo ahora que el futuro de las pensiones públicas en España es tan incierto, lo que recomienda Linda Singer es comprometerse uno mismo a no invertir en su idea de negocio más de lo que está dispuesto a perder. Lo ideal, indica, es poner la menor cantidad posible de ese dinero ahorrado. ¿Cómo conseguirlo? Se pueden buscar subvenciones y ayudas públicas o se puede pedir a los familiares y amigos que inviertan en el proyecto, considerándolo como una apuesta con la que ganarán dinero si las cosas salen bien.

Ahora bien, no olvidemos que estamos hablando de personas con experiencia y capacidades, que saben hacer cosas. Esa experiencia les puede permitir detectar oportunidades de negocio, así como evitar errores que han llevado al fracaso empresarial a otras personas más inexpertas. Esto abre la posibilidad de conseguir inversión de un business angel, esto es una persona o grupo de personas que puede aportar recursos en forma de capital. También se puede acudir a una plataforma de crowdfunding en busca de esa financiación.

Además, puede contemplarse otra posibilidad, que es la de montar un negocio que requiera muy poca inversión, como una asesoría, una página de comercio electrónico o un negocio en casa.

Por lo que se refiere a la tecnología, hay que admitir que cambia con tanta rapidez que, a veces, uno puede llegar a sentirse abrumado cuando se enfrenta a ello. Pero para empezar un negocio en realidad solo se necesitan dos tipos de herramientas: las que ayudan con la gestión y las relacionadas con el marketing y la comercialización.

Entre las primeras se encuentran los sistemas telefónicos basados en una web que ofrecen servicios de atención de llamadas e, incluso, pueden desviarlas al teléfono móvil. También están las posibilidades que ofrece la nube, por ejemplo, para la gestión de los clientes o la contabilidad.

Las herramientas de marketing, por su parte, están pensadas para promover el negocio. En este sentido, lo primero es crear una página web. Después hay que promover la empresa o los productos y servicios que ofrece a través de las redes sociales. Para ello conviene familiarizarse con Facebook, Twitter y LinkedIn. Por último, conviene investigar los programas de marketing a través del email, que hay muchos y baratos.

Estos consejos, por supuesto, no solo se aplican a la gente de edad, sino a todo el mundo.

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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