«El 75% de los nuevos empleos en España van a venir de la mano de las startups. El futuro pasa por el conocimiento, y para eso necesitamos un espacio para la innovación». Son las palabras de Eric Schmidt, presidente mundial de Google, durante la última jornada de The South Summit, un encuentro en el que se han dado cita emprendedores, grandes empresarios e inversores y que ha contado con la presencia de los 35 fondos de inversión nacionales e internacionales más destacados. Es decir, que The South Summit, es la gran fiesta que se han dado en Madrid las startups y que ha congregado a más de 6.500 asistentes procedentes de 25 países del mundo. Pero, ¿qué son las startups? ¿Qué importancia tienen para que el propio presidente de Google se refiera a ellas en esos términos?
Pues, en primer lugar, que Google comenzó siendo una startup, igual que Twitter, Tuenti, Facebook o Privalia. El término de startup puede aplicarse a cualquier tipo de compañía pero normalmente define a las que tienen un fuerte componente tecnológico, es decir, que están vinculadas directamente con Internet y las TICs (tecnologías de la información y las comunicaciones). Por lo general, este tipo de empresas tratan de explotar nichos de mercado con un recorrido potencialmente alto, pero delimitado en el tiempo. Por ejemplo, una herramienta o aparato tecnológico que esté de moda.
Algo que define claramente a estas empresas es la organización del personal. La startup cuenta, no solo en su plantilla, sino también en su cúpula de dirección, con profesionales altamente especializados cada uno en su sector sin miedo a los cambios y con una gran cintura para adaptarse a los requerimientos del mercado. En cuanto a la financiación, la gran mayoría no recurren a las fuentes habituales como los créditos bancarios u otras alternativas tradicionales. La fórmula más utilizada es la aportación de capital por parte de los inversores a cambio de una participación en la empresa.
En la esfera del emprendimiento, incluidas las starptups, hay una amplia variedad. Desde el entorno más cercano y, con toda probabilidad, el más implicado con el proyecto empresarial del emprendedor. Son los amigos y familiares y ellos protagonizarán la primera ronda de financiación. Es lo que se conoce como las 3 F´s (‘Friends, Family and Fools’ o, traducido, ‘Amigos, Familiares y Tontos’). Es el caso por ejemplo de Google, cuyos fundadores contaron con la participación y aportación inestimable de un gran amigo común que, curiosamente, fue después uno de los fundadores de Yahoo. Esto ocurre en una primera etapa hasta que, una vez más consolidado el proyecto, aparecen el venture capital o private equity, esto es el inversor que toma una participación significativa y aporta dinero para que la empresa se desarrolle y crezca.
Al tratarse de negocios pequeños pero con un potencial enorme, las startups atraen a muchos inversores particulares que colocan capital propio de forma directa en ese negocio que ellos creen que puede prosperar. Son conocidos como Business Angelsy lo más frecuente es que por sus aportaciones tengan derecho a una parte de la empresa en forma de acciones o participaciones, con la idea de que en el futuro crezca exponencialmente.
Los Business Angels normalmente diversifican sus aportaciones en distintas startups, con la idea de que alguna de ellas supere expectativas y lleve a máximos la rentabilidad de su inversión. Lo cierto es que, en este sentido, y sin necesidad de hacer grandes aportaciones, la experiencia dice que es posible generar importantes beneficios ya en los primeros años de vida empresarial.
Finalmente, y si el negocio prospera, muchas de estas pequeñas empresas, de gigantes ideas, son compradas por otras compañías más grandes generalmente de su sector.
