Pueden encontrar financiación en la economía colaborativa

Emprendimiento, una fuente de renta para la jubilación

Los emprendedores de edad cuentan con ventajas: como redes de contactos de trabajo más desarrollas, o un conocimiento del sector mejor y más profundo

Emprendimiento, una fuente de renta para la jubilación
Personas mayores EP

El emprendimiento es una oportunidad para las personas mayores de complementar su pensión pública con otra fuente de ingresos, de prolongar su vida laboral y de incrementar su inclusión social. Dados los problemas que el envejecimiento de la población está planteando a los sistemas públicos de pensiones en la mayor parte de los países desarrollados, éstos, de una u otra forma, están explorando las posibilidades que ofrece el impulso al emprendimiento entre los tramos de mayor edad de la población.

Según las conclusiones de un Eurobarómetro de la Unión Europea dedicado al emprendimiento, el 91,3% de los españoles mayores de 50 años nunca ha considerado la posibilidad de convertirse en emprendedor, frente a un 83,6% de media en los 35 países analizados en el estudio, que incluye a los 28 estados miembros de la UE, más Noruega, Suiza, Islandia, Turquía, Estados Unidos, Japón, China y Corea del Sur. El Eurobarómetro indica también que el 3,8% de los mayores españoles estaría considerando emprender una actividad empresarial, lo que supone el 23% del total de personas que lo estarían pensando en España.

Estos porcentajes son del 8,5% y del 40%, respectivamente, para el conjunto de países estudiados. Por último, el 5% de los mayores españoles (8% para el total de países que abarca el estudio) estaría dando los primeros pasos para iniciar una actividad empresarial, el 56% del total de las personas que lo están haciendo en nuestro país (50% de promedio de los países del estudio).

De estos datos se desprende que la vocación empresarial en España es menor que en la mayor casi todos los países desarrollados (sólo Bélgica tiene un porcentaje mayor de personas que no han considerado nunca emprender una actividad empresarial). Y aunque la vocación empresarial es menor entre las personas mayores que entre los jóvenes, no se trata, ni mucho menos, de un fenómeno marginal si tenemos en cuenta que más de la mitad de las personas que, efectivamente, dan los primeros pasos para iniciar un negocio son, precisamente, los mayores. Y esto es así porque cuanto más edad tiene una persona, menos probable es que esté dispuesta a demorar la puesta en marcha de su iniciativa empresarial porque, teniendo en cuenta su horizonte vital, le queda menos tiempo para disfrutar de los beneficios que su idea genere.

Los emprendedores de edad cuentan con una serie de ventajas en relación con los más jóvenes, según un estudio de la OCDE titulado Senior Entrepreneurship. De acuerdo con el informe, los mayores cuentan con cuatro ventajas: redes de contactos de trabajo más desarrollas, mayor experiencia laboral y un conocimiento del sector mejor y más profundo, así como un nivel de cualificación técnica y de gestión más alto.

Las redes de contactos pueden ser de ayuda a la hora de movilizar recursos, conseguir apoyos y ayuda y establecer relaciones de negocio viables. La capacidad técnica y de gestión, así como el conocimiento del sector, pueden contribuir al éxito de la aventura empresarial. Por ejemplo, la experiencia en materia de gestión puede ayudar a los emprendedores de edad a evitar los problemas y peligros que suelen acechar a las personas que no están familiarizadas con el negocio. De la misma forma, un conocimiento profundo de un sector puede ayudar a la persona a identificar las carencias de sus competidores y a encontrar nuevas oportunidades de negocio.

Los principales problemas a los que se enfrentan los emprendedores de edad, según el Eurobarómetro, son la falta de apoyo financiero, la complejidad de los procedimientos administrativos a la hora de poner en marcha una empresa y la falta de información sobre cómo empezar un negocio.

La complejidad de los procedimientos es cuestión de las administraciones públicas, que deberían simplificarlos. No obstante, las patronales y las cámaras de comercio ofrecen ayuda en este sentido. La financiación pública, por ahora, brilla por su ausencia, pero un emprendedor mayor puede acudir a la economía colaborativa, por ejemplo, al crowfunding.

 

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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