La cifra de separaciones crece año tras año

Los divorcios encarecen las hipotecas

Los bancos incluyen cada vez más como un riesgo en relación con los préstamos hipotecarios la evolución de las separaciones matrimoniales o de las parejas, porque estas situaciones en muchos casos se traducen en impagos de las hipotecas

Los divorcios encarecen las hipotecas
Piso en venta. EP.

Al mercado inmobiliario no solo le afectan los cambios en los factores económicos y demográficos que influyen en la demanda de viviendas. También inciden en él los cambios sociológicos en lo que se refiere a la familia española, los cuales pueden tener un impacto muy importante sobre las condiciones de compraventa de las casas.

Empecemos por los divorcios. En Europa, desde hace tiempo, los bancos incluyen cada vez más como un riesgo en relación con los préstamos hipotecarios la evolución de las separaciones matrimoniales o de las parejas, porque estas situaciones en muchos casos se traducen en impagos de las hipotecas. Puede ser porque a uno de los cónyuges le resulte imposible afrontar por sí solo el pago de la letra del piso; o porque no pueda seguir pagando la parte correspondiente de la misma y, a la vez, afrontar el alquiler o la compra de una segunda vivienda para él o ella si el otro se queda con el domicilio conyugal. Sea cual fuere la razón, lo cierto es que los bancos europeos tratan de protegerse cada vez más frente a esta situación y lo tienen en cuenta a la hora de conceder créditos hipotecarios.

En España, la tasa de divorcios en 2013, el último dato disponible, fue del 2,1 por mil, de acuerdo con las cifras del INE, hasta sumar un total de 100.437 divorcios, separaciones y nulidades, una cifra que crece de forma constante a lo largo de los años, excepto en los primeros ejercicios de la crisis. En consecuencia, las rupturas de pareja suponen un riesgo creciente para las entidades crediticias españolas.

Este riesgo, además, se amplifica por un hecho adicional. Según las estadísticas sobre vivienda que publica el Banco de España, en estos momentos las familias deben dedicar el 34,8% de sus ingresos anuales al pago de la hipoteca. Este porcentaje podría no parecer demasiado algo, pero si se hace un simple cálculo, por burdo que sea, puede apreciarse en verdad que los precios inmobiliarios, a pesar de lo que han caído, todavía siguen siendo disparatadamente altos. Se trata, simplemente, de hacer una suposición muy sencilla: los dos cónyuges ganan lo mismo, lo que supone que si cada uno de ellos tuviera que comprar esa misma casa con su sueldo, tendría que dedicar a la letra del piso el 69,6 % de sus ingresos anuales. Rápidamente se deduce que solo aquellos con rentas muy altas podrían afrontar un pago de tal magnitud.

En consecuencia, en un contexto de precios de la vivienda todavía muy elevados, el crecimiento constante de los divorcios supone un riesgo adicional para las entidades crediticias que afecta negativamente a la concesión de créditos hipotecarios y a las condiciones de los mismos.

Otro elemento importante que hay que tener en cuenta es la composición de los hogares. La familia tradicional, esto es, la pareja y los hijos, sigue siendo mayoritaria, pero ya solo un 31,8% de los hogares tiene esta estructura, según los datos del INE. Otras modalidades están ganando peso de forma acelerada.

Así, siempre de acuerdo con las cifras del INE, los hogares unipersonales suponen ya el 23,2% del total. A su vez, los hogares de familias monoparentales representan ya el 9,3%. Por su parte, las parejas que no tienen hijos ascienden al 21% de los hogares y aquellas otras con un solo vástago suman el 16,3%. En resumen, en el 69,8% de los hogares vive menos gente que en aquellos otros que se corresponden con la estructura de la familia tradicional. Esto implica que necesitan viviendas de menos habitaciones, por las que pagan menos dinero al tener menos metros cuadrados. Esto implica también que resulta más difícil vender viviendas de tres, cuatro o más dormitorios porque hay cada vez menos demanda de las mismas.

Los cambios sociológicos en todo lo relacionado con la familia, por tanto, tienen un impacto importante sobre el mercado de la vivienda.

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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