El director de Recursos Humanos de Kutxabank, Fernando López de Eguilaz, y el director de servicios de auditoría interna del banco, Roberto Moll, han prestado declaración este viernes ante la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Bilbao, Ana Isabel Alvarez Fernández, en relación con las diligencias abiertas por los pagos supuestamente irregulares, por importe de 243.592 euros, de la entidad financiera al exdelegado del Gobierno, Mikel Cabieces.
López de Eguilaz y Moll han declarado como testigos después de que este jueves lo hicieran como imputados Cabieces, el expresidente de Kutxabank, Mario Fernández –en cuyo mandato se realizaron los pagos– y el abogado Rafael Alcorta, cuyo despacho asesora a la entidad bancaria, y a través del que se realizaron las retribuciones al exdelegado del Gobierno. La magistrada citó como imputados a Cabieces, Fernández y Alcorta, después de que la Fiscalía vizcaína presentara denuncia. El ministerio público tomó declaración de estas tres personas como testigos, tras haber tenido conocimiento de los pagos supuestamente irregulares por Kutxabank, y consideró que podían haberse cometido delitos de administración desleal, apropiación indebida o falsedad en documento mercantil. Los imputados han rechazado en sede judicial que haya habido actuación irregular alguna, y han afirmado que se han realizado por Cabieces los trabajos por los que se le pagaron como «colaborador externo» del bufete. Mario Fernández, que ha asegurado que esto forma parte de «una caza de brujas» contra él y ha arremetido contra el actual presidente de la entidad financiera, Gregorio Villalabeitia, admitió que era una práctica habitual que a personas vinculadas a la lucha antiterrorista se les posibilitara «una salida profesional» al abandonar su cargo, como fue el caso de Mikel Cabieces. Una vez que dejó la Presidencia y citado por Villalabeitia para hablar de esta cuestión, Fernández pagó de su bolsillo la cantidad abonada por el banco a través del despacho de Alcorta, con lo que considera que no ha habido «quebranto» para Kutxabank.
