¿Cómo han cambiado los hábitos financieros de los españoles?

¿Cómo han cambiado los hábitos financieros de los españoles?
Tarjeta de crédito Pixabay

La llegada de la crisis a nuestro país no ha dejado indiferente a pocos. Muchos bolsillos se han debilitado y el colchón con el que algunos contaban ha ido desapareciendo. Al mismo tiempo, y tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, muchas entidades bancarias han endurecido las condiciones para acceder a ciertos productos financieros. Ante esta situación, las alternativas pasan por la proliferación de nuevos productos, muchos de ellos online, por lo que, para adquirirlos, es suficiente con ir a la página web de los mismos, sin necesidad de salir de casa.

Mientras la banca tradicional ha tenido que cambiar las condiciones de sus productos, en la mayor parte de los casos endurecerlas, métodos como los créditos rápidos han ido aflorando y haciéndose cada vez más populares en la sociedad. Su éxito reside en las condiciones que presentan aportando una serie de facilidades no vistas hasta entonces.

La mayoría de los clientes que echan mano de este tipo de créditos buscan una solución rápida a un problema inesperado. Normalmente, se trata de un imprevisto de índole doméstica, como por ejemplo una avería en casa, en el coche familiar, etc. Los créditos rápidos surgen así para cubrir necesidades muy diferentes a las que los ciudadanos podían tener antes de la crisis, cuando solicitar un préstamo bancario respondía a inversiones mayores como la compra de una vivienda, de una hipoteca, etc.

Uno de los aspectos que mejor define a este tipo de créditos, y que les da por ello nombre, es la rapidez con la que se produce todo el proceso: desde la solicitud hasta la recepción de la cuantía. En general, las cantidades ofertadas por estas entidades son reducidas. A veces no superan los mil euros y en otros casos pueden llegar a los 10.000 euros. En cuanto a las cuantías mínimas, no existe ningún tipo de límite, por lo que se pueden solicitar cantidades tan pequeñas como 50 euros.

Otra ventaja frente a los créditos tradicionales es que los créditos rápidos no requieren de la presencia ni la firma de un aval y tampoco imponen comisiones de apertura, lo que ayuda a agilizar el proceso. Los únicos requisitos que implican son la posesión de un documento que acredite la mayoría de edad del solicitante, una copia del DNI o del permiso de residencia y una cuenta bancaria en la que se ingresará la cantidad si el crédito le es concedido.

Para solicitarlo basta con entrar en la página web correspondiente, seleccionar la cantidad que se necesita y el tiempo en el que se quiere efectuar su devolución. En ese momento, al solicitante se le indicará también cuáles son los intereses del préstamo. A continuación, deberá rellenar un formulario con datos personales básicos y adjuntar los documentos anteriormente mencionados.

A partir de ese momento, la respuesta a la solicitud puede tardar hasta 48 horas, en algunos casos hasta 72. De ser afirmativa, la cuantía se ingresará en el número de cuenta solicitado. De igual modo que ocurre en los créditos tradicionales, es importante cumplir los periodos de devolución establecidos, para que los intereses no vayan en aumento.

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