Los expertos ven un "parche" que corregirá el déficit "sólo por 10 años"
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El nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy, que previsiblemente será investido presidente este próximo sábado 29 de octubre de 2016, va a convertir en prioritaria la reforma de la financiación del sistema de la Seguridad Social, que a finales de este año acumulará un déficit cercano a los 19.000 millones de euros.
Como primera idea para garantizar la sostenibilidad de las pensiones planea la extracción de las partidas de Viudedad y Orfandad de la caja común para que sean sufragadas vía Presupuestos, algo que paliaría el agujero del sistema durante varios años. Se da la circunstancia de que el pago de este tipo de pensiones va a costar este año 19.900 millones al erario público, cantidad algo superior a la del agujero del propio sistema.
No es una idea nueva
La idea no es ni mucho menos nueva, pues fue planteada por el Pacto de Toledo en el año 1995. Sin embargo, la presión demográfica, el incremento del valor de la pensión media de jubilación -son ya 1.048 euros mensuales- y el insuficiente avance de la recaudación por cotizaciones sociales han convertido la reforma en urgente.
Pese a todo, el debate se ha abierto sobre todo entre expertos, ya que entre la clase política resulta mucho más impopular reconocer que el Estado tendrá que aumentar la presión impositiva para hacer costeable el sistema de pensiones. Sólo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se atrevió el año pasado a reconocer públicamente que abordar esta reforma en la Cámara debía convertirse «en una prioridad».
Lo que no ha trascendido es precisamente el modelo que propondrá el PP al Pacto de Toledo para corregir el desfase de 19.000 millones y no sólo trasladarlo de sitio. «Si simplemente optamos por sufragar Viudedad y Orfandad vía Presupuestos y no creamos ningún sistema para recaudar adicionalmente esa cantidad, apenas estaremos trasladando el déficit desde la Seguridad Social al Estado», recuerda José Ignacio Conde Ruiz, subdirector de la Fundación Fedea.
Algo más de luz arrojan fuentes parlamentarias sobre los posibles apoyos de los que se servirá el PP para tratar de aprobar esta medida. Esas fuentes recuerdan que el PSOE ya asumió en su programa electoral que habría que crear un nuevo impuesto para sufragar pensiones de Viudedad, Orfandad o Invalidez, por lo que entienden que participará de la reforma pese al cambio de rumbo de la dirección y el relevo de Pedro Sánchez. Ciudadanos, a su vez, también entraría en ese posible pacto, pues ha reconocido en los últimos tiempos que Seguridad Social e Impuesto de Sociedades eran los grandes agujeros de las cuentas públicas.
Medida insuficiente
Ahora bien: en un sistema que va a tener que afrontar el pago de las pensiones de la generación del baby boom y que contará con 8 millones más de jubilados y 8 millones menos de activos en apenas 30 años, la simple extracción de Viudedad y Orfandad de la caja común resulta, a ojos de los expertos, «un parche temporal». «Creo que va a corregir el déficit por diez años, pero para atinar con una reforma que garantice el sistema hay que pensar con mucho más margen», explica a este periódico Conde Ruiz, convencido de que «hay que pensar en garantizar las pensiones no solo pensando en aumentar ingresos, sino en reducir gastos».
De opinión similar es Rafael Domenech, economista Jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research. «Sacando Viudedad y Orfandad de la Seguridad Social no se evitará el problema del pago de las pensiones en el futuro», asegura, recordando que en el año 2050 serán necesarios 27 millones de cotizantes para sostener un sistema de 15 millones de personas con derecho a prestación de jubilación (ahora son 5,7 millones). Este experto también es partidario de reducir el peso de las cotizaciones sociales que pagan las empresas, «algo que reduciría la tasa de paro» y dejaría más ingresos en las arcas.
El economista José Carlos Díez también habla de medida necesaria, pero «insuficiente», y recuerda que para solventar el déficit estructural del sistema habrá que tomar «otras decisiones difíciles». Así, valora como «positiva» la idea de compaginar el cobro de la pensión con la prolongación de la vida laboral; sugiere que todas las pensiones que no sean de jubilación se sufraguen con impuestos y anima a las empresas «a elevar salarios al menos un 2% al año, tal y como pide Mario Draghi», algo que propiciaría un incremento de los ingresos por cotizaciones sociales.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, AIReF, también es partidaria de abrir cuanto antes el debate de la financiación de la Seguridad Social en el Pacto de Toledo, dado el «déficit latente» en el que se encuentra el sistema. Será a partir del lunes, con un nuevo presidente, cuando se abrirá el melón de la reforma más impopular de los últimos tiempos.
