Los 33 trabajadores de las ‘embajadas’ ilegales que había montado la Generalitat de Cataluña en el extranjero serán despedidos el próximo 31 de diciembre de 2017s.
El personal de las delegaciones de París, Londres, Berlín, Lisboa, Viena, Washington, Copenhague y Roma perderán su trabajo, a pesar de en algunos casos no eran ‘enchufados’ típicos, sino que tenían contratos indefinidos, de carácter local -es decir, de acuerdo con la legislación de cada país- y habían participado en un concurso público para acceder a sus plazas.
El Ministerio de Exteriores explica esta medida drástica se ha tomado después de que el secretario general Aleix Villatoro, número dos de Raül Romeva en la Conselleria d’Afers Exteriors, no haya presentado un plan para reubicarlos en otros organismos catalanes (como las oficinas comerciales Acció o el Institut Ramon Llull).
En una reunión el pasado 8 de noviembre se le pidió a Villatoro que dijera dónde podían seguir trabajando los afectados (personal local, no son funcionarios), toda vez que el Ejecutivo central, mediante la aplicación del 155, había decidido desmantelar toda la estructura de la Generalitat en el extranjero, a excepción de la delegación en Bruselas.
Los delegados ya fueron destituidos cuando las medidas del precepto constitucional se publicó en el BOE, el pasado 28 de octubre.
En los días posteriores a la petición del día 8, el secretario general catalán, siempre según fuentes del Ejecutivo central, no expuso ningún plan «concreto», pese a que se le advirtió de que, si no lo hacía, los afectados serían despedidos el 31 de diciembre.
Tenía hasta el 28 de noviembre para comunicar al Gobierno de Mariano Rajoy las «ofertas» de los nuevos organismos en los que iban a trabajar los afectados y los documentos firmados conforme los 33 trabajadores aceptaban los nuevos destinos.
Exteriores ha lamentado las «maniobras dilatorias» de Villatoro y ha asegurado que ha sido él mismo el que ha comunicado por carta a los empleados su despido.