No parece probable que los clientes, atribulados por la crisis, vean con gran agrado que los directivos de esas mismas entidades tengan unas compensaciones tan abusivas en estos momentos tan difíciles
Las pensiones que el Banco Santander pagará a su presidente, Emilio Botín, y a su consejero delegado, Alfredo Sáenz, de 24,6 y 85,7 millones de euros respectivamente, son «sencillamente escandalosas» para el Gobierno y para cualquiera con dos dedos de frente y una pizca de sentido común..
Además de Botín y Sáenz, los otros ‘afortunados’ son Francisco Luzón López (53,5 millones asignados); Matías Rodríguez Inciarte (52,5 millones); Ana Patricia Botín (23,7 millones) y Juan Rodríguez Inciarte (10,9 millones).
La cuantía de los complementos de pensión vitalicia consiste, por lo general, en el importe necesario para alcanzar una cantidad anual bruta equivalente al 100% del salario fijo que estuviese percibiendo el consejero en el momento del cese efectivo de su trabajo más el 30% de la media de las tres últimas retribuciones variables percibidas.
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha recomendado a las entidades financieras que pactan pensiones así que no hagan informes para recomendar la congelación a pensionistas que reciben 600 euros al mes.
El secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, ha calificado como «obscenas» las pensiones pagadas por entidades como el Banco Santander.
Granado ha pedido a las entidades financieras que actúen con sentido común a la hora de fijar pensiones tan abultadas en estos momentos en que «tantos españoles y personas que viven en España lo están pasando muy mal».
El pasado año, tras ocho ejercicios como segundo hombre fuerte de BBVA, José Ignacio Goirigolzarri abandonó el cargo de consejero delegado con una pensión mínima de 52,49 millones de euros. Es decir, un ‘sueldo’ de unos tres millones anuales.
El secretario de Estado ha pedido a las entidades financieras «que reflexionen» porque los impositores que tienen sus depósitos en esas entidades «seguramente no contemplan con gran agrado que los directivos de esas mismas entidades tengan unas compensaciones tan abusivas en estos momentos tan difíciles».
La entidad, que a partir de ahora someterá los sueldos de sus altos directivos a votación consultiva de sus accionistas, ha cerrado en esos límites las pensiones de Botín, de 75 años, y Sáenz, el ejecutivo mejor pagado de España a sus 67 años.
El presidente del Banco Santander recibió unas retribuciones de 3,9 millones de euros durante el pasado año, un 26,3% menos que los 5,42 millones percibidos en 2008.
El sueldo más alto del banco fue el de Alfredo Sáenz. El consejero delegado se llevó el pasado año 10,2 millones de euros, un 10,1% más.
