El Consejo Empresarial del Juego (CEJUEGO) ha venido advirtiendo en los últimos meses de los posibles riesgos a los que España se enfrentaría si fueran legalizadas las tragaperras en línea.
El Consejo se ha dicho listo a oponerse a la nueva ley que prepara el DGOJ. El director general de CEJUEGO, Alejandro Landaluce, cree que la aprobación del proyecto de la DGOJ crearía una competencia desleal insuperable para las máquinas recreativas con premio, que están fuertemente reguladas y controladas por las Comunidades Autónomas para garantizar un juego limpio, seguro y responsable a los ciudadanos.
TITULARES DE ALEJANDRO LANDALUCE
«El 75% de sector en cuanto a contribución de impuestos, generación de riquezas y de empleos, proviene de las máquinas en los bares, lo que se le llama tragaperras, muchos bares mantiene camareros gracias a éstas máquinas».
«Tenemos un sector que está regulado por 17 comunidades autónomas más Ceuta y Melilla, donde cada una tiene sus propias normativas lo cual es una traba para el desarrollo del sector».
«El Estado regula una parte del sector que es la comunidad online, lo ha reguladdo hace un par de años y lo ha hecho de una forma diferente a lo que venían siendo las comunidades autónomas lo que ha generado una distorsión bastante grande entre lo que es el juego presencial y el juego online».
«Hace dos años el Estado ha creado una normativa en los juegos online, que no digo que sea buena o mala pero que no está armonizada con lo que el sector presencial y crea competencia desleal».
«El 5,3% del sector de juego es online, lo demás es presencial».
«En estos momentos en el que deberíamos armonizar el sector, el Estado va a aprobar una órden ministerial que viene a introducir más separación entre ambos sectores, porque van a legalizar las máquina tragaperras y además van a permitir terminales presenciales online».
«Lo que queremos es la unidad de mercado pero el propio Estado está creando problemas con la posible aprobación de esa órden».
«Hemos tenido reuniones con el Gobierno pero en las úlmimas ellos daban buenas espectativas, decían que intentarían, en la medida de los posible, solucionar el problema presencial pero a nosotros nos entran nuestras dudas porque ha sido muy rápida toda la gestión, no ha habido mucha comunicación y los plazos han sido muy rápidos».
