Colonial obtuvo un beneficio neto atribuible de 202 millones de euros en el primer semestre del año, un 64% menos que un año antes, cuando la inmobiliaria se anotó el efecto positivo de la desconsolidación de su exfilial de promoción inmobiliaria Asentia.
En caso de descontar el efecto de la segregación de este negocio, las cuentas de la inmobiliaria arrojan una mejora de 347 millones, dado que el resultado del pasado ejercicio hubiera presentado una pérdida de 145 millones. La compañía patrimonialista participada por el Grupo Villar Mir elevó un 6% los ingresos por el alquiler de su cartera de edificios, que le reportó 111 millones de euros. El beneficio bruto de explotación (Ebitda) progresó un 2%, hasta 80 millones. A cierre del pasado mes de junio, la cartera de activos inmobiliarios de Colonial, integrada por edificios de oficinas ubicados en los centros de Madrid, Barcelona y París, presentaba un valor de 6.588 millones de euros, que arroja una revalorización del 9,2% respecto al cierre del pasado año. De su lado, el endeudamiento neto de la compañía se situó en 2.762 millones de euros, importe un 8,4% superior al de comienzos del año. El repunte del pasivo responde a las inversiones de 145 millones de euros realizadas por el grupo inmobiliario en la adquisición de edificios lo que va de ejercicio, principalmente en Madrid y París. TANTOS CONTRATOS COMO EN TODO 2014. En el plano operativo, en los seis primeros meses del año Colonial ha formalizado contratos de alquiler sobre 107.692 metros cuadrados de su cartera, un volumen equivalente al de los suscritos en todo el año 2014. De estos nuevos arrendamientos, casi la mitad (40.000 metros cuadrados) corresponden al mercado español. Los 68.000 metros cuadrados restantes se alquilaron en París, lo que constituye una cifra récord que además incluye el mayor contrato de arrendamiento de la capital gala en el periodo, el alquiler de todo un inmueble a la OCDE.
