Patentes y marcas: ¿Cómo blindan la empresa o el particular sus I+D y nombres comerciales?

Patentes y marcas: ¿Cómo blindan la empresa o el particular sus I+D y nombres comerciales?
Falcón Abogados

Dicen que una empresa empieza a hundirse en el momento en que deja de innovar. Patentes, I+D, inversión en mejora del producto, diseñador, inventor o ingeniero… Da igual el camino del que se viene, todos acaban en el mismo punto: en la necesidad de proteger la creación y el blindaje de los esperados retornos económicos fruto de la inversión realizada. Regatear al que te copia y se aprovecha de tu esfuerzo es la cuestión.

Un invento se convierte en patente: las hay que son muy novedosas y no entrañan gran complejidad, estas son las que asociamos normalmente a la palabra «invento». «También hay patentes muy técnicas, que no atraen tanto la atención del gran público, sino de los especialistas del sector. Se me ocurre la patente del agua flotante», explica Alejandro Falcón, experto en el tema. «Consiste en una fórmula química que hace que el cuerpo humano no se hunda en el agua».

Tanto empresas como particulares también pueden registrar marcas, a parte de inventos e innovaciones más técnicas. En este caso, hablamos de logos, distintivos, dominios o nombres comerciales. De esta manera, se protege la identificación y la autoría de la marca o de la obra o del producto que llega al público.

Mediante el registro se crea un activo vital para la empresa que ha invertido dinero o tiempo en la innovación del producto. La marca pasa a ser parte del patrimonio de la compañía o del particular. En palabras de Falcón, «la propiedad en exclusiva de la marca permite prohibir el uso indebido de ésta por parte de terceros».

No es barato afrontar un litigio sobre patentes si se quiere tener posibilidades de éxito. La capacidad de aguante económico del que litiga por sus derechos intelectuales sobre un producto debe ser firme y decidida: a la larga verá recompensado su sacrificio.

El profesional que vela por los derechos de la patente del cliente tiene un perfil de insider. el abogado de propiedad industrial requiere de una alta especialización en la materia, por lo que, además de ser un buen litigante, debe tener una fuerte formación en materia de patentes, así como capacidades pedagógicas para transmitir cuestiones complejas de manera sencilla.

El mercado de protección del derecho de creación vive un momento dulce en este momento. La globalización es un elemento clave de expansión para las empresas españolas que se dedican a registrar patentes y proteger los derechos de autor y propiedad intelectual. Según Falcón, «de China y de Singapur hemos recibido la gran mayoría de encargos profesionales extranjeros». La manera de gestionar la diversidad de legislaciones es tener sedes de referencia en cada país, según la nacionalidad de la empresa o del particular interesados en proteger la innovación.

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