Como subraya África Semprún en ‘El Economista‘ este 29 de noviembre de 2017, los tambores de guerra vuelven a sonar en el sector del taxi.
El gremio persigue bloquear este miércoles Madrid con una manifestación y una huelga de 24 horas, que se extenderá a toda España, para exigir medidas que «protejan al sector» y frenen a Uber y Cabify.
Los taxistas han asegurado que están «hartos» de las palabras vacías y las «mentiras» del Ministerio de Fomento y han exigido que se eliminen las licencias de VTC (vehículos de turismo con conductor) que sean necesarias para respetar el ratio 1/30 que «recoge la ley».
Actualmente, el ratio nacional se encuentra en el 1/10 por lo que, tal y como defienden, sobrarían más de 4.255 autorizaciones VTC que en su mayoría trabajan con Uber y Cabify. «O tenemos soluciones a partir de mañana o Fomento se encontrará a más de 100.000 familias en pie de guerra», aseguró Julio Sanz, presiente de la Asociación Nacional del Taxi (Antaxi), en una rueda de prensa.
Entre las medidas que plantea el gremio para blindar su sector destaca que Fomento prohíba la renovación de las licencias de VTC entregadas por sentencia judicial que deben actualizar sus permisos cada dos años.
«Medidas de esta índole irían reduciendo el parque que opera con Uber y Cabify ya que, según dice Fomento, no pueden contravenir la decisión de los jueces».
En este sentido, el presidente de la asociación descarta que la solución sea dar más licencias de taxi, ya que «el mercado está saturado».
Según los datos publicados por el INE, el número de taxis en España lleva más de una década estancado en el entorno de los 70.000 mientras el de las VTC no ha parado de crecer en los últimos tres años pasando de las 3.474 licencias en 2015 a las 6.455 en noviembre de 2017. El coto a la expedición de más autorizaciones de taxi las ha convertido en un activo rentable que se vende por 130.000 euros.
Otra de las medidas que los taxistas han puesto sobre la mesa para frenar la libre competencia es obligar a que solo se pueda contratar un coche de Uber o Cabify con una hora de preaviso para asegurar que no está en la calle buscando clientes.
En este punto, se quejan de que las medidas planteadas por Fomento para «mejorar la situación en el sector del taxi», llegan «tarde y mal».
