Rodrigo Rato cobró en la rescatada Bankia 2,34 millones de sueldo en 2011 sin contar el 'variable'
Se lo llevan crudo. Da igual que las entidades que controlan hayan sido rescatadas con dinero público, a costa del sufrido contribuyente, o sufran pérdidas millonarias.
Ellos, parapetados en las cúpulas de las deficitarias cajas de ahorro españolas y con la excusa de que son ‘estupendos gestores’, se embolsan sueldos y dietas escandalosas.
El presidente de Bankia, Rodrigo Rato, cobró 2,34 millones de euros en 2011 sin contar la parte variable de su salario, que no se ha detallado por no haber sido aprobada aún por el Banco de España. El consejero delegado de la entidad, Francisco Verdú, se embolsó 1,57 millones.
No son los únicos ni los peores. José Antonio Moral Santín, de Izquierda Unida, percibió el año pasado una retribución de 526.000 euros de Bankia.
No se echen las manos a la cabeza. Como revela el diario ‘El Mundo’ este 29 de enero de 2012, el veterano militante comunista -a quien sus camaradas califican sin matices de ‘equilibrista’- encabeza una lista de un centenar de cargos públicos que permanecen aferrados a las cuotas políticas en los consejos de las cajas.
CARADURAS DE TODOS LOS PARTIDOS
En la relación de pagos astronómicos figuran dirigentes de todos los partidos.
El Gobierno Rajoy ha encargado un informe detallado para poner coto al despilfarro en estas entidades, saneadas en la mayoría de los casos con dinero de los contribuyentes.
Y algo tiene que hacer el nuevo Ejecutivo y caunto antes. A pesar de que el objetivo era profesionalizar la gestión de estas entidades, lo cierto es que los consejos de Administración siguen convertidos en el refugio dorado de ex altos cargos premiados por los partidos que incluso han visto incrementados sus ingresos con la reordenación bancaria.
EL CABEZA DE LISTA… A LA HORA DE COBRAR
Encabeza la lista de los agraciados con esta lotería un histórico dirigente de IU de Madrid, José Antonio Moral Santín, que cobró 526.000 euros en 2011 por pertenecer a dos comisiones de Bankia.
Ya es paradójico que el próspero consejero pertenezca a una coalición de izquierdas, que se distingue por fustigar a diario a la «oligarquía financiera» por sus ganancias.
Pero lo que resulta inadmisible es que, sin funciones ejecutivas de ningún tipo, gane cinco veces más que el presidente del Gobierno y que una entidad que ha recibido dinero público le retribuya mejor que a ejecutivos de alto nivel de grandes bancos.
Aunque no es el único. En el consejo de Bankia, Rodrigo Rato ha mantenido a dirigentes de su partido -como Mercedes de la Merced y el ex secretario general del PP madrileño, Ricardo Romero de Tejada- y del PSOE, como el ex ministro Virgilio Zapatero.
UNOS LOS DICEN Y OTROS NO
Lo único que cabe decir a su favor es que al menos han hecho un ejercicio de transparencia. Mucho peor es el caso de algunos políticos del PSOE y el PP castellano-leoneses, que se niegan a dar cuenta de sus sueldos bancarios.
El ministro de Economía tiene intención de incluir en la reforma financiera que próximamente llevará al Consejo de Ministros una limitación de sueldo para los gestores de bancos con ayudas públicas.
Ello entra dentro de las competencias del Gobierno, pero no basta. Son los partidos políticos -empezando por el PP- los que deben obligar a sus consejeros en las cajas a dimitir o a ponerse un sueldo de secretario de Estado, o de cargo político equivalente.
Ni Moral Santín ni el resto ganan esos sueldazos por sus brillantes carreras como ejecutivos financieros, sino por pertenecer a la organización. Tal y como señala hoy la defensora del pueblo en una entrevista.
«La gente está harta» de apretarse el cinturón, mientras siente que los políticos abusan y despilfarran.
SE VAN CON EL RIÑÓN CUBIERTO
El actual presidente de Caja Madrid, en el cargo desde enero de 2010, ha optado con buen criterio por eliminar el plan de incentivos a largo plazo para la alta dirección de la entidad financiera.
El programa de fidelización, sin límite temporal definido, entró en vigor el 1 de enero de 2007 cuando la caja estaba presidida por Blesa. Los beneficiarios eran los diez miembros que en ese momento integraban la alta dirección de Caja Madrid: el propio Blesa y nueve ejecutivos más: Juan Astorqui, Carlos Martínez, Ramón Ferraz, Rafael Spottorno, Matías Amat, Carmen Contreras, Mariano Pérez Claver, Ricardo Morado e Ildefonso Sánchez.
Blesa estableció que los diez directivos recibirían un incentivo a largo plazo (ILP) consistente en una remuneración adicional ligada a los resultados anuales de la caja. La retribución se articuló a través de una póliza de seguro para los integrantes de la cúpula, a cobrar al cumplir los 65 años.
Caja Madrid estaba obligada a realizar una aportación al seguro, cada cuatro años, y en un único pago. De este modo, el pasado 31 de diciembre, fecha en la que cumplía el primer cuatrienio, la entidad ha destinado 25 millones de euros para satisfacer los compromisos adquiridos en el citado plan de incentivos entre 2007.