Si tenías la esperanza de que los tipos de interés fuesen a recuperarse en algún momento del 2017, lamentamos informarte de que, cada día que pasa, esa posibilidad se vuelve más y más remota.
Por supuesto, llegará un momento en que este ciclo tocará a su fin. Sin embargo, la tendencia actual no invita al optimismo, precisamente.
¿Cuáles son las perspectivas en la evolución de los tipos de interés?
La política del Banco Central Europeo es aquella que tiene mayor peso y repercusión a la hora de influir en los tipos de interés de los depósitos bancarios y, como quizá ya sepas, hace tiempo que se abordó el tipo de interés negativo.
De hecho, las entidades bancarias privadas que depositan dinero en el BCE sufren una penalización económica. Se trata de un estímulo para que faciliten el flujo de crédito a sus clientes, cuya eficacia aún está por verificarse. Teniendo en cuenta las exigencias regulatorias en cuanto a aprovisionamiento de capitales, así como la comprensible aversión al riesgo tras el estallido de la crisis económica, aún son muchos los bancos que se resisten a aflojar la mano con la facilidad con la que lo hacían años atrás.
En cualquier caso, lo que nos interesa en este artículo no es la fluidez del crédito, sino la remuneración de los depósitos a plazo fijo.
Como decimos, las perspectivas son las de un futuro a corto plazo en la misma línea bajista. De hecho, ya son muchos los bancos que han eliminado este tipo de productos de sus páginas webs y catálogos de cara al público. Los pocos que los mantienen, y salvo honrosas excepciones, se sitúan en tipos próximos a cero.
Por supuesto, las cuentas y clientes de grandes capitales siempre disponen de imposiciones a plazo fijo con un interés superior a la media del mercado. Sin embargo, el consumidor medio ha perdido casi en su totalidad el acceso a depósitos cuya remuneración resulte medianamente significativa.
¿Llegarán los tipos de interés negativos a los depósitos?
En realidad, hace tiempo que los tipos de interés negativo han llegado a nuestro sector financiero. Sencillamente, no nos hemos dado cuenta de ello.
Por supuesto, las entidades se han cuidado y mucho de no ofrecer depósitos con un interés negativo. Sin embargo, sí que han comenzado a recuperar antiguas comisiones de mantenimiento, que parecían cosa del pasado. De esa manera, logran paliar el efecto del exceso de liquidez acumulada.
En cualquier caso, no es descartable que los bancos comiencen a aplicar tipos de interés negativo a los depósitos a la vista contratados por las empresas o incluso los autónomos.
De hecho, muchas cuentas destinadas a pymes y autónomos ya establecen condiciones bastante exigentes que, de no cumplirse, acarrean comisiones y cuotas de mantenimiento.
El alza de tipos de finales de 2016 fue tan sólo un espejismo
A finales de 2016, determinadas entidades llevaron a cabo una leve subida de los tipos de interés ofrecidos por sus depósitos.
Sin embargo, lejos de marcar una tendencia en el sector, se trató tan sólo de una maniobra de captación de clientes y con una clara vocación de brevedad. Es decir, el alza en los tipos tuvo lugar durante apenas unas semanas, a modo de campaña promocional de captación de clientes, aunque no fuera mostrada como tal.
Además, las entidades que procedieron a esta estrategia ya venían distanciándose del resto del sector con unos tipos de interés por encima de la media. En este caso, Credit Agricole fue la que llevó a cabo un movimiento más agresivo.
Al margen de estos casos aislados, la tendencia del 2017 ha seguido siendo totalmente bajista, en la línea del año pasado. No en vano, enero se estrenaba con una bajada generalizada de los tipos de interés de los depósitos, la cual se ha consolidado a lo largo de estos meses.
No se puede descartar algún tipo de movimiento anómalo a finales de año. Sin embargo, lo más probable es que se sigan produciendo recortes sobre las ya exiguas remuneraciones o, directamente, la retirada de los depósitos del catálogo de productos.
Seguirá el BCE la senda de la Reserva Federal
Hasta la fecha, Mario Draghi -máximo responsable del BCE- ha ido emulando la política seguida por la Reserva Federal Norteamericana, si bien, las medidas se han tomado con una diferencia notable en el tiempo.
La política de compra de deuda de los estados por parte de los Bancos centrales de medio mundo fue iniciada por la Reserva Federal y, aunque el BCE se resistió durante todo un año, finalmente comenzó a aplicarla igualmente. A esta técnica se la conoce como quantitative easing.
Hace aproximadamente año y medio, la Reserva Federal comenzó a subir tímidamente los tipos de interés. Decisión que ha repetido en sucesivas ocasiones desde entonces.
Mario Draghi, sin embargo, ha expresado su voluntad de mantener la política actual hasta que la economía de la zona euro de signos evidentes de recuperación económica sostenida en el tiempo.
Ciertamente, son muchas las economías europeas -incluyendo la española- que están marcando una clara tendencia alcista, por lo que cabria esperar que el BCE comience a abordar un cambio alza en los tipos de interés a partir del año que viene o quizá ya en el 2019. Ciertamente, no es algo que se pueda prever, dado que, según parece, dependerá de la evolución de la economía.
En este sentido, el mayor problema es que no todas las economías de la Unión Europea están experimentando la misma recuperación. Grecia y Portugal siguen sumergidas en serios problemas financieros y la prima de riesgo italiana continua en límites muy elevados. La falta de estabilidad política en estos países está dificultando la toma de medidas y sobre todo, su perduración en el tiempo. En definitiva, la gran heterogeneidad de políticas económicas dentro de la Unión Europea está dificultando la adopción de cambios en los tipos de interés, lo cual hace presagiar que los depósitos seguirán tal y como están durante una buena temporada.
