De esta bronca, que tiene proporciones siderales, no puede salir nada bueno para Europa, pero parece inevitable.
China, a través del portavoz del Ministerio de Comercio, informó este 6 de junio de 2018 de que emprenderá «los contraataques necesarios» como respuesta al anuncio de aranceles a algunas de sus exportaciones hecho por Estados Unidos, aunque por ahora no detalló cuándo ni cómo.
«La parte china prometió no realizar el primer disparo, pero para defender los intereses del país y su población se ha visto forzada a realizar los contraataques necesarios».
China anunció en abril que respondería a los aranceles de Estados Unidos con otros similares en cuantía, a productos importados por valor de 34.000 millones de dólares.
Ante la entrada en vigor hoy de aranceles del 25 % a productos chinos por valor de 34.000 millones de dólares, principalmente del sector industrial y tecnológico, se espera que Pekín responda con gravámenes por la misma cantidad a bienes, sobre todo del sector agrícola -como la soja- o automovilístico.
«Notificaremos rápidamente a la OMC (Organización Mundial de Comercio) sobre la situación y trabajaremos con otros países para proteger conjuntamente el libre comercio y el sistema multilateral», añadió el comunicado oficial chino.
El Ministerio lamentó que «Estados Unidos ha violado las reglas de la OMC y ha lanzado la mayor guerra comercial de la historia económica hasta la fecha».
Denunció, además, que este tipo de gravamen es un abuso típico en el comercio, que pone en peligro seriamente la cadena industrial global, dificulta la recuperación económica, causa agitación en el mercado y afectará a «muchas corporaciones multinacionales inocentes, empresas y países corrientes».
«Los consumidores no solo estarán indefensos, sino que (los aranceles) dañarán los intereses de los negocios y el pueblo norteamericano», añadió.
El Ministerio aprovechó la ocasión para recordar que China avanzará en su reforma y apertura económica, protegerá el emprendimiento, reforzará la protección de los derechos propiedad intelectual y creará un ambiente adecuado para las compañías chinas, principales reivindicaciones que le hacen Europa y Estados Unidos.
