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Zapatero denuncia el "cinismo" de los que defienden recortar el gasto público pero luego piden ayudas al Gobierno

Europa Press, Miércoles, 29 de abril 2009
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha denunciado hoy el "gran cinismo" de aquellos que defienden públicamente recortar el gasto público para hacer frente a la crisis, pero luego acuden al Ejecutivo a reclamar ayuda para su "empresa", "sector", o "una entidad financiera equis".

Así se ha expresado durante su intervención ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, donde se ha expuesto a las preguntas que le han formulado algunos de sus miembros.

El presidente del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea, Tiny Kox, que abogó por que esta crisis suponga una oportunidad para decir "adiós" al fundamentalismo neoliberalista y dar la bienvenida a una visión más socialista y democrática de los problemas actuales, dio pie a Zapatero para señalar que la crisis debe enseñar dos lecciones fundamentales.

La primera, que el mercado "sin regulación" y sin la supervisión de unas instituciones democráticas que representen a los ciudadanos "tiende a acabar en la codicia, la avaricia, en la trampa, en el engaño". Y segundo, que cuando se produce una recesión como la actual la respuesta que se dé debe ser "de alto contenido social".

Para Zapatero, el discurso contrario, el que aboga por los "recortes sociales", por reformas que restrinjan los derechos de los trabajadores y por exigir "sacrificios y esfuerzos a los más débiles" es "ante todo un prejuicio ideológico, doctrinario".

Zapatero insistió en que de esta crisis hay que salir "fortaleciendo la protección social" y "extendiendo los derechos sociales", que es precisamente lo que su Gobierno va a hacer en España. "No voy a aceptar ningún discurso que pretenda reducir los derechos de los trabajadores y los derechos sociales", aseveró, al tiempo que indicó sentirse "muy cerca" de los trabajadores que se manifestarán en las calles el 1 de mayo y a los que garantizó que trabajará con el fin de aportar en "lo que pueda" para que en el futuro "no sean ellos, como casi siempre, los que sufran".

Zapatero arremetió también contra "otro de los dogmas de un determinado campo ideológico que tiene muchos "think tanks" y fuerza para crear opinión" y que sostiene que la respuesta a la crisis económica es reducir el gasto público justo ahora "que no hay o hay muy poca inversión privada". Aludiendo a su "experiencia" como presidente del Gobierno afirmó que "los mismos que sufragan a los que escriben o dicen esto son los que luego vienen al Gobierno a pedir apoyo, ayuda, a pedir más gasto", por lo que denunció el "gran cinismo" de estos sectores, a los que no identificó.

Estos sectores piden reducir el gasto público, recordó. "Salvo que sea para apoyar a mi empresa, a mi sector, a equis entidad financiera", apostilló el jefe del Ejecutivo, quien justificó esta revelación por el deber de aportar su "experiencia personal a la salud de la democracia". También arremetió contra aquellos que "no han tenido rubor para que no se supiera sus actividades o hacen de perfectos portadores de grandes sumas de dinero a los paraísos fiscales" y que ahora quieren dar la "receta" para la crisis, que siempre es la misma: ""No se sostiene el gasto social, hay que facilitar más el despido, en definitiva, hay que perjudicar a los más débiles".

DEBEN PERDER LOS MAS PODEROSOS Zapatero se negó a aceptar sus tesis y proclamó que "esta vez los más débiles tienen que salir ganando" y "los más poderosos y los que menos vergüenza tienen" deben "salir perdiendo de esta crisis" para permitir alcanzar un orden económico "mucho más justo y solidario". El presidente subrayó que existe riqueza en el mundo porque se han registrado "20 años de gran crecimiento económico", por lo que abogó por que esa riqueza se reparta mejor para que haya más gente que viva "con dignidad".

En su opinión, los que ya viven con dignidad "no tendrían ningún problema" porque también los beneficios y la avaricia han de ser sostenibles. Así, defendió entrar en una etapa en la que "los que vean las dificultades sean los que han abusado de los trabajadores, de los ahorradores, de los consumidores y siguen ahí, activos" y se mostró convencido de que serán los trabajadores, con su "capacidad de respuesta", los que contribuirán, como ha pasado en la historia, a que el orden financiero internacional sea "mínimamente justo". "Yo voy a estar ahí y me voy a dejar la piel para que así sea", concluyó.