La gente llora de rabia y anoche dejó claro que culpa a las autoridades de la inmensa tragedia. Lo más suave que gritaban anoche fue ese "¡fuera, fuera!" con que recibieron a la vicepresidenta del Gobierno Zapatero, cuando se presentó en el centro de emergencias instalado en Alcolea del Pinar (Guadalajara). Para eludir el abucheo y ante la creciente ira de los vecinos, que coreaban "¿Dónde están los medios? ¿Dónde están los medios?", María Teresa Fernández de la Vega entró a gran velocidad en la Casa Consistorial escoltada por su servicio de seguridad.
La vicepresidenta estuvo reunida media hora con los máximos responsables de Guadalajara para ver cómo se coordinaban los medios para extinguir el incendio y mientras, abajo, en la plaza, iban agrupándose cada vez más personas desalojadas de las viviendas de los pueblos afectados y que estaban en Alcolea para pernoctar. "¡Que baje, que baje, que queremos decirle cuatro cosas!", clamaba una mujer con voz angustiada.
Cuando bajó, creyendo que la multitud aceptaría su consuelo, los vecinos empezaron a chillar: "¡Fuera, fuera, fuera!". Un hombre la increpó, subrayando que ellos habían avisado muy pronto de todo lo que había ocurrido y que los medios resultaron insuficientes.
"La gente del pueblo queríamos hacer un cortafuego por un camino vecinal, pero sin embargo los encargados de la extinción se han empeñado en hacerlo por la carretera de Iniesta a Padilla. ¿Así pretenden atacar a un fuego cuando nosotros somos lo que realmente sabemos cómo apagar esto? No se nos ha hecho caso", vociferó otro.
"¿Por qué han tardado tanto en traer medios aéreos, en especial hidroaviones, y ha venido tan poca gente a apagar las llamas?", chillaba otro vecino, mientras Fernández de la Vega ponía cara de preocupación. "Vaya, vaya usted donde está el fuego y verá lo mal que lo hemos pasado. Llamábamos a la gente, a todos los teléfonos que conocíamos y nadie nos hacía caso", le dijo otra señora. "Llevamos todo el día sin comer, ¿por qué han mandado los aviones al Alto Tajo? No, no me ponga esa cara de ajo", le reprochó otra vecina de Santa María.
La vicepresidenta intentaba explicarse, pero la furia y los nervios de los vecinos le impidieron hablar en muchas ocasiones. Sólo podía decir frases sueltas del tipo: "Nos avisaron a las dos de la tarde". No pudo continuar. "Si no ha entrado en el fuego más gente es porque había un gran riesgo para ellos". Pero lo que quedó claro, porque así se comprometió la vicepresidenta, es que el Gobierno pretende abrir una investigación "para que se aclare todo lo sucedido".
Los escoltas protegieron a Fernández de la Vega mientras se dirigía a su coche, acompañada en todo momento del presidente de Castilla- La Mancha, José María Barreda. Y fue entonces cuando estallaron los mayores abucheos y gritos contra ella y el resto de políticos que acudieron a Alcolea del Pinar.
Los afectados, vecinos de varias poblaciones cercanas, todas afectadas por el incendio, golpearon y escupieron el coche oficial de la vicepresidenta.