A pesar de la oposición de los vecinos y de gran parte de la comunidad islámica en la capital andaluza

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El Ayuntamiento de Sevilla cede terrenos a islamistas radicales para una mezquita

Semanario Alba, Viernes, 22 de julio 2005
A pesar de las movilizaciones en el sevillano barrio de Los Bermejales, una de las mezquitas más grandes de Europa empezará a construirse en breve en el único espacio que el Plan Local de Urbanismo destinaba a zona de servicios de interés público y social, justo por el ensanche de un barrio joven en el que sólo viven dos musulmanes.

Por eso, porque una mezquita era lo menos indicado para poner la última piedra en el barrio, sus vecinos han peleado hasta el último momento para que se construyera en otro lugar, siempre dejando claro que no son contrarios a la libertad de religión.

Es una cuestión de intereses vecinales con los que coincide el resto de comunidades islámicas instaladas en la capital andaluza.{ladillo}Moneda propia{/ladillo}El 17 de diciembre de 2003, la Comunidad Islámica en España elevó una instancia por la que solicitaba a la Gerencia Municipal de Urbanismo que “los organismos competentes concedieran la cesión de un terreno de 4.000 a 6.000 metros cuadrados en la zona del río Gualdalquivir o lo más céntrico posible que garantizara el éxito futuro del proyecto”.

A la petición no la acompaña ninguna memoria ni dossier explicativo. La Comunidad Islámica en España cuenta en Sevilla con 23 seguidores. A pesar del nombre, es una comunidad musulmana más y en Sevilla, en concreto, la que menos fieles tiene.

En Granada tiene en propiedad la mezquita del Albaicín, inaugurada en 2003. Hay autores para los que este movimiento, también conocido como Al-Murabitum, es “un grupo fundamentalista de oscuras intenciones organizado por un jeque escocés de nombre Ian Dallas e integrado por un grupo de españoles conversos”.

Otros, como Omar Franco, presidente de la Comunidad Islámica Española Salah Al-Din Al-Ayubbi, señalan para ALBA que “son una rama heterodoxa del Islam con cierto espíritu de soslayo hacia los árabes”. Están poco integrados en el mundo islámico, y los caracteriza el uso del tarbusch, gorro de ascendencia otomana sin relación con la religión del Corán.

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