“El pasado mes de mayo en Ciudadela, una veintena de jóvenes identificados por cierta simbología anarquista espera en una esquina el paso del Príncipe Felipe mientras gritaban insultos contra él. Al verlos, don Felipe se detuvo y extendió la mano. El primero de ellos, seguramente sorprendido, la estrechó casi instintivamente. El segundo, más preparado para su reacción, rechazó el saludo al tiempo que repetía eslóganes contra el Príncipe y la Monarquía”.

Con esta anécdota, Antonio Caño da inicio, este lunes a la primera entrega de un extenso reportaje sobre la figura del Príncipe Felipe de Borbón con motivo de la restauración de la soberanía hace ya 30 años. Es una visión de El País, sobre el presente y el futuro de la monarquía.

Aunque Antonio Caño considera que la monarquía española no es hoy “motivo de debate de España, podría decirse que ni siquiera es objeto frecuente de reflexión”; no obstante, recalca que, para la realización de este reportaje, muchas personas “han rechazado participar”, mientras que otros “lo han hecho protegidos por el anonimato y todos han medido sus palabras hasta límites infrecuentes en su actividad”

Caño subraya que, tras 30 años desde que se convirtiera, siendo un niño, en el heredero de la Corona, don Felipe de Borbón acaba de “cumplir con la primera obligación del más alto representante de una monarquía: prolongarla”.

Para Caño “es más fácil hablar sobre el papel de la Monarquía con el propio Príncipe que con cualquier político español. Justificado, quizá, por la precariedad y controversia de su reinstitución tras la muerte de Franco”.

Lo cierto es que, tras la caída del franquismo, el Rey Juan Carlos no tardó en pactar con la izquierda más radical; sin embargo, los sectores derechistas contrarios a la restitución monárquica siguen siendo, para Caño, un asunto “delicado, mucho más de lo que lo considera la propia Casa Real”.

Destaca también la excelente preparación del heredero, así como su matrimonio con la periodista Letizia Ortiz que, según declara Jaume Matas en el reportaje, muestra “esa complicidad que revela un mundo compartido”.

En definitiva el reportaje entrega un detallado perfil del heredero de la corona, pero nada nuevo en horizonte, tan sólo la capacidad que tenga el futuro monarca de “sintonizar con sus ciudadanos”.