Batasuna jalea a Hugo Chávez, tras pasearse por Salamanca

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Tan lejos de EEUU y tan cerca de Chávez

PD, Sábado, 15 de octubre 2005
Lo peor llegó, a las siete de la tarde, cuando la la ilegalizada Batasuna marchó en manifestación por las calles de Salamanca y concluyó su paseo con un mitin en el los proetarras -sin que la autoridad competente se atreviera a pestañear - expresaron con vivas a ETA su apoyo del eje Castro-Chávez. Poco antes, Zapatero y el Rey clausuron una Cumbre marcada por la condena el "bloqueo" de Estados Unidos a Cuba. El balance no es como para echar las campanas al vuelo.

 

El Rey Juan Carlos ha estado ingenioso, pero ni siquiera su festivo remate del brindis, cuando alzó la copa y la encontró vacía, puede atenuar lo que está siendo un aconteciento sin sustancia y plagado de despropósitos. Que el Gobierno Zapatero haya prestado voz, voto y atención a los folclorismos políticos (no por ello exentos de riesgos) de Castro o Chávez y que haya revertido el hilo conductor de la política exterior de nuestro país -que por su delicada naturaleza debe ser ajeno a los vaivenes desquiciantes- es una muy mala noticia para España y para esta Cumbre.

Las peroratas de los líderes han sido tan grandilocuentes como en el pasado, pero su contraste con lo que hacen en la práctica es cada vez más flagrante. Así, mientras en sus discursos el Príncipe y el Rey hacían hincapié en que «la libertad, la democracia y los Derechos Humanos deben ser los pilares de Iberoamérica», de Salamanca no sólo no va a salir ninguna condena a la dramática situación de los disidentes y los presos políticos de Cuba, sino que se va a otorgar a Castro un triunfo tan simbólico como práctico sin necesidad siquiera de que éste pise suelo español.

Resultaba previsible que los EEUU no podrían permanecer indiferentes al éxito que Castro se apuntó anteayer en Salamanca, al lograr que los ministros de Exteriores aprobaran dos declaraciones que apoyan las tesis de Cuba en su enfrentamiento con el país norteamericano.

Ayer, la embajada de EEUU en Madrid se expresó con toda la contundencia que permite el lenguaje diplomático, afirmando que considera «inquietantes» e «incoherentes» los borradores de los textos que se firmarán hoy, que sería «desafortunado» que éstos se interpretasen «como una señal de apoyo a la dictadura» y que «no entienden la sustitución de embargo por bloqueo» en la crítica a su política de sanciones contra Castro.

Esta reacción, por si fuera poco, se producía justo después de que el ministro de Exteriores español y su secretario de Estado realizasen sendas llamadas a la embajada para dar explicaciones sobre lo acordado en la víspera, visiblemente sin éxito.

Hay que recordar que ese mismo esfuerzo por corregir los desaguisados de la diplomacia con los EEUU se produjo tras las declaraciones del presidente Zapatero en Túnez, cuando éste animó a otros países a retirar sus tropas de Irak y el número dos de Exteriores acudiera físicamente a la embajada a reinterpretar a su jefe. La valoración que hace El Mundo de estos hechos, es contundente:

A EEUU le asiste la razón semántica al quejarse por el inédito cambio de términos, pues si bien incluso la ONU se ha pronunciado en contra de su política respecto a Cuba, siempre se ha referido a ésta como lo que técnicamente es, un embargo. El término bloqueo -que es lo que tuvo lugar durante la crisis de los misiles de 1962- forma ahora parte de la terminología castrista y, si no se cambia en el texto final, supondrá un evidente triunfo de éste en la imposición de su lenguaje victimista.

 No será además el único, pues los líderes iberoamericanos tienen previsto firmar una resolución en la que, con la supuesta pretensión de apoyar a Colombia en sus «esfuerzos de paz», citan a las FARC no como «terroristas», sino como grupos «irregulares», eufemismo propugnado por Cuba y Venezuela que el presidente colombiano ha dado órdenes tajantes de no aceptar.

Mucho se ha hablado del hambre o la pobreza, pero apenas nada de la corrupción o la inseguridad jurídica de los países iberoamericanos, en gran medida causa de las primeras. Pobre balance queda así de una cita que, anunciada como el relanzamiento de las cumbres, será sobre todo recordada por dos hitos: un nuevo enfrentamiento del Gobierno español con el de EEUU y la muy celebrada incorporación de Andorra al elenco de integrantes.

Para esto, hubiera sido mejor limitarse al ya tradicional «turismo presidencial» puesto en evidencia por Uribe.

Afirma el diario ABC en su editorial que sentar a los presidentes a hablar de Iberoamérica está bien, pero ya llevamos tres lustros haciéndolo. Se ha intentado proponiendo de antemano un tema central para ser tratado en las reuniones o, por el contrario, dejando el programa al albur de la actualidad, y ninguna de las dos opciones ha funcionado:

 

Por debajo de estos hechos, la comunidad iberoamericana existe de la mano de unos poderosos lazos de compenetración, sincronía e identidad entre los pueblos que la forman. Muchos factores nos unen: la lengua, la cultura, la historia y la vida de millones de personas que han formado parte de las formidables corrientes migratorias que se siguen produciendo hasta hoy en día -de las que el propio Iglesias es un ejemplo, puesto que nació en España pero su familia recaló en Uruguay-, y estos vínculos están ahí, renovándose a pesar de los casi dos siglos que han transcurrido desde el inicio de los procesos de la independencia americana.

 

´La conclusión no puede ser optimista. Que el Gobierno Zapatero haya prestado voz, voto y atención a los folclorismos políticos (no por ello exentos de riesgos) de Castro o Chávez y que haya revertido el hilo conductor de la política exterior de nuestro país -que por su delicada naturaleza debe ser ajeno a los vaivenes desquiciantes- es una muy mala noticia para España y para esta Cumbre.