El president, su hermano Ernest, Manuela de Madre y Carod Rovira

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Maragall quiere nombrar a su hermano conseller

PD, Domingo, 16 de octubre 2005
La capacidad de sorprendernos por las hazañas políticas de Maragall ya ha llegado a su límite". La frase es de Josep Pique, presidente del PP en Cataluña, pero la podrían firmar periodistas, ciudadanos y hasta algunos de los compañeros del presidente en el PSC, como Montilla o Manuela de Madre. Perplejidad, estupor, incredulidad, indignación... Las reacciones que ayer recorrían las filas del tripartito tras conocer que Pasqual Maragall había decidido por su cuenta y riesgo rehacer el Gobierno catalán no dejaban lugar a dudas.

 Cuando el debate sobre la reforma del Estatuto catalán no puede estar más encendido, debido fundamentalmente al rechazo que suscita en la mayoría del PSOE, Maragall se dedica a negociar con Carod-Rovira una remodelación de su Gabinete, sin informar a su partido, el PSC.

Sin perder tiempo, ERC filtra las intenciones del presidente y así la plana mayor de los socialistas catalanes se entera de lo mejor del asunto: quiere nombrar conseller de Universidades a su hermano Ernest, que ahora es secretario del Gobierno catalán. José Montilla pesa mucho mmás que Maragall en el PSC.

Desde que es presidente de la Generalitat, Maragall ha abusado del mesianismo de origen familiar, pero nombrar a su hermano conseller parece excesivo incluso para quien se cree elegido para hacer Historia en Cataluña. Al margen de las virtudes de Ernest Maragall, ya muy poderoso como apparatchik, no se conoce el caso de ningún presidente que haya sentado a un hermano en el Ejecutivo autonómico. Y el recuerdo de otros «hermanos» famosos dentro del PSOE debería disuadir a cualquiera para hacer uso de este nepotismo. Si no por ética, al menos por estética.

Ayer, sólo la oposición -integrada sólo por el Partido Popular- no ocultaba ayer su satisfacción porque le habían servido en bandeja el debate de política general, que empieza el próximo martes en el Parlament.

Subraya el diario El Mundo en su editorial que llevar a cabo una remodelación del Gobierno cuando el proyecto de Estatuto ni siquiera ha comenzado a debatirse en el Congreso "podría considerarse como una excentricidad, si no fuera porque están en juego cosas más importantes desde el punto de vista de la estabilidad del Estado":

 La huida hacia delante del presidente del Gobierno, permitiendo la aprobación de un Estatuto contrario a la Constitución, no sólo ha abierto una crisis nacional, sino que está provocando división en el Gobierno y tensiones en el PSOE. Según publicamos hoy, Zapatero tuvo que defender al ministro Montilla, primer secretario del PSC, de las críticas de sus compañeros del Gobierno y del PSOE durante una tensa reunión en La Moncloa. Estas y otras circunstancias son las que están minando a pasos agigantados su buena imagen como gobernante.

Con ese telón de fondo, la encuesta que este domingo ofrece El Periódico, es de enorme interés. Que un 46% de los ciudadanos españoles piensen que el nuevo Estatut de Catalunya pretende romper España, como señala el sondeo, es un dato inquietante que explica en buena parte el clima de crispación política que, por desgracia, se ha abierto paso en el país.

 La encuesta, realizada por GESOP tras la aprobación del proyecto por el Parlament, demuestra la muy distinta percepción de la realidad catalana dependiendo de si la muestra se reduce a esta comunidad o bien se amplía a todo el Estado español. Baste un dato: sólo un 18,9% de los españoles consideran que Cataluña es una nación, frente al 51,1% de los catalanes.

 Los recelos sobre las intenciones de los partidos catalanes revierten claramente en la intención de voto de los españoles. Es muy significativo que la cómoda ventaja de 3,9 puntos en intención de voto que llevaba el PSOE al PP en junio se haya reducido ahora a 1,3 puntos. Cómo se resuelva en el Congreso el debate del Estatut será posiblemente el punto clave para las próximas citas electorales. El Comité Ejecutivo del PSC, con Maragall en el centro.