Manuel Madrid, politólogo socialista

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«Zapatero cae, pero Rajoy no levanta cabeza»

Época, Lunes, 5 de diciembre 2005

El politólogo Manuel Madrid ya salió a escena el mes pasado, con un artículo publicado en Temas para el Debate titulado El Plan Maragall o el error Zapatero. ¿La “equivocación”? Piensa que fue incluir en esta legislatura “un fantasma” -en referencia al Estatut- ajeno a las “necesidades de la obra y a los gustos del público”. Y le pone fecha: el 22 de septiembre, día de la reunión del jefe del  Ejecutivo con Mas y Maragall en Moncloa, para dar el impulso definitivo al Estatuto catalán.

¿Zapatero pudo haber evitado ese “error” que usted señala o tenía ‘hipotecas’ políticas ya insalvables?

CiU era reticente a elaborar un nuevo Estatuto, que era más un proyecto del tripartito que de los nacionalistas conservadores. Quizá ahí esté la razón de por qué se buscó el apoyo de Artur Mas: para que, en caso de que fracasara la aventura estatutaria de Maragall y los independentistas, CiU no viera reforzadas sus posiciones electorales: si esta formación no se implicaba en el Estatuto, éste llegaría al Congreso con igual respaldo que el plan Ibarretxe; fracasado el proyecto en Madrid, los nacionalistas de Mas jugarían con una notable ventaja: explotar el victimismo nacionalista sin ser responsables de un Estatuto condenado desde el principio a no pasar el examen. No creo que Zapatero pagara ninguna hipoteca con esa reunión: sólo quiso ligar a CiU a la suerte del Estatuto para que no jugara con ventaja en las próximas elecciones.

¿Cómo afectarán las ‘maragalladas’ al PSOE y al propio Zapatero?

Maragall, que fue un excelente alcalde, se ha olvidado de los problemas reales de la sociedad y se ha investido de un mesianismo redentor de la nación catalana. Es hoy más un nacionalista catalán que un socialista de España, y eso levanta ampollas en las bases del PSOE, que no entienden esa postura y la consideran desleal. No creo que las maragalladas tengan gran repercusión en el partido, pero en el electorado catalán pueden hacer mella; eso debería valorarlo el PSC de cara a las elecciones autonómicas.