Marido y mujer, obligados hasta ahora por el Código Civil a "vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente", también deberán "compartir las responsabilidades domésticas y el cuidado y atención de ascendientes, descendientes y otras personas dependientes a su cargo", según la redacción incluida en la nueva normativa del divorcio aprobada ayer por la Comisión de Justicia del Congreso.

Ese añadido al artículo 68 del Código Civil es fruto de la enmienda presentada por el PNV. Este cambio se incluye en el dictamen del proyecto de ley que reforma la separación y el divorcio, aprobado ayer por la Comisión de Justicia del Congreso con el voto contrario del PSOE. Los socialistas argumentaron que la reforma en discusión sólo debe referirse a las rupturas matrimoniales, pero el resto de los grupos apoyó la enmienda (faltaron ERC y miembros del mixto).

Este texto, que irá al pleno en dos semanas, incluye modificaciones para limitar las posibilidades de conceder la custodia compartida cuando los padres no estén de acuerdo en ello, el aspecto más polémico. Sin embargo, el error al votar de una diputada propició que el dictamen tenga una redacción contradictoria en ese punto, con un "pegote inconexo", según el presidente de la comisión, Álvaro Cuesta. El error podrá subsanarse en el pleno.

También se aprobó una enmienda para obligar al Gobierno a elaborar un proyecto de ley sobre la mediación familiar, voluntaria, para resolver conflictos. El Ejecutivo deberá elaborar otro proyecto de ley que cree un fondo para que el Estado se haga cargo del impago de los alimentos para los hijos tras la ruptura.

La portavoz del PP, Carmen Amador, hizo un balance positivo de la reforma, pese a que "se ha tramitado de forma muy rápida" y tiene "lagunas".