No exige que ETA deje las armas, sino que manifieste voluntad de dejarlas

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Zapatero baja el listón

PD / Agencias, Jueves, 9 de junio 2005

El presidente Zapatero se despidió ayer de su última sesión de control en el Senado con la reafirmación de que la manifestación del pasado sábado, más allá de merecer su «profundo respeto», no le hará desistir de su propósito de dialogar con ETA.

Pero ayer introdujo un novedoso matiz: no repitió eso de que que antes de cualquier diálogo, ETA debe abandonar las armas de forma definitiva, sino que debe manifestar su "voluntad" de dejarlas. Todo está abierto a la interpretación.

«Si existe una opción -dijo textualmente- que el Gobierno pueda contrastar de que ETA tiene la voluntad de dejar las armas para siempre, por supuesto que el Gobierno dialogará». Bastaría pues, según sus palabras, con que ETA expresase su «voluntad» de renunciar al terror para, al menos, iniciar un proceso de diálogo.

Escribe M. Marín en ABC que, como ayer no había sesión de control en el Congreso, el PP aprovechó la comparecencia de Zapatero en la Cámara alta para preguntarle por la valoración que hacía de la marcha del sábado. El portavoz del PP, Pío García-Escudero hizo de Mariano Rajoy, quien en las últimas semanas ha fustigado a Zapatero con continuas preguntas sobre política antiterrorista, y s eencargó de preguntar.{pag}

García-Escudero arguyó que si la democracia tiene una deuda con alguien, es con las víctimas de ETA y no se salda sólo asegurando que «están en nuestra memoria», como hizo Zapatero el sábado; añadió que ningún Gobierno está legitimado para modificar la política antiterrorista sin contar con las víctimas, y menos con «expectativas absurdas» basadas en la «ingenuidad o en la vanidad» de un Gobierno que «da muestras de cesión» ante ETA; y concluyó pidiendo a Zapatero que «mire a los ojos a las víctimas y les diga la verdad».

A la respuesta de que está dispuesto a dialogar con ETA, el jefe del Ejecutivo unió que «el sentimiento de dolor y de apoyo moral hacia las víctimas es tan fuerte en mí, que nunca he hablado en nombre de ellas, ni nunca las he utilizado en el debate político». Un primer dardo que escoció entre los escaños del PP y provocó airadas protestas.

Además, Zapatero lamentó que por primera vez desde la transición la oposición no apoye al Gobierno en esta lucha y recordó que el suyo «es el único Gobierno de la democracia que no ha negociado». «Seamos justos con la historia y decentes con la verdad de los hechos», pidió para justificar que él tiene derecho a hacer lo que hizo el PP.

«Trágicamente -añadió como apelación a que nadie se arrogue en exclusiva la voz de los asesinados-, no podemos conocer la última voluntad de las víctimas de ETA , pero tengo la convicción de que la voluntad de la inmensa mayoría de los ciudadanos es ver el logro de que no haya más víctimas (...). El Gobierno trabaja por el fin de ETA y por la paz, que será el mejor tributo que entregar a las víctimas».