¿Recuerdan ustedes quién presentaba hace veinte años el magazine del fin de semana de Telecinco en la franja que ahora ocupa Toñi Moreno? Pues ni más ni menos que Isabel Preysler.
En la primavera de 1998, la ex mujer de Julio Iglesias estrenaba en la que entonces era la cadena amiga un programa de tendencias, protocolo y saber estar del que ya nadie se acuerda.
La entonces señora de Boyer se rodeó para su aburrido y tedioso programa ‘Hoy en casa’ de un plantel de colaboradores del que nada se volvió a saber tras su paso por el programa Luz Feduchi (decoración), Cayetano Carral (shopping), María Rosa Marchesi (protocolo)… Tan solo el naturista japonés Yoshio obtuvo cierta relevancia con sus consejos de belleza y protagonizó varias campañas publicitarias tras su paso por ‘Hoy en Casa’.
Era el modelo de televisión que hacía Telecinco en los años 90. Directivos diferentes a los de ahora quienes lo más fuerte o procaz que programaban o exhibían en sus programas eran chicas guapas y turgentes ligeras de ropa, por ahí aparecían las ‘Mama Chicho’ o las ‘Cacao Maravillao’, o programas como ‘Bellezas al agua’. Incluso en ocasiones era una televisión familiar, con series como ‘Médico de familia’ o programas como ‘Humor amarillo’, escribe JLM en Exclusiva Digital
Pero cambiaron las personas y cambió el modelo de televisión. Apareció ‘Gran Hermano’ con sus broncas en la casa de Agustín de Guadalix que continuaban después en los platós de los programa de Telecinco y llegó ‘Aquí hay tomate’ con el seguimiento y acoso a famosos. Y después llegó ‘Sálvame’ y los programas de entrevistas y más broncas del prime time de los viernes y sábados como ‘Salsa Rosa’, ‘Dolce Vita’ o ‘Enemigos íntimos’, y la ‘televisión amiga’ que en muchas casas tenían desgastado el número 5 del mando a distancia, se transformó en la televisión ‘……..’ (Pongan ustedes el calificativo que seguro que piensan el mismo que yo. Un modelo de televisión que apuesta todo a una carta pero que está dando muchas satisfacciones económicas y en audiencia a su líder Paolo Vasile
El mundo evoluciona, normalmente a mejor. Y las televisiones evolucionan, normalmente a mejor también, salvo las excepciones que confirman la regla.
