Si fueran futbolistas lo pasarían fatal ya que no están acostumbrados a jugar en campo contrario donde el equipo visitante es abucheado, silbado e insultado desde que pisa el terreno de juego.
Los de ‘Sálvame’, acostumbrados a jugar en su propio terreno, se han sentido molestos porque este domingo eran abucheados cuando fueron a la plaza de toros de Cuenca a cubrir el regreso de Jesulin de Ubrique a los toros.
La inmensa mayoría del público al unísono, entre quienes se encontraba el padre de María José Campanario, a la sazón suegro del torero de Ubrique, gritaban «¡Fuera! ¡Fuera!…» a Omar Suárez reportero del programa de las tardes de Telecinco y el cámara y ayudante de producción que le acompañaban.
Imaginamos que no esperarían ser recibidos con flores después del histórico trato que desde ‘Sálvame’ llevan dispensado a Jesús Janerio Bazán y toda su familia.
De ahí nuestro encabezamiento, pero como si fueran sumos sacerdotes judíos de siglo I, se rasgan las vestiduras y dicen que el rostro del padre de María José Campanario era «la viva imagen del odio y del rencor, quien continua su cruzada contra ‘Sálvame’ y convierte un día supuestamente feliz, en una nueva venganza contra el programa», según recoge la web de T5.
Pero es que además Omar Suarez dice que se hizo caquita: «Pasé miedo en Cuenca porque no solo fueron abucheos»,
Al finalizar la faena, los cámaras siguieron a los toreros y Omar se quedó solo.
«Me empiezan a tirar de todo, botellas de plástico, latas… y me dio miedo que la gente se contagiase y se animase también a tirarme cosas… francamente no entiendo nada. Esa gente no es Cuenca, es una minoría»
decía al final Omar, un buen profesional que daba champú de cariño a los conquenses con ese último comentario.