Con nombre de «pequeño burgués», como él mismo reconoce, Rafael García de Vinuesa es el «inductor» del asalto al colegio salesiano María Auxiliadora de Mérida.
Según la Polícía, su labor fue la de animar a los 100 estudiantes al grito de «¿Dónde están los curas que los vamos a quemar?».
Con 24 años, García de Vinuesa es secretario de Juventudes Comunistas en Extremadura, máximo responsable del Área de Juventud y es conocido como el ‘nini‘ por su compañeros de partido, según recoge este 19 de octubre de 2012 el diario El Mundo.
«Empecé a militar en las Juventudes Comunistas con 14 años. Estudiaba en un colegio de monjas y sí, te mostraban el mundo injusto, desigual. Pero la alternativa era o pasar el cepillo o rezar a Dios. No me convencía. Yo tenía conciencia de clase y descubrí una organización que persigue construir una sociedad mejor», explicaba él mismo al diario Público en 2009, en un artículo titulado «Los nuevos rojos«.
Forma parte de La Mayoría, corriente crítica de IU que intentó arrebatar el poder al líder regional de IU, Pedro Escobar, con el apoyo del PSOE mediante una moción de censura.
LA DENUNCIA DEL COLEGIO
El colegio salesiano María Auxiliadora de Mérida presentó este 18 de octubre de 2012 una denuncia en la Comisaría de Policía Nacional por los incidentes ocurridos en el centro el pasado miércoles durante la huelga de estudiantes.
En el escrito se explica:
«Hacia las 13.20 horas del miércoles un grupo de unos cien jóvenes accedieron al recinto del colegio. El personal de mantenimiento y algunos profesores trataron de impedir el paso a este grupo, pero unos diez lograron acceder al interior del edificio, profiriendo gritos contra la institución, violentando al personal que encontraban a su paso e intentando impedir el normal desenvolvimiento de la actividad académica».
Los responsables del colegio afirman que los jóvenes accedieron al comedor y tras recorrer el centro salieron por la cafetería. Una profesora resultó herida cuando trataba de cerrar una puerta.
Los estudiantes intentaron entrar por ese punto y ella sufrió un golpe en una mano.
El colegio defiende el derecho de manifestación, pero «exige que sea respetado el derecho a no secundar una huelga y al normal desarrollo de las actividades del centro».
También muestra su repulsa «ante el comportamiento vandálico de este reducido grupo que ha entrado violentamente en nuestro centro».