La operación cuenta con el apoyo de la oficina Invest in Extremadura, creada por el Gobierno extremeño
Ahmad al Khatib lo afirma y lo reitera: se ha propuesto convertir a Extremadura en la despensa del mundo árabe.
Ahmad es un empresario de origen jordano que lleva muchos años residiendo en España, concretamente en Cataluña. Entre sus negocios está la exportación de carne a países del Golfo Pérsico: Emiratos Árabes, Catar…
Es carne de primera calidad, procedente de animales sacrificados según el rito musulmán; carne ‘halal’, es decir, ‘permitida’, que ese es el significado de este término árabe.
Hasta ahora, Ahmad al Khatib exportaba carne de animales sacrificados en diferentes mataderos españoles. Por ejemplo lleva mucho tiempo vendiendo cabritos en Dubai. Pero la situación ha cambiado. El empresario ha comprado, por 6,7 millones de euros, un matadero en Olivenza (Badajoz) y a partir de ahora sacrificará en él los animales.
Comienzan los sacrificios
El matadero fue construido hace un lustro, a las afueras de Olivenza, la hermosa localidad extremeña famosa, entre otras cosas, por su feria del toro bravo. Las instalaciones están aún sin estrenar. Fue promovido por una empresa llamada Cárnicas Oliventinas, pasó a ser propiedad de Nueva Rumasa, lo compró Cárnicas Norteñas y ahora pertenece a la firma Golden Worldwide, empresa de la que Ahmad al Khatib es administrador único.
La inauguración de las instalaciones está prevista para el 12 de diciembre. Los sacrificios en periodo de prueba se inician en estos días. Se probarán las líneas de sacrificio de ternera, de cabritos y de cerdos.
Sí, de cerdos, de cerdos ibéricos productores de los mejores jamones d todo el mundo, porque la empresa de Ahmad al Khatib no solo exporta carne a países musulmanes, sino que también tiene clientes en otros mercados de religión no musulmana. «Tengo amistad con el presidente de Angola», afirma Ahmad.
El matadero comenzará a funcionar con una plantilla de unas 15 personas, de las que 10 son matarifes. La carne ‘halal’ no puede pasar por las manos de matarifes que no reúnan los requisitos exigidos por las creencias musulmanas. Cuando el matadero esté en plena producción tendrá una plantilla de unas 25 personas.
Una tierra rica
Ahmad al Khatib no conocía Extremadura, «una tierra rica», afirma, pero se muestra muy satisfecho con lo que ha encontrado en esta región. En primera lugar, ha visto productos de primera calidad. Y no sólo carne. También le interesan alimentos como el aceite, los quesos, vegetales, aceitunas y otros frutos… Todo lo que, por su exquisitez, pueda venderse en el mundo árabe.
Ahmad al Khatib recorre con paciencia una mesa de productos en la que una veintena de empresas extremeñas le muestran lo que hacen, intentando que le interese para captarle como cliente y, con él, al mundo árabe. Ahmad habla una por una con todas las personas que han ido a mostrarle su producción, se interesa por lo que les ofrecen y una joven de su equipo va tomando nota de cada presentación y de cada conversación.
El encuentro ha sido organizado por el Gobierno de Extremadura, concretamente por la oficina Invest in Extremadura, creada para buscar inversores y ayudarles a instalarse en la región extremeña. Ahmad al Khatib afirma que ha buscando mucho por toda España y, por fin, ha encontrado un lugar y una idea de negocio que le satisface. «Invest in Extremadura es muy positivo», afirma.
La oficina de captación de inversores del Gobierno extremeño facilita los trámites de apertura de un nuevo negocio y, si hace falta, hasta busca financiación. En el caso de Ahmad al Khatib no parece lo más necesario, pero sí resulta imprescindible una especial ‘atención al inversor’ que reside prácticamente más en las formas que en el fondo.
Extremadura, deseosa y necesitada de inversiones, ve en la iniciativa exportadora de Ahmad al Khatib una salida más que interesante. La conquista de mercados internacionales es un objetivo prioritario para el Gobierno de Extremadura.
