La operación «Zen» (como el nombre del lupanar) arrancó a partir de las denuncias de tres meretrices
Lo cuenta con todo detalles Carlos Hidalgo en ‘ABC‘. Y el asunto se las trae, porque los facinerosos combinaban lo que según los crusis es el oficio más antiguo del mundo, con la más moderna tenología.
Y todo, para incrementar las ganancias, teniendo de forma permanente controladas a las chicas que ejercen el penoso oficio de puta en la carretera.
La Comandancia de la Guardia Civil de Madrid desmanteló este 2 de marzo de 2012 un clan familiar que explotaba a la treintena de prostitutas que trabajaban en su club de alterne. Está enclavado junto a la A-5 (carretera de Extremadura), a su paso por Navalcarnero.
Las prostitutas trabajaban ‘atadas’ a una tarjeta con un microchip, que iba almacenando las cantidades que ganaban por servicio y que los dos arrestados y los otros dos imputados les controlaban.
Las chicas debían insertarlas a la entrada de las habitaciones cada vez que lasputas tenían un servicio.
Así, se iba acumulando el dinero que percibían las mujeres, que nunca manejaban efectivo.
También servía el sistema para imponer multas a las meretrices si llegaban más tarde de las cinco y media de la tarde, que es cuando comenzaban a trabajar.
La operación «Zen» (como el nombre del lupanar) arrancó a partir de las denuncias de tres meretrices. Aseguraban que eran sometidas a amenazas, coacciones y palizas por parte de los dueños del local.
Los cabecillas de la trama eran el propietario, el español P. L: M. H., de 42 años (y con antecedentes por robo y amenazas a vecinos que se quejaban del ruido de otro bar que posee), y su pareja, la dominicana D. M. S. R., de 25.
La Guardia Civil también ha imputado al hijo del primero y a la «madame» del burdel, conocida como «Mami».
El 2 de marzo de 2012, los agentes entraron en el prostíbulo, junto a la A-5 (carretera de Extremadura), a su paso por Navalcarnero.
Lo registraron y tuvieron buena constancia de cómo se trabajaba allí. Las condiciones de la cocina, por ejemplo, eran tan deplorables, que Sanidad la ha clausurado.
También se encontraron irregularidades en la máquina expendedora de tabaco y se traficaba con drogas.
A las mujeres y al resto de empleados (porteros, cocinero, camareros y limpiadoras) se les pasó un formulario con preguntas enfrentadas, para esclarecer la participación de cada uno de los sospechosos en los hechos.
NOTA.- leer artículo original en ‘ABC‘