Se sentaron a comer con más cara de circunstancias que apetito
Ha sudo lo que los taurinos conocen como ‘división de opiniones’ en los tendidos. Y en cualquier caso, no un plato de gusto para el ministro de Fomento, a quien la afición a la gasolineras le ha dejado mala cara, ni para el candidato socialista a La Moncloa, a quien las encuestas lo tienen de los nervios.
Alfredo Pérez Rubalcaba, acompañado por el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, viajó este 9 de octubre de 2011 a Lugo para comer el pulpo en las casetas de San Froilán, donde fue recibido con aplausos al entrar en el restaurante, aunque luego también tuvo que escuchar pitos por parte de algunos comensales.
El ministro de Fomento, ahora implicado de forma sonora en la operación Campeón, y el candidato socialista, junto con el secretario general del PSdeG-PSOE, Manuel Vázquez, fueron recibidos por el alcalde de la ciudad, el socialista José López Orozco, que los acompañó entre la multitud y dirigió la comitiva hasta la entrada de la caseta del restaurante La Palloza, en la que comían a esa hora cientos de personas.
Durante el trayecto hasta la caseta, que duró un par de minutos, Blanco fue hablando con el alcalde, que lo cogió del brazo para pasar entre la mucha gente que buscaba mesa, y saludando a las personas que se acercaban para darle la mano.
Al entrar en la caseta, los políticos socialistas recibieron aplausos, pero entre los comensales también se escucharon pitos y abucheos, que fueron creciendo hasta ser coreados por decenas de personas.
Finalmente, después de apenas un minuto de confusión, entre pitos y aplausos, los políticos socialistas, que a diferencia de otras ocasiones no tenían mesa apartada del resto de los comensales, se sentaron a comer con más cara de circunstancias que apetito.