Francisco Jorquera, hasta hace un par de días Diputado del Congreso en representación del BNG, ha planteado que el Presidente de la Xunta se lleve los contratos de PEMEX al Parlamento de Galicia, que convoque en sesión solemne a sus señorías galaicas y que, ante ellos, Dios, la historia y los Medios de Comunicación social, demuestre que es falsa la información de un periódico mejicano.
¿Un Parlamento o un circo electoral?
¡Ahí queda eso! El poder legislativo gallego en pleno dedicado a controlar al lejano cuarto poder mejicano, en vez de seguir controlando al poder ejecutivo galaico. El Hemiciclo del Hórreo convertido en un circo con actuación incluida de Pachi Vázquez y Francisco Jorquera con sus respectivos mariachis. Nunca un medio de comunicación había llegado a más ni un Parlamento a menos.
¿Qué ocurre con los períodos electorales? Va a ser cuestión de que las autoridades sanitarias, como han hecho con el tabaco, empiecen a advertir que las elecciones perjudican gravemente la salud mental de los políticos. Porque Jorquera, precisamente, es el adalid de la insumisión de Galicia al Estado español, a la Constitución, a la voluntad del conjunto de los españoles. Y ahora resulta que le ha dado un aire, y pretende someter a la Xunta y el Parlamento de Galicia nada menos que a una información publicada a miles de kilómetros de distancia.
Por lo menos Pachi Vázquez, el candidato del PSdG, ha estado más discreto. Ha tenido la hipocresía de declarar que le habría gustado que fuese verdad, segundos antes de reafirmar sus rotundas sospechas de que el contrato de PEMEX con los astilleros gallegos es puro humo. Pero Jorquera se ha tirado a degüello, sin paracaídas, sin red, al más puro estilo Goebels de intentar convertir una mentira repetida varias veces en una verdad.
La rabieta de Jorquera
Al margen del PRI, de PEMEX, incluso de la Xunta, la filial internacional de la empresa mejicana ha firmado contratos vinculantes con los respectivos astilleros gallegos. Feijóo sólo contribuyó a poner en contacto a ambas partes contratantes, y lo que se ha puesto en valor por parte de la opinión publicada gallega fue su labor intermediaria entre la demanda de una empresa internacional y la oferta cualificada de astilleros gallegos.
¿Qué pinta ése contrato en el Parlamento de Galicia? Si ya ha creado recelos en la Junta Electoral que Feijóo hable de él en público, ¿cómo podría permitir la institución que protege el juego limpio electoral que se colase en el Parlamento, por una rabieta del BNG, a menos de un mes de las elecciones?
Es evidente que al candidato nacionalista no le alegra la posibilidad de que el naval gallego pueda tener la carga de trabajo de dos hoteles flotantes. La buena nueva, en un sector que se estaba yendo a pique, ha sentado como una patada en sus partes a los candidatos alternativos a Feijóo. Y esa actitud, tan corriente entre los políticos en celo electoral, es la que ha ido convirtiendo a esa casta en uno de los mayores problemas para los españoles en las encuestas del CIS. ¿Sólo importa quién lo ha conseguido o tiene más importancia lo que se ha conseguido?
Los astilleros gallegos se merecen la confianza de PEMEX
Que se aclaren de una vez los políticos y sus electores. Las dudas que intentan hacer planear los partidos de la oposición sobre una solución para el naval auspiciada por la Xunta, es una artimaña electoralista dirigida contra Feijóo. No quieren que los gallegos contemplen la botella del naval medio llena, sino prácticamente vacía. Por lo menos de aquí al 21-0. Pero, con las cosas de comer, con las expectativas de creación de puestos de trabajo, no se puede jugar a «hundir la flota» con estrategias electorales.
Es un tiro al aire que les puede salir por la culata a Jorquera y Pachi Vázquez. Porque pueden provocar otra pregunta por parte de los gallegos: ¿Les parece imposible que PEMEX (PMI) cierre contratos con los astilleros de Ferrol y Vigo, porque no confían en que el naval le pueda ofreceré garantías tecnológicas, de cualificación de mano de obra y de calidad del producto terminado a la megaempresa mejicana?
Entre los sectores más competitivos internacionalmente de Galicia, pocos gallegos dudan que el Naval esté entre ellos. Salvo Pachi, Jorquera y algún portavoz de comité de empresa, el resto de los gallegos sabe que la filial internacional de PEMEX (PMI) hace un buen negocio en precio y calidad contratando sus hoteles flotantes a los competitivos y punteros astilleros gallegos.