El Comité Federal del PSOE ha suspendido de militancia a Carlos Príncipe, el exalcalde y veterano socialista de Vigo que, el pasado martes 23 de abril, describía la errática, contradictoria, caprichosa, ególatra e indescifrable trayectoria de Abel Caballero como alcalde de la ciudad.
El pediatra y socialista crítico local abrió la caja de los truenos, acusó a Caballero de «hacer política Peronista» y permitió a muchos ciudadanos encontrar explicaciones a extraños sucesos que se producen en el entorno de la Alcaldía, en los medios de comunicación afines al Régimen y en una parte de la sociedad viguesa.
Todo «peronismo» tiene su Evita, que en el caso de Caballero, salvando las distancias, se llama Carmela Silva. Todo peronismo tiene su periódico, o sea, su Faro mediático. Y, por encima de todo, como herramienta imprescindible para su implantación en la sociedad, todo peronismo que se precie tiene sus «descamisados», sus «matones» en actos públicos, sus incondicionales estómagos agradecidos, sus fanáticos, sus francotiradores apostados en las redes sociales que, inasequibles al desaliento, disparan virtualmente a todo lo que se mueve sin el control de su «führer»
Con una eficiencia digna de ser señalada, la secretaría de Organización federal le ha remitido ya, con sólo tres días de deliberación, el acuerdo de suspensión de militancia al díscolo exalcalde vigués. Consideran circunstancias de mucha gravedad sus persistentes y críticas declaraciones públicas y hacen especial hincapié en la colaboración con rivales políticos, en alusión a la presentación que hizo del conselleiro del PP, Alfonso Rueda, en Fórum Europa Tribuna Galicia.
Es una pena que unos señores capaces de actuar con tanta diligencia en el Comité Federal, ante esta minicrisis política en Vigo, pertenezcan al mismo partido que, durante siete años y pico de gobierno de la nación, actuasen con tanta parsimonia a la hora de afrontar la crisis económica de España. Pero rectificar, aunque sea tarde, siempre es de sabios.
Abel Caballero y su Salomé exigieron la cabeza del Bautista, y el partido se la sirvió en bandeja en menos de 72 horas. Pero Príncipe ya ha avisado que morirá con el carné del partido puesto. Que va a vender muy cara su militancia y que, durante meses, años, quizá, seguiremos hablando del peronismo vigués y esa consigna que mantiene a la ciudad crispada: o estás con nosotros o estás contra nosotros.
Periodista Digital ha hurgado en la memoria histórica, cuando Abel Caballero todavía militaba en el PCE, y no ha encontrado la mínima queja del alcalde excomunista, entonces miembro del partido, pidiendo la suspensión de Santiago Carrillo por haber permitido que le presentase Manuel Fraga en el legendario Club Siglo XXI.
Tres años después, quizá decepcionado, solicitó su venturoso ingreso en las filas del PSOE y desarrolló, hasta límites insospechados, una fértil carrera hacia la incompetencia que despeja cualquier duda sobre el «Principio de Peter».