‘Luces de Bohemia’, Valle Inclán en su esperpento

Una buena versión del clásico en el María Guerrero

¿Será Luces de Bohemia de Ramón María del Valle‐Inclán la obra teatral española más representada en la democracia? Necesitó cincuenta años para ser estrenada y lo fue con enorme éxito en la etapa final del franquismo. Lluís Homar recupera su andadura de director después de una década larga sin ejercerla. Esta producción del Centro Dramático Nacional hace honor a su nombre y cometido, un gran trabajo que nos acerca a la comprensión del esperpento, esa deformación de la realidad que entremezclando lo trágico y lo cómico llega
a lo grotesco, a la visión surreal de la sociedad española, al tremendismo de unos intelectuales muy brillantes que no dieron con la fórmula regeneradora y poblaron de sombras su bohemia.

En Luces de Bohemia siempre se ha reparado más en los exabruptos críticos del protagonista y sus amigotes que en la inconsecuencia de unos personajes a los que se les va toda la fuerza por la boca, siempre dispuestos a denostar lo propio y alabar lo ajeno, esgrimiendo esa típica crítica destructiva -incongruente, exagerada, argumentada con exageraciones y comparaciones trucadas, y sobre todo repleta de palabrería hueca, consignas ruidosas y demagogia irresponsable- que ha alimentado nuestras tragedias colectivas y especialmente la última, para no irnos lejos.

Esta versión no termina de aclarar el malentendido -Máximo Estrella no es un héroe sino un botarate, no es un un ejemplo moral sino un naúfrago errado- pero su buena factura facilita el entendimiento. Por las reacciones del público me temo que la mayoría seguirá confundiendo las superficiales soflamas de don Max con argumentos serios, pero es posible captar el trasfondo, la visión esperpéntica de una intelectualidad impotente, y no quedarse solamente en la anécdota de los ‘malos’ de pacotilla como el ministro de la gobernación y los buenos de leyenda como el obrero barcelonés anarquista.

El esperpento no necesita cargar las tintas y quien lo hace lo traiciona. Necesita únicamente de sutiles señales que hagan dudar al espectador de lo que está viendo, que le hagan preguntarse quiénes son y qué aportan esta bohemia literaria (la «golfemia», como decían los castizos), de ayer, de hoy, y si no se remedia, de mañana.

Homar conjunta todos los ingredientes en una realización sobria y efectiva. La escenografía al gusto actual por ahorrar al máximo, apenas cuenta con una pasarela y algunas mesas y sillas. Si seguimos reduciendo, llegará el momento de que la misma profesión, sobre. Las inmensas columnas de libros apilados que forman los laterales del escenario son sin embargo, cuando se evidencian, un bonito recurso cargado de connotaciones contradictorias. Libros que coloca el librero Zaratustra, libros que se derrumban abriendo el portal de la buhardilla del pobre Estrella, libros que amontonados con las palas de los sepultureros, formarán su tumba.

Todo el equipo artístico funciona al unísono y lo hace notablemente. En cuanto al elenco, algo parecido podría decirse. Un bravo por los actores secundarios que incorporan tres papeles sin que nos demos cuenta; otro bravo por Enric Benavent en un gran Don Latino y por Jorge Calvo en un Ruben Darío ad-mi-ra-ble. Reparto enorme y exigente. Misión cumplida. Si se conoce la obra y se ha visto ya en escena, ocasión para comparar y profundizar; si nunca se ha visto, imprescindible manera de entrar en estas luces que son sombra, en esta bohemia que es peripatética manera de amagar y no dar, de predicar y no dar trigo, de perpetuar los males y de errar el tiro.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 7
Versión, 7
Dirección, 7
Interpretación, 7
Escenografía, 6
Producción, 8

Teatro María Guerrero
Centro Dramático Nacional
http://cdn.mcu.es/

Luces de Bohemia
de Ramón María del Valle‐Inclán
Dirección, Lluís Homar
20 de enero a 25 de marzo de 2012

Equipo artístico
Dirección Lluís Homar
Dramaturgia y composición musical Xavier Albertí
Escenografía y vestuario Lluc Castells
Iluminación Albert Faura
Sonido Roc Mateu
Movimiento escénico Óscar Valsecchi
Caracterización Cécile Kretschmar
Vídeo José Antonio Pedraza
Ayudantes de dirección Raúl Fuertes. Adriana Roffi
Producción: Centro Dramático Nacional

Reparto (por orden alfabético)
Pica Lagartos / Un sepulturero / Capitán Pitito
Fernando Albizu, Don Latino de Hispalis Enric Benavent
El rey de Portugal / Don Serafín el Bonito /Dieguito, Jorge Bosch
Dorio de Gádex / El Pollo del Pay ‐ Pay, Ángel Burgos
Rubén Darío / El conserje de El Popular / Sereno, Jorge Calvo
Max Estrella, Gonzalo de Castro
Cochero / Guardia 2 / Camarero del Café Colón, Javi Coll
Flora, la portera /La periodista / Viejo escribiente, Mariana Cordero
Guardia 1 / Basilio Soulinake / Borracho, Gonzalo Cunill
Zaratustra / El Ministro de la Gobernación/ Otro sepulturero, José Ángel Egido
El preso, Rubén de Eguia
Mínguez/Violinista, Sergio Gómez
Chico de la taberna/Pérez/Joven desconocido, Adrián Lamana
El ujier /Un celador/Clarinito/Empeñista, Jorge Merino
Enriqueta La Pisa Bién / La madre del niño muerto / Una vecina, Nerea Moreno
Madama Collet / Vieja pintada, Isabel Ordaz
Rafael de los Vélez/Pianista, Luis Prado
Don Filiberto, redactor de El Popular/Don Gay / Marqués de Bradomín Retirado, Miguel Rellán
Claudinita / La Lunares / La chica de la portera / Gálvez, Marina Salas.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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