Eugene O´Neill resulta un poco anticuado

"El largo viaje del día hacia la noche", con Vicky Peña y Mario Gas

Eugene O´Neill resulta un poco anticuado
El largo viaje del día hacia la noche, de Eugene O´Neill, en el Marquina

Un dramón de hace medio siglo que se parece mucho a otros de la época, disecciones de familias muy respetables bajo cuya fachada armoniosa se oculta el infierno cotidiano. Madre morfinómana, hijo mayor alcohólico y fracasado; hijo pequeño nunca querido y gravemente enfermo; y el que falta del cuarteto, cabeza de familia autoritario y avaricioso, amable por fuera, reseco por dentro. Un dramazo que aparece hoy lejano, ajeno. «El largo viaje del día hacia la noche» (ó literalmente Viaje de un largo día hacia la noche,  Long Day’s Journey into Night ) junta el mítico nombre de este premio nobel norteamericano con una pareja de pesos pesados de la actual escena española, la actriz Vicky Peña y el director Mario Gas en su faceta de actor.

La versión de Borja Ortiz de Gondra no despierta reparos. La dirección de Juan José Afonso es correcta. La puesta en escena resulta más pobre que lo que parece en la foto, pero se realza con la proyección de imágenes sugerentes. La interpretación es notable, especialmente en lo referente al protagonista que encarna un Mario Gas medido y convincente. Y entonces, ¿qué es lo que falla? ¿por qué resulta tan aburrida y postiza? Pues porque O’Neill fue un triunfador en su tiempo cuyo teatro de conflicto psicológico se ha quedado obsoleto, encajonado entre sus maestros Chéjov e Ibsen, sus muy similares contemporáneos Miller, Steinbeck y cía, y la ruptura de mediados del siglo XX con la que Samuel Becket y los Pinter e Ionesco dinamitaron la fórmula clásica de largos parlamentos de la risa al llanto, con charla convencional salpicada de pullas espantosas, esos textos emotivos para mayor brillo de actores y actrices, pero tan poco reales, tan poco creíbles, tan poco auténticos.

Este largo viaje duraba cuatro horas en versión íntegra y ha quedado en algo más de la mitad: todavía demasiado. Es un día de agosto de 1912 en casa de James Tyrone, célebre actor de teatro, rodeado de su esposa y sus dos hijos. Lo que comienza como una plácida jornada de verano irá convirtiéndose, a medida que los demonios familiares salgan a la luz, en una lucha sin cuartel entre los cuatro, condenados a vivir juntos, tratando de reavivar los rescoldos del cariño perdido mientras cae la noche.

Borja Ortiz de Gondra cita a Tolstoi, al comienzo de “Anna Karenina”, cuando escribe eso de que todas las familias felices se asemejan, pero cada familia infeliz es infeliz a su modo, para defender lo contrario, que el espectador va a encontrar que ‘los seres humanos que palpitan enfrente de él se parecen demasiado a nuestros propios hogares. ¿Quién no reconocerá en una réplica, en un gesto, en un silencio de los Tyrone algo vivido en su propia carne, en algún momento de su vida familiar?’. Nosotros, nos parece que muchos otros espectadores, desde luego que no hemos conocido a ningún James ni a ninguna Mary, demasiado armados como personajes de teatro. De Ortiz de Gondra y otros cuatro autores estrenó era el texto poliédrico de ‘Nada tras la puerta‘ estrenado este mismo año en el Centro Dramático Nacional, una propuesta completamente fallida en nuestra opinión de entonces. Mejor fue su versión junto a Juan Diego Botto de Hamlet en 2008 en el María Guerrero. Nos dice ahora que «El largo viaje del día hacia la noche» es ‘un espejo para decirnos que nadie está a salvo, que bajo cualquier apariencia de armonía familiar siempre laten demonios que terminan por salir’. Lo malo es que los conflictos familiares de hoy se parecen poco a este, muy autobiográfico, ambientado en los Estados Unidos rurales de los años 20, escrita a comienzos de los 40 y estrenada en Broadway a mediados de los 50, la más famosa obra de O’Neill gracias a la versión cinematográfica de 1962 protagonizada por Katharine Hepburn.

De Juan José Afonso hemos visto sus anteriores estrenos de piezas de Juan Mayorga, «El crítico. Si supiera cantar me salvaría» en 2013 y «El arte de la entrevista» este mismo año y en este mismo teatro: un trabajo flojo el primero y notable, sin embargo, el segundo a nuestro modesto entender.

Ya hemos avanzado que Mario Gas hace un James Tyrone convincente, y que como actor no tiene nada que envidiar a su faceta de director. A Vicky Peña no terminamos de encontrarla como esta Mary Cavan Tyrone, que debería sufrir vaivenes de conducta más abultados siendo como es una adicta oscilando entre dosis y abstinencias. Nos gustó más en «Un tranvía llamado deseo», dirigida por quien es ahora su antagonista. Gas y Peña son o fueron pareja sentimental y tienen dos hijos. Alberto Iglesias y Juan Díaz cumplen en unos papeles secundarios que nacieron poco perfilados; también está en su sitio Mamen Camacho.

Nos pareció en 2012, cuando Mario Gas al frente del Teatro Español programó ‘Una luna para los desdichados‘ en el Matadero, que el teatro de Eugene O’Neill ha envejecido mucho y mal. Esta puesta en escena de «El largo viaje del día hacia la noche» viene a confirmarlo. Ambas son teatro de otro tiempo con personajes enormes pero huecos para lucimiento superficial de sus intérpretes.

En la velada siguiente al estreno, el teatro -un recinto predispuesto a la claustrofobia por lo escaso de sus accesos-, estaba lleno a rebosar. Tras hora y media de tediosa exposición de cuitas por parte de la familia Tyrone, llegó el malhadado entreacto, al que seguiría una hora más de lento crujido de dientes al supuesto borde de un intuido mar. Algunos espectadores no fueron capaces de resistir y huyeron calle Prim arriba. Y nosotros, qué vergüenza, estuvimos entre ellos.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 6
Texto, 7
Dirección, 7
Escenografía, 5
Interpretación, 7
Producción, 5
Documentación para los medios, 5
Programa de mano, 4

Teatro Marquina
«El largo viaje del día hacia la noche», de Eugene O´Neill
Desde el 4 de septiembre de 2014 l
Versión de Borja Ortiz de Gondra
Dirección de Juan José Afonso.

Elenco :
JAMES TYRONE: Mario Gas
MARY CAVAN TYRONE, su esposa:  Vicky Peña
JAMIE TYRONE, su hijo mayor: Alberto Iglesias
EDMUND TYRONE, su hijo menor: Juan Díaz CATHLEEN
CRIADA: Mamen Camacho

Escenografía y vestuario:  Elisa Sanz
Iluminación :  Juan Gómez- Cornejo Sánchez (A.A.I.)
Video:  Eduardo Moreno
Ayudante de Dirección:  Laura Ortega
Producción: Grupo Marquina.

Jueves y viernes a las 20.30h; los sábados a las 18.30h y a las 21.30h; y los domingos a las 19.00h.
Precio: 25 euros.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

Lo más leído