El burlador de Sevilla, versión discoteca

Espectacular montaje de un tenorio absuelto con erotismo y tracas audiovisuales

El burlador de Sevilla, versión discoteca
El burlador de Sevilla - Teatro Español

Llega Don Juan Tenorio a su cita otoñal con los españoles y llega en una versión espectacular y atronadora, respetuosa con la trama y el texto de fray Tirso de Molina, y sobre todo fiel a la reverencia y la admiración apenas oculta con que la generación de la Transición -esa que entre los 35 y 45 años están tomando el relevo actualmente- conecta con la aprobación de facto que todas las anteriores han ejercido frente a este malvado, depravado y miserable personaje, más allá del justo castigo divino en el que ya casi nadie cree y a nadie importa.

Llega Don Juan Tenorio y esta vez no llega en la visión más popular, la romántica de José Zorrilla, sino en la barroca de El burlador de Sevilla, atribuida a Tirso de Molina aunque no haya seguridad en su autoría. Irá en gustos, pero en el nuestro la de Tirso es más consistente que la de Zorrilla, con más elaborado argumento y mejores versos, con un trasfondo intelectual más sólido, sin monja pero con una duquesa, una pescadora, una rica heredera y una plebeya en cuatro abusos sucesivos de su posición social privilegiada, de ser hijo de un poderoso consejero real, y de una familia influyente que tapa las vilezas de su oveja negra con la complicidad habitual.

Lo más destacable es que este mito, cuyas raíces pueden detectarse en romances medievales, este personaje desagradable que tiene a gala deslumbrar a las mujeres con su poder, engañarlas con promesas falsas, burlarlas con trucos, engaños y burlas, y deshonrándolas haciéndoles perder su única posesión entonces, una virginidad de la que dependía su futuro, y cuya pérdida las condenaba a una vida fatal, es adoptado por  Darío Facal como tantos y tantos adaptadores y directores anteriores, que si no llega a identificarse con el protagonista, poco le falta.

Facal nos confiesa: ‘Existen tantos Don Juanes como mujeres intenten imaginarlo y hombres intenten asemejarse a él. Podemos por fin imaginarlo como un mito erótico y no como un mito amoroso y representarlo con todo el erotismo, sexualidad y sensualidad que emerge de la obra. Encontrar el humor de este personaje subversivo que nos seduce con su profundo amor a la vida, con su enorme necesidad de vivir rápido y tener un bonito cadáver. Este montaje será una celebración de los sentidos lleno de sensualidad, erotismo, literatura, música y teatro. Un espectáculo lleno de todas aquellas cosas que nos dan placer’. Y aunque dice que ‘el montaje no quiere únicamente representar las aventuras eróticas de Don Juan y su road movie a través de Europa, más bien procura explorar las incertidumbres del texto y respetar sus incógnitas sin pretender darles respuesta’, no hay duda de su elección y de su predilección, y se predispone la concupiscencia con un aviso en mayúsculas: ‘Se advierte al público del contenido erótico de determinadas escenas’.

Efectivamente la pieza se inicia con la filmación en primer plano de los simulados placeres orgásmicos de Marta Nieto en el papel de la duquesa Isabela, continúa con Alex García interpretando a Don Juan Tenorio con el lucimiento de sus atributos bajo una camisola, y termina con Judith Diakhate mostrando su vello público al completo, enmarcado de lencería excitante. Entre medias hay un cuadro en el que coexisten todas las formas de hacer el amor en un kamasutra animado y las dos horas de duración registran el consabido despliegue de nalgas y anatomías.

Además de ello, afortunadamente, el montaje es un espectacular despliegue de fuegos de artificio visual y sonoro, tan espectacular que se come a la pieza en muchos momentos hasta convertirla en disculpa meramente colateral. Al diseño de audiovisuales de Iván Mena Tinoco no podemos ponerle más pega que lo zafio de algunas secciones (las fisio-médicas de penes irguiéndose y úteros abriéndose en plena lección de anatomía) y sobre todo la omnipresencia de la proyección, el tamaño intimidante de la pantalla. Sobre el espacio sonoro de Álvaro Delgado disentiríamos del elevado volumen general y de los consiguientes protagonismo y profusión de micrófonos.

Pero el trabajo en su conjunto es notable para las tablas españolas, aunque siga la estela ya surcada hace tiempo por las mejores compañías internacionales en su etapa ‘espectacularista’ ya superada. El uso de cámara de vídeo en el escenario y la proyección de las tomas en vivo y en directo, alternadas con elementos dispares seleccionados con gusto y tino, y editadas con efectos sorprendentes sobre todo en la toma final, es de destacar. En cuanto a la composición musical de Álvaro Delgado nos es grato elogiarla; elogiar la música en directo, interpretada instrumental y vocalmente por el elenco; elogiar algunos efectos sonoros magníficos, incluido el sonido de cuerdas y campanillas misteriosamente emergiendo desde nadie sabe dónde; elogiar las coreografías sucesivas de danzas discotequeras colectivas.

Con estos dos ingredientes técnicos tan sabrosos, tan actuales, tan vigentes, el director monta un espectáculo de altos vuelos, plagado de efectos especiales que refrescan la atención del espectador sin darle respiro. El diseño de vestuario es bueno y el de iluminación, mejor. Los ayudantes técnicos hacen un gran trabajo. Del imprescindible asesor de verso en que se ha convertido Ernesto Arias, disentimos en parte de los cambios de registro -toques chelis, chabacanos, humorísticos, irreverentes o insinuantes- y pensamos que la actualización del recitado no está del todo lograda.

Esta generosa producción cuenta con un reparto de trece actores, todo un lujo en estos tiempos. En su dirección coral e individual donde notamos las mayores lagunas en el trabajo de Darío Facal, aunque teóricamente sea todo un especialista en el tema. Aprobamos en general a las actrices, aunque hubiera sido de desear una mayor diversificación en voces y modos entre ellas en pos de distinguirlas claramente. Y reprobamos en general a los actores, empezando el descomunal griterío tan desagradable de Alex García y su tinte bravucón, y de Luis Hostalot y su poco matizado oscilar entre la complicidad y la condena. No nos gustó el duque Octavio, y poco el marqués de la Mota y Batricio. Sí don Gonzalo de Ulloa, y aún más Catalinón, que a ratos parece más señor que su amo.

Toda la posmodernidad suntuosa del montaje rompedor se estrellaba con la aceptación servil de uno de los mitos más reaccionarios y chocantes en la vida de hoy. Quizás es un problema conceptual irresoluble a no ser que se adopte un distanciamiento filosofante que hoy no gusta. Entre la farándula invitada al estreno, que cada día retrasa más el inicio con un comportamiento reprobable (llegando cada vez más tarde y resistiéndose a ocupar su sitio con una obstinación irritante para quienes cumplen las normas), predominó el entusiasmo generacional por la modernez formal de la propuesta (no querríamos pensar que por el trasfondo ideológico) aunque hubo sectores que apresuraron su reprobatoria salida. Pero los aplausos sonaron más a formales que a entusiastas. Veremos que deparan las funciones previstas a lo largo de todo este mes.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés: 9
Texto: 9
Dirección: 7
Puesta en escena: 8
Interpretación: 7
Producción: 8
Programa de mano: 6
Documentación para los medios: 8

TEATRO ESPAÑOL
EL BURLADOR DE SEVILLA
Atribuido a Tirso de Molina
Adaptación y dirección: Darío Facal
Del 1 de octubre al 29 de noviembre de 2015

Reparto por orden de intervención

CATALINÓN Agus Ruiz
LA DUQUESA ISABELA Marta Nieto
DON JUAN TENORIO Álex García
EL REY Emilio Gavira
DON GONZALO DE ULLOA Eduardo Velasco
DON PEDRO TENORIO Luis Hostalot
RIPIO Rebeca Sala
EL DUQUE OCTAVIO Rafa Delgado
TISBEA Manuela Vellés
MARQUÉS DE LA MOTA David Ordinas
DOÑA ANA DE ULLOA Alejandra Onieva
BATRICIO Diego Toucedo
AMINTA Judith Diakhate

Ficha artística

AYUDANTE DE VESTUARIO Cristina Martínez
AYUDANTE DE ESCENOGRAFÍA Cristina Otero
AYUDANTE DE DIRECCIÓN Javier L. Patiño
ASESORÍA DE VERSO Ernesto Arias
COMPOSICIÓN MUSICAL Y ESPACIO SONORO Álvaro Delgado
DISEÑO DE VESTUARIO Ana López Cobos
DISEÑO DE AUDIOVISUALES Iván Mena Tinoco
DISEÑO DE ILUMINACIÓN Manolo Ramírez

Una producción del Teatro Español
Horario De martes a sábados 20h. Domingos, 19h.
Precio De 5 a 22€. Martes, miércoles y jueves 25% de dto.
Encuentro con el público, 21 de octubre.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

Lo más leído