La clausura chic del amor bobó

Rambert, Lennie y Elejalde magnifican hasta aturdir una simple rotura de pareja

La clausura chic del amor bobó
La cclausura del amor, de Pascal Rambert

Precedida de esa fanfarria promocional camuflada que asegura los éxitos, llega al Festival de Otoño a Primavera ‘La clausura del amor’, escrita y dirigida por Pascal Rambert, protagonizada por Barbara Lennie e Israel Elejalde. Toda una conspiración para el éxito. Cinco funciones con las entradas agotadas, crítica y público deslumbrados. Nos pareció un aceptable texto con una  notable interpretación para un producto quintaesencia de la actual cultura gala: vacuidad, pretensiones y angustia, todos los galones de la cultura ‘bobo’ (con acento agudo), diminutivo francés coloquial para bourgeois bohème, esa entrañable tribu urbana.

Nos dicen que es ‘una sinfonía del desamor, un ajuste de cuentas del corazón, una cuchillada en las entrañas’, demasiado lirismo para tan prosaica causa. La ruptura de un matrimonio con tres hijos (los actores escogidos no dan las exigencias de casting) representada en dos interminables monólogos literarios algo tediosos. Un texto cuidado, una pieza con oficio, dos actores notables y la sensación corrosiva de no haber sacado nada en limpio.

El autor y director francés Pascal Rambert dirige esta adaptación española de su pieza estrenada en 2011. Una pareja se rompe, pero en vez de romperse como todas -discusiones y afrentas, dimes y diretes a lo largo de un período más bien largo que corto- lo hace en un par de monólogos pretenciosos, poblados de metáforas discutibles y discursos literaturizados que quieren simbolizar lo cotidiano a un nivel más sofisticado, más pijo, más chic, más del gremio de intelectuales y artistas que del pueblo llano. Se nos anuncia con solemnidad: ‘Miedo y liberación se mezclan en la desgarradora charla de la pareja, un combate devastador y sin piedad entre un hombre y una mujer que mantiene la intensidad hasta las últimas frases’. Literatura. De monsieur Rambert no contamos con antecedentes porque no viajamos todos los años a Avignon para empaparnos de las excelencias teatrales del país vecino. Sin duda hábil y experimentada figura de la escena francesa. Hábil como para rodear una banal ruptura matrimonial (que pasaría desapercibida en una sala pequeña, quizás más adecuada para tan intimista trama), con el contexto impresionante de los grandes montajes para ofrecer en tan amplio cascarón un fruto pequeño: tan sólo el vacío un gran escenario sin más aportación que un cuadrilátero de moqueta blanca bajo una batería de fluorescentes para un combate dialéctico absolutamente irreal, para una verborrea dialéctica que quizás sea la nueva atracción en el mundo del espectáculo a medida que el mundo real ya no hable, sólo use el teléfono móvil.

Es posible que para los que viven entre uasaps, oír frases medianamente articuladas, escuchar palabras como clausura, vehemente o zaherir, sea toda una novedad deslumbrante. Pero los que todavía usamos el lenguaje no necesitamos estas luminarias apoteósicas de léxico desbordado, en algunos momentos francamente desbordado.

De los dos actores, Lennie y Elejalde conocemos, sí, sus trayectorias. Son los actores favoritos de un director y de un crítico que gozan de gran predicamento. En 2010 trabajaron para Miguel del Arco y Aitor Tejada en su adaptación libre de Seis personajes en busca de autor de Luigi Pirandello (lean la reseña de entonces y también los comentarios a la misma). En 2011 hicieron ‘Veraneantes’, basada en la obra de Maxim Gorki, también para Miguel del Arco, que firmaba así mismo el texto de la reescritura (ver nuestra reseña de entonces). Y ya en 2014, ‘Misántropo’, también ‘basado libremente en el original de Molière’ en versión y dirección de Miguel del Arco (ver nuestra reseña de entonces). Hay que decir que han sido constantes sus progresos y que con esta Clausura dan un paso más en su ya firme trayectoria. Algún premio caerá, seguro. El esfuerzo es enorme, sobre todo en el caso de Elejalde. El resultado es notable, sobre todo en el caso de Lennie: impresionante su inmóvil y muda actitud en escena. Director e intérpretes ofrecen un gran curso actoral. ¡Pero qué poco interesante lo que dicen, qué banal paisaje tras el bosque de palabras!

La propuesta dice: ‘¿Qué es lo que amamos cuando amamos? ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor? Dos amantes que, palabra a palabra, se enfrentan y se atraviesan queriendo cerrar para siempre una relación que les ha construido y destruido desde hace varios años. Elejalde, con un lenguaje preciso, quirúrgico y torrencial. Lennie, con su visión de la relación, más tierna y pasional, pero igualmente devastadora. En la obra, el público descubre una hermosa, aunque muchas veces violenta, percepción del amor. Se sobrecoge con una tragedia amorosa, una disertación sobre la condición humana y las trampas del sexo, la ternura y el amor. Una pareja clausura su amor, nos hechiza y nos absorbe. Eso es La clausura del amor’.

Si el autor no fuera francés y consagrado; si la pieza no hubiera nacido tan prepotente, aspirando a alto volumen espacio-temporal a cambio de tan poco; si la propuesta no hubiera sido tan original como para dar otra vuelta a la tuerca teatral y en vez de aspirar a reflejar el mundo, plantear una situación tan artificial en la que la discusión se establece por turnos interminables, en la que ella es capaz de escucharle a él durante una larga hora sin abrir la boca, sin responder una palabra, sin apenas hacer un movimiento, en la que él a continuación escucha a ella durante casi otra hora en el mismo plan, en la que lo que se dicen son cosas que nadie puede decir en serio, en fin, si no fuera por todo este valor añadido, La clausura del amor podría juzgarse de absoluto fracaso.

Sin embargo, como vivimos en este mundo de impostura, de prefabricados a base de promoción y mercadotecnia, de públicos inanes cogidos del pescuezo, esta producción está destinada a ser un éxito. De crítica, de taquilla y de todo. Los 125 minutos anunciados fueron podados en 15 ó 20, aún así la pieza es una prueba de resistencia para los espectadores. Como habían sacado su entrada con mucha antelación y las localidades estaban agotadas en todas las sesiones, en la última de ellas, la del domingo a la que asistimos, se repitió el entusiasmo, la comunión y la reverencia. Por supuesto que ni el autor ni el público se plantearon modificación alguna del acto por lo sucedido el viernes anterior.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 5
Texto, 7
Dirección, 8
Interpretación, 8
Escenografía, 6
Producción, 7
Programa de mano, 7
Documentación a los medios, 6

XXXIII Festival de Otoño a Primavera
Teatros del Canal
‘La clausura del amor’, de Pascal Rambert
Del miércoles 11 al domingo 15 de noviembre de 2015

Dramaturgia y dirección, Pascal Rambert
Traducción y versión, Coto Adánez
Reparto, Bárbara Lennie e Israel Elejalde
Coro de niños, Las Veredas

Diseño escenografía: Eduardo Moreno
Diseño iluminación: Pau Fullana
Diseño de vestuario: Sandra Espinosa
Tocados: Clara Gortázar
Road manager: Léa Béguin
Ayudante de producción: Pablo Ramos
Dirección de producción: Jordi Buxó y Aitor Tejada
Fotografía: Fede Serra
Con la colaboración de Miguel del Arco.
Una producción de Buxman Producciones y Kamikaze Producciones.
En coproducción con el XXXIII Festival de Otoño a Primavera de la Comunidad de Madrid y el
Grec 2015 Festival de Barcelona.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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