‘Letter to a man’… Y no es Nijinsky

Celebrados escenógrafo y bailarín se juntan en un espectáculo decepcionante

'Letter to a man'... Y no es Nijinsky
Letter to a man - Teatros del Canal

Robert Wilson es junto a Brook y Lépage el trio de directores teatrales que gozan de veneración global y agotan localidades en sus giras internacionales. Pero ‘Letter to a man’, un soliloquio en el que el bailarín Mikhail Baryshnikov rememora el final enloquecido de de su célebre compatriota Vaslav Nijinsky, es una propuesta decepcionante y fallida, un vacuo despliegue luminotécnico que nada aporta a la memoria del más célebre bailarín de todos los tiempos.

‘Letter to a man’ se basa en sus controvertidas memorias, publicadas primero mutiladas, recuperadas posteriormente íntegras aunque con dudas de veracidad. En 1919 había bailado por última vez en público y a la edad de veintinueve años escribe estos cuadernos en seis semanas, que reflejan como su equilibrio mental salta en pedazos. Se le ha llamado esquizofrenia, pero nos tememos muy mucho que se trata de un proceso de iluminación a tientas, de un acceso tambaleante a las regiones prohibidas de la mente, de ese viaje transpersonal que en los años 60 será experimentado por el sector más audaz de esa generación con ayuda de alucinógenos y prácticas orientales de elevación espiritual. Un viaje como el emprendido por Nietzsche y otros adelantados a su época, que carentes de referencias, terminaron enloqueciendo víctimas de una excesiva lucidez y una pasión de búsqueda rayana en el suicidio.

La inmensa sensibilidad creadora y artística de Vaslav Nijinsky ha disuelto su yo primario; se siente identificado con el Todo, y escucha, claro que escucha la voz de Dios: “Soy Nijinsky. Quiero deciros a vosotros, los humanos, que soy Dios. Soy el Dios que muere cuando no es amado… Escribo la verdad, pues quiero que todos la sepan. Sé que todos dirán que Nijinsky se ha vuelto loco, pues escribe cosas sin verlas. Yo lo veo todo… Sé que si publico estos libros todos dirán que soy un mal escritor. No quiero ser un escritor. Quiero ser un pensador. Pienso y escribo. No soy un escritorzuelo, sino un pensador”.

‘Letter to a Man’ se queda en un reflejo del reflejo. Mikhail Baryshnikov es un mimo con frac que se mueve como una marioneta o baila tonterías de cabaret, de la música ligera de entonces. Wilson lo viste con una escenografía violenta, de rupturas bruscas, de ruidos y luces que si no pretenden molestar al espectador, lo consiguen a menudo. Una serie de frases de sus cuadernos -ni las mejores ni las más fuertes-, sin aparente ilación y de aparición ilógica, son repetidas una y cincuenta veces en inglés y ruso, subtituladas en castellano, mientras la marioneta actúa enmarcada en una escenografía e iluminación siempre cambiante, siempre sugerente en su sencillez, siempre extraordinaria hasta parecer pura prestidigitación.

Pero no nos acerca al drama de este ser extraordinario, no nos informa de sus terribles vicisitudes, no nos aporta las lecciones de su desgraciada vida, otro paradigma del máximo triunfo acompañado del máximo dolor.

‘Bob’ Wilson va a cumplir 75 años, es un artista polifacético volcado en el teatro, donde en sus montajes se ocupa siempre también de la escenografía y la iluminación, hasta haber logrado un estilo propio. Pudimos disfrutar de su personal estilo en 2008, en el Matadero, con La dama del mar, un texto de Susan Sontag, basado en la obra de Henrik Ibsen del mismo título, especialmente escrito para mayor gloria de este gran escenógrafo, con música de Michael Galasso y vestuario de Giorgio Armani, un espectáculo excelso (ver nuestra reseña de entonces) que el público no supo o no quiso apreciar.

Ya en 2012 repitió visita y montó en el Teatro Real ‘The life and deaft of Marina Abramovic’, una de las contribuciones más polémicas a la etapa de Gérard Mortier al frente de la ópera madrileña (ver nuestra reseña de entonces), ‘un gran despliegue de medios y talentos para ningún mensaje’ dijimos entonces, ‘un monumento al minimalismo, pletórico y excesivo, cénit y declive de un estilo: música ambiental repetitiva, inacción declamada, lentitud exasperante, belleza glacial y personajes convertidos en estatuas inanimadas’. Una estética en la que ahora insiste y reincide.

Mijaíl Nikoláyevich Barýshnikov ha cumplido 67 años. Desde que se fugó a Occidente en 1974 ha gozado de enorme fama, primero en el ballet clásico, luego en la danza contemporánea a partir de 1990 cuando funda el White Oak Dance Project, sin olvidar el cine y la televisión. Desde 2004 dirige su propio centro artístico en Nueva York (para el que nuestra bailaora María Pagés creó su Autorretrato a finales de la pasada década). Visitó Madrid en 2009 y junto a nuestra bailarina Ana Laguna para presentar en el Matadero la inolvidable sesión ‘Tres solos y un dúo’ en 2009 (ver nuestra reseña de entonces) ¡Qué abismo entre aquel jovial sexagenario y este reconcomido anciano!

Esta carta a un hombre, título un tanto inexplicable,  es la tercera colaboración de ambos, tras un ‘vídeoretrato’ de San Sebastián, y The Old woman, basada en textos ‘absurdistas’ de Daniil Kharms, con Willem Dafoe como alter ego de Barýshnikov, que fue también -por supuesto- éxito internacional. Letter to a man se estrenó en Spoleto en el verano de 2015, pasó por Milán en septiembre, ahora toca Madrid, luego Montecarlo y luego dios dirá.

Reconozcamos que la pieza tiene momentos visualmente deslumbrantes inmersos en un tedio descomunal, en una gigantesca ceremonia de la confusión en la que los públicos son convocados a celebrar la belleza de las vestimentas de un emperador desnudo. Barýshnikov despliega notables actitudes de mimo y pasables actitudes de bailarín del coro. El espectáculo no está a la altura de las fanfarrias que lo anuncian, pero el público que ha pagado noventa euros no estará dispuesto a reconocerlo. Así se crean las bolas de nieve de lo que llaman cultura hoy día.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 6
Texto y trama, 5
Dirección, 7
Interpretación, 7
Escenografía, 8
Producción, 8
Programa de mano, 7
Documentación para los medios, 5

Teatros del Canal – Sala Roja
Letter to a man
Dirección de Robert Wilson
Entre el 12 y 15 de mayo de 2016
Estreno en España
Cuatro únicas funciones, del 12 al 15 de mayo de 2016

Dirección,  escenografía,  concepto de  iluminación: Robert Wilson con  Mikhail Baryshnikov.
Basado en  el Diario de  Vaslav Nijinsky
Texto de Christian Dumais-Lvowski
Dramaturgia de Darryl Pinckney
Música de Hal Willner
Vestuario de Jacques Reynaud
Colaboración con los movimientos y  texto hablado: Lucinda Childs
Diseño de iluminación de  A.J. Weissbard
Asociada al diseño de escenografía: Annick Lavallée-Benny
Asociado a la Dirección: Nicola Panzer
Diseño de sonido de Nick Sagar / Ella Wahlström
Diseño de video de  Tomek Jeziorski
Producción ejecutiva CRT Milano

Un proyecto de Change Performing Arts project  y Baryshnikov Productions
Comisionado por el Festival de Spoleto dei 2 Mondi, BAM, Cal Performances Universidad de California en Berkeley, Centro de artes escénicas de UCLA
En colaboración con los Teatros del Canal de Madrid, Les Ballets de Monte-Carlo / Mónaco Dance Forum

Platea 90 € Platea y 80 € Anfiteatro 70-50 €.

Un tráiler de la pieza en https://vimeo.com/138512874

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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