La célebre venganza de don Mendo

Una puesta en escena aceptable de esta 'caricatura de tragedia' en humorísticos ripios

La célebre venganza de don Mendo
La venganza de don Mendo - Teatro Fernán Gómez

Hubo un tiempo que la gente se sabía de memoria trozos enteros de esta astracanada hecha para reír, de esta parodia ingeniosa que dicen que es la pieza más representada del teatro español, tras ‘Don Juan Tenorio’, ‘Fuenteovejuna’ y ‘La vida es sueño’. Tiene un siglo a las espaldas pero sigue entreteniendo y divirtiendo. Sin más; y sin menos.

Su autor, Pedro Muñoz Seca, inventó un subgénero teatral al que llamó (ignoramos por qué y con qué misterioso objeto) ‘astracán’, -la ciudad rusa del Caspio que da nombre a esa cruel peletería a base de corderitos non natos o recién nacidos- que fue muy popular en los escenarios españoles durante el primer tercio del siglo XX, un sustituto a los sainetes a base de situaciones disparatadas y diálogos en verso, con despliegue de ripios ridículos, juegos de palabras, y todo tipo de recursos para divertir al respetable. La venganza de don Mendo es su obra más conocida pero ‘El verdugo de Sevilla’ y ‘Los extremeños se tocan’ también gozaron de duradera fama.

Está dividida en cuatro actos, en la que abundan los juegos de palabras y golpes de humor; una reducción al absurdo de los elementos propios del drama histórico con fines paródicos. Ya un anacronismo cuando se se estrenó, figúrense ahora. Pero también tiene sus méritos, un recorrido por casi todos los metros y formas estróficas de la poesía castellana, una trama bien urdida y unos personajes bien caracterizados dentro de un argumento inverosímil, una parodia de los dramas históricos que todavía imitaban al teatro del siglo de oro, tal y como el Quijote parodiaba los libros de caballería. La hija de Don Nuño Manso de Jarama, mantiene relaciones secretas y estables, por más que pecaminosas y escandalosas para la época, con Don Mendo, un marqués del tres al cuarto. El padre de la joven decide casarla con un rico duque, privado del Rey, Don Pero. Ella acepta encantada y cuando trama cómo deshacerse de don Mendo, don Pero le sorprende en las habitaciones de su prometida. Para salvar la honra de su amada, el tonto de Mendo se hace pasar por ladrón de joyas y es encarcelado. Su amada Magdalena quiere librarse de él de la peor manera posible pero su amigo el Marqués de Moncada, le ayuda a huir.

Hasta aquí los dos primeros actos y tres cuartos de hora de representación. Es cuando algún desaprensivo ha decidido introducir un intermedio de veinte minutos, de esos que ya están casi erradicados por inoportunos y dañinos. De esos que son una invitación a la huida y a perderse la segunda parte, en la que Mendo comienza una nueva vida con el nombre de Renato y el oficio de trovador que las enamora a todas. Su antigua novia se ha liado con el rey don Alfonso, mientras él se dispone a mantener relaciones con la reina doña Berenguela. Don Pero y Don Nuño descubren las aventuras de Magdalena y se conciertan para matarla por infiel y arpía, y se dirigen para ello a la cueva donde se ha citado con el juglar Renato (Don Mendo). Todos van a la cueva: Magdalena, Don Mendo, Don Nuño, Don Pero, Moncada, el Rey, la Reina, Azofaifa, y demás acompañantes, así como la sirivienta de la moza, Doña Ramírez, y el amigo del mozo, el marqués de Moncada. En la cueva morirán todos, menos este último y los reyes. Ciertamente, muere hasta el apuntador, y quizás esa frase la acuñó el ingenio popular ante esta pieza.

Esta versión se estrenó hace dos años en Los Veranos de la Villa y desde entonces esperaba la oportunidad que ahora le ha llegado. El productor Salvador Collado se ha atrevido con un reparto de catorce actores, nada habitual hoy día, mientras mantiene en cartelera otra producción arriesgada, ‘El cielo que me tienes prometido’, hospedada por el Centro Dramático Nacional en el Teatro María Guerrero (ver nuestra reseña). El director Jesús Castejón ya hace tiempo que pugna por completar sus facetas de actor y cantante lírico, y en 2013 montó un excelente programa doble del género chico en el Teatro de la Zarzuela (ver nuestra reseña).

La escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda funciona aceptablemente; el vestuario de Ana Garay y Rafael Garrigós es excelente, de los mejores de época vistos en los últimos tiempos. La música y la iluminación acompañan. Sorprende encontrar a María José Goyanes -Teresa de Jesús actualmente en El cielo que me tienes prometido- como asesora de verso, pero lo cierto es que sus pupilos se portan bien en este tema. Y es que el reparto cumple su cometido, mejor los personajes secundarios que la pareja protagonista. Nos gustaron esa doña Ramírez a cargo de Roberto Quintana y ese Cludulfo de Marcelo Casas.

En conjunto, esta Venganza de don Mendo se deja ver y resiste comparaciones en una obra muy programada, que en 2010 Tricicle subió a los teatros del Canal, reponiéndola dos temporadas más en Madrid, y que en 2013 el Teatro Español volvió a ofrecer, -con Iñaki Miramón, Beatriz Carvajal y Bárbara Rey entre otros nombres conocidos-, con fines benéficos.

Menos gracia que sus astracanadas tuvo el triste final de Pedro Muñoz Seca, ejecutado vilmente en Paracuellos del Jarama junto a otros miles de detenidos en unas de las jornadas más negras de la guerra civil española. Humorista hasta el final, dicen que dirigió estas palabras al pelotón de fusilamiento: “podéis quitarme la hacienda, mis tierras, mi riqueza, incluso podéis quitarme, como vais a hacer, la vida, pero hay una cosa que no me podéis quitar… y es el miedo que tengo”. Cuentan que los soldados que lo fusilaron le pidieron perdón y él los consoló añadiendo “aunque me temo que ustedes no tienen intención de incluirme en su círculo de amistades”.

Según Jacinto Benavente, ‘a Muñoz Seca no lo mató la barbarie, lo mató la envidia. La envidia sabe encontrar sus cómplices”. Con la llegada de la II República dejó el humor apolítico y se pasó a la crítica comprometida con las derechas. Estrena La oca, siglas de “Libre Asociación de Obreros Cansados y Aburridos”, caricatura del comunismo y el igualitarismo. Más tarde estrena Anacleto se divorcia, sátira de la ley del divorcio (1932) recién promulgada. Otras obras que ridiculizan a la República son La voz de su amo, Marcelino fue a por vino y El gran ciudadano. Estas críticas, que tuvieron éxito de público, le colocaron en la diana. Cuando se inició la Guerra Civil Española, estaba con su esposa en Barcelona por el estreno de La tonta del rizo, que tuvo lugar la noche anterior al estallido, y fue detenido por las milicias anarcosindicalistas que dominaban la ciudad condal. Acusado simplemente de tener ideas monárquicas y católicas, fue trasladado a Madrid y encarcelado en la recién creada cárcel de San Antón, de donde salió en una de las mortales sacas hacia Paracuellos del Jarama el 28 de noviembre de 1936.

Su caso, tan terrible como el de Lorca y paralelo al mismo, es mucho menos conocido y denunciado, por eso d elas dos medidas todavía desgraciadamente vigente.

Volvamos a esta versión de su famosa pieza. Este domingo apenas se cubría la mitad del gran aforo de la Sala Guirau. La función empezó con diez minutos de retraso lo que ya predispone en contra al público serio y exigente. El intermedio terminó de rematar una mala faena de una buena pieza teatral -no por humorística menos respetable- que se deja ver con relajo en una puesta en escena aceptable. Tiene que haber por ahí muchos aficionados dispuestos a verla de nuevo o a descubrirla mejor tarde que nunca.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 6’5
Texto: 8
Dirección: 7
Interpretación: 7
Puesta en escena: 6’5
Producción: 7
Programa de mano: 6
Documentación a los medios: 5


LA VENGANZA DE DON MENDO
de Pedro Muñoz Seca
Sala Guirau – Teatro Fernán Gómez. CC de la Villa
Del 8 de septiembre al 2 de octubre de 2016

Reparto
Ángel Ruiz………………………………… Don Mendo
Cristina Goyanes………………………… Magdalena
Roberto Quintana……………………… Doña Ramírez
Jesús Cabrero…………………………… Moncada
Valery Tellechea………………………… Azofaifa
Jesús Berenguer………………………… Don Nuño
Karmele Aranburu……………………… Doña Berenguela
Marcelo Casas…………………………… Cludulfo, Abad, Rey Don Alfonso VII
Chema Pizarro…………………………… Don Pero
Cristina Arias…………………………… Esther, Ballet
Carmen Angulo………………………… Aljalamita, Ballet
Mari Ángeles Fernández……………… Rezaida, Ballet
Luis Romero…………………………….. Maldito 1, Ballet
Ariel Carmona…………………………… Maldito 2

Dirección: Jesús Castejón
Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda
Asesoría de verso: María José Goyanes
Vestuario: Ana Garay y Rafael Garrigós
Iluminación: Carlos Merino
Codirección y coreografía: Nuria Castejón
Música: Luis Delgado
Ayudante de dirección: Lucía Marín Quirós
Directora de producción: Marisa Lahoz
Producción: Salvador Collado

De martes a sábados: 20 h; Domingos: 19 h.
Entrada general: 19 euros – martes y miércoles: 16 euros
Duración: 100 minutos, más 20 de intermedio.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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