4 rodrigos, unos gallos y dos niñas

Rodrigo García sirve otra abundante ración de su franquicia en el Festival de Otoño a Primavera

4 rodrigos, unos gallos y dos niñas
4 - FOP - Teatros del Canal

Por Rodrigo García no pasan los años. Le llegará la jubilación y seguirá desbarrando como un joven indignado, como un adolescente balbuceante, como un niño caprichoso. Pensamos que quizás en su última entrega habría madurado pero sigue siendo un énfant terrible sin nada que aportar salvo lugares comunes, lenguaje soez, situaciones abyectas y una enorme pastilla de jabón de Marsella, imitación del jabón de Castilla a base de sosa y aceite de oliva.

Estrenada en 2015 en Montpellier, pasada en el Festival TNT de Tarrasa en 2016, ‘4’ llega de plato fuerte en la 34ª edición del Festival de Otoño a Primavera (que, entre paréntesis, ha sido realmente mala). Cuando le preguntan de qué va la pieza, el autor del texto y la puesta en escena, responde muy farruco que es ‘una historia de acumulación de cascabeles, de cabezas de coyotes, de movimientos con ropa enjabonada, de tocadiscos con la Sinfonía nº 4 de Beethoven, de gallos campando a sus anchas, de gusanos atrapados por plantas carnívoras, de niñas de nueve años, de samuráis, de dibujos animados, de luces de estadios de fútbol y de drones que traen a la ciudad ensoñaciones en forma de música de campanas’.

Pues eso. Apenas nos atrevemos a completar la descripción y corregirla en parte: los gallos no campan a sus anchas sino que sufren un estrés tremendo sometidos a toda clase de absurdas sevicias; las niñas van maquilladas y se contonean como putillas tabernarias; se saca al público al escenario a bailar una milonga recurriendo a tan convencional suerte para ganarse al respetable; se filma y proyecta a toda pantalla la cuidadosa colocación con una pinza de gusanos (¿vivos?) en las fauces de una planta carnívora y como esta engulle sus presas; se dice mil veces coño durante la representación y ninguna chocho, que hubiera quedado más sugerente, y contra la proyección de un chocho ampliado cien veces se lanzan a toda mecha pelotas de tenis; se describen detalladamente mil y un enculamientos transgénero que al parecer es la postura más en boga; y en fin se sermonean tediosos textos plagados de ocurrencias escolares que el autor piensa que son ‘pura poesía’.

Hay una cosa destacable en medio del batiburrillo: un samurai que debe encarnar al autor relata su solitaria, triste y desamorosa infancia para comunicarnos así de dónde le viene su permanente desasosiego, su rencor contra la humanidad, su incapacidad casi congénita de tener afecto por algún humano, de sentir de vez en cuando compasión por el prójimo que odiamos, de gozar de la belleza sencilla, de disfrutar de las cosas simples y gratuitas que también tiene la vida. Ahora comprendemos un poco mejor a Rodrigo García, nacido en Argentina en 1964, afincado en España primero y en Francia después, cuya estancia desde hace dos años como director del CDN de Montpellier acaba de interrumpirse.

En 2010 este mismo Festival trajo su ‘Muerte y reencarnación en un cowboy’ (ver nuestra reseña de entonces) y en 2011 el Centro Dramático Nacional programó su ‘Golgota picnic’ (ver nuestra eseña de entonces). Ya en 2015 no vimos su última creación, ‘Daisy’. Una respuesta suya a la periodista Raquel Vidales nos animó a probar de nuevo. Decía: ‘Ahora no se puede matar un toro en una plaza de toros ni se puede decir a una mujer que es hermosa y mucho menos cederle el paso; ahora no se puede comer carne, no se puede encender un habano; ahora no se puede decir que un negro es negro ni que un blanco es blanco, ahora no se puede ser comunista, tampoco se puede ser ultra del fondo sur del Atlético, ahora no puedo decir “… cuando un escritor…”, debo decir “… cuando una escritora o escritor”… Ahora, hagas lo que hagas, estará mal. Entonces yo paso, paso de todo esto’. Vaya, lo mismo ha mejorado. Falsas promesas de apuntar a lo importante y dejarse de rodeos. Ahora nos acordamos de otra cosa que ha dicho estos días en los que ha dicho tanto y tanto, esta vez a la periodista Prado Ramos: ‘»Soy como Walt Disney, solo que a la Cenicienta le meto un vibrador». Exacto.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 5
Texto: 5
Dirección: 5
Interpretación: 6
Escenografía: 5
Producción: 5
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: 5

Festival de Otoño a Primavera
TEATROS DEL CANAL
4, de Rodrigo García
Del 1 al 4 de junio de 2017

Texto, creación del espacio escénico y puesta en escena: Rodrigo García
Intérpretes: Gonzalo Cunill, Núria Lloansi, Juan Loriente y Juan Navarro (con la participación de
dos niñas pequeñas invitadas)
Ayudante de dirección: John Romão
Iluminación: Sylvie Mélis
Creación de vídeo: Serge Monségu, Daniel Romero y Ramón Diago
Creación sonora: Daniel Romero, Serge Monségu y Juan Navarro
Creación numérica: Daniel Romero
Vestuario: Marie Delphin
Producción asociada: Humain trop humain – CDN Montpellier
Coproducción: Théâtre Nanterre-Amandiers CDN, Festival d’Automne à Paris, La Maison de la Culture d’Amiens – Centre européen de création et de production, Théâtre de Liège y Bonlieu Scène nationale Annecy

Sala Verde. Duración: 1 hora y 40 minutos (sin intermedio)
Este espectáculo utiliza luces estroboscópicas

Encuentro de Rodrigo García para profesionales, estudiantes y aficionados.
Moderado por Rubén Gutiérrez del Castillo
Viernes 2 de junio, a las 18 horas, en la Sala de Prensa de los Teatros del Canal.
Entrada libre hasta completar aforo

Encuentro de Rodrigo García con el público
Sábado 3 de junio, en la Sala Verde de los Teatros del Canal, al finalizar la función
Entrada libre hasta completar aforo.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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