Nicholas Nixon y la fotografía en serio

De cuando se necesitaba mucho tiempo y mucha técnica para obtener una imagen

Nicholas Nixon y la fotografía en serio
Nicholas Nixon - Fundación Mapfre

En medio de la explosión de la fotografía digital masificada, en un contexto en el que mil imágenes ya no valen por una frase bien escrita, sería de obligado cumplimiento visitar a los maestros artesanos que como Nicholas Nixon han trabajado medio siglo con meticulosidad y precisión haciendo fotos reposadas, meditadas, trabajadas y certeras. La Fundación Mapfre ofrece una retrospectiva completa de su trabajo en series de retratos, grupos y paisajes.

Con una técnica muy depurada y una cuidada composición, presenta temas y aspectos de la vida en los está captado hasta el último detalle. Su modo de trabajar requiere de gran cantidad de tiempo: tanto por la intimidad y confianza que exige de quien es fotografiado, como por la técnica que utiliza (cámara de gran formato). La relación que debe establecer con los sujetos retratados y la paciencia enm búsqueda del momento preciso no son para las prisas actuales. Nunca ha improvisado ni realizado instantáneas ‘robadas’. Necesita una comunicación casi íntima para captar lo que busca, lo indefinible, la vida misma.

La carrera de Nixon se inicia en los años 70. Después de sus primeras fotografías de Alburquerque, realiza su primera serie importante, las Vistas de ciudades. Las imágenes que toma en Boston y Nueva York formaron parte de una de las exposiciones más influyentes de la historia de la fotografía que organizó en 1975 la George Eastman House, New Topographics: Photographs of a Man-altered Landscape.

El tiempo siempre está presente. Como proceso y como instante. Como resultado emocionante y turbador en las series de los ancianos, y como lapso fugaz en los grupos. Y de la manera más evidente en la célebre serie de Las hermanas Brown, convertida en un clásico esencial, porque refleja ese gusto colectivo por el álbum familiar en el que vamos captando el paso del tiempo a menudo sirviéndonos de esas fiestas rituales que repetimos a plazo fijo, pero lo hace en un grupo de cuatro hermanas, parecidas y diferentes, que se distancian y entrecruzan en cada toma anual, en una sinfonía misteriosa que nos asoma a lo inefable de la existencia.

Nixon se acerca a los temas que trata mostrándonos muy de cerca todo, requiere una cooperación poco habitual de los retratados, que no se sientan observados. El tipo de cámara utilizado ha sido siempre definitorio en su estilo. Su primera cámara fue una Leica, pero muy pronto empieza a explorar las posibilidades de las cámaras de mayor formato, (4 x 5, 8 x 10 e incluso 11 x 14 pulgadas). Esto hace que el modo de trabajar sea lento y que el resultado sean imágenes de una extraordinaria nitidez y claridad compositiva, en las que se percibe -sobre todo en esas últimas- mucho más de lo que puede observar el ojo a simple vista.

Ha ido alternando su interés por las personas, los paisajes urbanos y rurales, su hogar y su familia. No le interesa mucho el mundanal ruido. Vino por aquí en pantalón corto y siguió su camino. Todavía le queda hacer unas cuantas fotos.

Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 7
Despliegue: 8
Comisariado: 8
Catálogo: 9
Documentación a los medios: 8


Fundación Mapfre
Sala Bárbara de Braganza
Nicholas Nixon
Del 14 de septiembre de 2017 al 7 de enero de 2018
Precio, 3€
Bárbara de Braganza, 13. 28004 Madrid
Producción de Fundación MAPFRE
Comisariada por Carlos Gollonet, conservador de fotografía de Fundación
Después de su presentación en Madrid, la exposición viajará al Centro Andaluz de la Fotografía, C/O Berlin y Fondation A de Bruselas en 2018 y 2019.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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