Cuarenta y ocho cuestiones personales

El Reina expone la cara figurativa de la colección de Soledad Lorenzo

Cuarenta y ocho cuestiones personales
Cuestiones Personales - Museo Reina Sofía

La galerista Soledad Lorenzo cedió su colección personal al Museo Reina Sofía en 2012, lo que ha permitido organizar dos exposiciones consecutivas. Después de ‘Punto de encuentro’ (ver nuestra reseña), ahora llega ‘Cuestiones personales’, un recorrido centrado en el retorno de la figuración, con 48 obras de 23 artistas, de varias generaciones, tanto españoles (11) como extranjeros (12), que comparten su interés por la recuperación del lenguaje figurativo a finales del pasado siglo.

Siguiendo el estupendo programa de mano conjunto para la dos exposiciones, esta selección abarcable y sugerente que conforma la segunda de ellas, se inicia en un espacio que incluye un video de La Ribot y dos fotografías de la artista norteamericana Catherine Opie, que abordan el concepto del cuerpo como materia de consumo. La primera sala recoge la presencia de dos de los pintores pioneros en el ámbito del retorno a la figuración, cuyo carácter híbrido y anti-dogmático abre todo un abanico de posibilidades: Alfonso Fraile, con quien Soledad Lorenzo inaugura su galería en 1986, y Luis Gordillo. Ambos pintores encarnan síntesis de elementos diversos, provenientes del informalismo, el arte pop y las corrientes geométricas, giros artísticos que conviven para dar lugar a alternativas de figuración, desprejuiciadas, refractarias a todo formalismo o dogma e interesadas en el ámbito de la psique y la identidad. 

Esta forma de entender la pintura puede verse en la siguiente sala, pero con un contenido más transgresor, visto desde la ironía y el sarcasmo, por un lado, en la obra de Manuel Ocampo y Juan Ugalde, que incluyen un componente más crítico que subvierte determinadas iconografías de la cultura popular y, por otro, en la visceralidad gestual de Jorge Galindo.

El siguiente espacio nos muestra un grupo de artistas, que tras remover la escena neoyorquina con propuestas irreverentes desde la galería Metro Pictures, se suman al espacio de Soledad Lorenzo con una profunda crítica a la representación y a los lenguajes forjados a lo largo del siglo (Robert Longo y Tony Oursler) o desafiando determinadas formas de gusto establecido con propuestas audaces donde hacen su aparición el sujeto escindido, las políticas del cuerpo y la identidad en quiebra, como son los casos de Erich Fischl, David Salle, Paul McCarthy y George Condo. Hay que subrayar que la galería Soledad Lorenzo fue fundamental para la difusión de la obra de determinados autores norteamericanos en España, ampliando los horizontes del coleccionismo local.
 
Ese contexto de expansión se dio también en una generación de artistas españoles que tuvieron una gran proyección internacional y que se muestra en la síntesis matérica de Miquel Barceló, la apuesta obstinada por la autonomía de la pintura de José Manuel Broto o la pervivencia de una cierta gestualidad brava en José María Sicilia. Junto a ellos, la presencia de artistas que dotan de un carácter más impuro a la pintura-pintura, con Julian Schnabel a la cabeza, o Victoria Civera, artista activa en Nueva York en los años ochenta y exponente de ese retorno del lenguaje figurativo. 

Del intercambio entre creadores españoles y estadounidenses en el ámbito de una promoción internacional surgió una generación más joven, que abre la galería a nuevos medios y autores de otras disciplinas de creación artística (fotografía performativa, instalciones, video,…) como Itzíar Okariz. La última parte de la muestra, con artistas como el alemán Philipp Frölich, la brasileña Adriana Varejão o la inglesa Georgina Starr, es reflejo de la adaptación de esta galerista y coleccionista a un contexto transnacional y a la internacionalización del arte español.

Soledad Lorenzo (Santander 1937) inauguró su espacio expositivo en 1986 y tras 26 años de actividad, anunció su cierre en 2012. Durante ese período, reunió un conjunto variado de obras, la mayoría de artistas por ella representados, y otras procedentes de adquisiciones en otras galerías y ferias. El depósito temporal que en 2014 cedió al Reina está compuesto por 392 piezas de 89 artistas pertenecientes a diferentes generaciones, cuyas prácticas abarcan diversas disciplinas de la creación artística actual. En términos generales, la Colección Soledad Lorenzo se centra en el ámbito de la pintura, pero también da cabida a otros medios como el dibujo, la escultura, la fotografía, el vídeo y la instalación. Está formada en su mayor parte por artistas españoles, con destacados contrapuntos representados por artistas del ámbito internacional, especialmente estadounidense.

Entre las 48 obras expuestas destacaríamos las que firman Miquel Barceló (L’aftiste animalier, 1993), José Manuel Broto (Sin título IV, 1988) y José María Sicilia (Sin título-Tulipán negro, 1985) entre los compatriotas, y Erich Fischl en la representación extranjera con ese magnífico ‘The Sunday Painter’ (1992). La muestra refleja los criterios que primaban en el mundo artísitico español de las últimas décadas del siglo XX: En palabras del director del Museo y copiloto de estas cuestiones personales, lLa galería de Soledad reflejó cuál era el gusto dominante en el mercado’. Entonces -tan cerca y tan lejos- todavía existía la pintura, había introspección, y la figuración daba sus penúltimas bocanadas.

Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 6
Despliegue: 6
Comisariado: 6
Catálogo: n/h
Documentación a los medios: 6
Folleto: 8

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Edificio Sabatini. 4ª planta
Colección Soledad Lorenzo: Cuestiones Personales
19 diciembre 2017 – 5 de marzo 2018 
COMISARIOS:  Manuel Borja-Villel y Salvador Nadales
COORDINACIÓN: Natalia Jiménez.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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