Los empeños de una monja literato

Sor Juana Inés de la Cruz escribió una de las mejores comedias del Siglo de Oro

Los empeños de una monja literato
Los empeños de una casa - Teatro de la Comedia

Son muchas más de lo que se cree las mujeres escritoras de entonces, aunque nio les fuera nada fácil el empeño. Por ejemplo en Inglaterra el dedicarse a escribir conllevaba la pérdida de la reputación propia y la de toda la familia, y en el siglo XVII las primeras obras escritas por mujeres fueron muy mal acogidas por la sociedad, en su mayoría ignorada por sus contemporáneos, abocadas al olvido o atribuidas a otros autores masculinos, según nos cuenta en ‘La escritura femenina en lengua inglesa en el siglo XVII’, María del Mar Rivas Carmona.

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, conocida como sor Juana Inés de la Cruz, nació a mediados de siglo y vivió 47 años. Niña prodigio, hija ilegítima de criolla y vizcaíno, se conoce su obra gracias a los vierreyes de la Nueva España y al obispo de Yucatán. Esta comedia es una de las obras más destacadas de la literatura tardobarroca, y su protagonista Doña Leonor es un personaje fuerte y decidido en parte encarnación de la monja autora. Es considerada lo mejor de su obra e incluso de toda la literatura novohispana. El manejo de la intriga, la representación del complicado sistema de relaciones conyugales, y las vicisitudes de la vida urbana, hacen de ‘Los empeños de una casa’ una obra excepcional dentro del teatro de la Hispanoamérica colonial.

Aunque Antonio Álamo no detalla su versión, parece muy fiel y con pocas y medidas licencias. Ello significa enfrentarse a una intrincada trama en la que cuesta distinguir a los personajes masculinos y hacerse una idea clara de quién es quien durante la primera media hora. Vean sino el enrevesado argumento gracias una vez más a la wikipedia: doña Ana de Arellano y su hermano don Pedro residen en Madrid, pero deben trasladarse a Toledo. Don Juan de Vargas, prendado de doña Ana, les sigue. En Toledo, sin embargo, doña Ana cree enamorarse de otro, don Carlos de Olmedo, quien mantiene un romance con doña Leonor de Castro, a quien a su vez don Pedro pretende. Don Rodrigo, padre de Leonor transformado en su hermano por exigencia de un reparto juvenil, desaprueba la boda de su hija/hermana con don Carlos, por lo que este y su amada planean escapar a fin de forzar el enlace.

Cuatro caballeros semejantes, todos con su Don delante, te dejan bastante confundido a pesar de una prolija explicación de doña Ana que no consigue hacerse entender; y un montaje que prescinde de mostrar alguna clave (hubiera bastado señalar a cada uno conforme se les cita) no colabora a presentar el enredo en términos claros. Y es sólo la primera escena.

Ana se entera de que Leonor y ella aman al mismo hombre, y poco tiempo después llegan a casa de los Arellano don Carlos y su criado Castaño, en calidad de prófugos de la justicia. Ana les da asilo, y el enredo aumenta cuando Celia, la criada de doña Ana, aloja en la misma casa a don Juan de Vargas, el enamorado madrileño de su señora. A oscuras, Juan increpa a Ana por su desamor, aunque en realidad quien lo escucha es Leonor. Carlos oye su voz y sale, pero en realidad cada uno habla con personas distintas a las que cree. Al surgir la luz todos se desconciertan, y Juan y Leonor suponen que Ana es amante de Carlos. Sin embargo, la caballerosidad de Carlos le impide dudar de Leonor, lo que será una constante a lo largo de toda la obra. Y todavía se va a liar más la cosa. Carlos envía a su criado Castaño, bajo amenazas, a explicar la penosa situación al padre de Leonor, que entretanto ha concertado casar a su  hija con Pedro de Arellano. Para no ser reconocido se viste con las ropas de Leonor, lo que aumenta el enrevesado enredo. Vestido así se encuentra con Pedro, quien queda desconcertado ante la necedad, que él cree fingida, de su amada, pero Castaño haciendo de Leonor le promete que esa misma noche será su mujer.

Y ya en lo más endiablado de la confusión, cuando el espectador empieza a incomodarse por si le toman por tonto, se precipita el final afortunadamente y todos los enredos se resuelven en emparejamientos previsibles y algún chasco. Lo importante es que la cuarta promoción de la compañía joven de la CNTC confirma su buen hacer individual y colectivo, demostrado con creces con su puesta en escena de La dama boba de Lope de Vega en diciembre pasado en esta misma sala y de la mano de Alfredo Sanzol (ver nuestra reseña de entonces).

Una vez más, lo mejor de esta joven compañía es esta joven compañía, sus diez intérpretes en escena. ¿Qué podemos destacar? A Leonor y Ana sin duda. A don Pedro y don Rodrigo… El elenco funciona con esa química que tienen los repartos fijos de compañías estables, algo que tantas veces se echa de menos. A Kev de la Rosa se le fuerza demasiado hasta terminar sufriéndolo: nunca exageres los personajes graciosos del siglo de oro. Todos dicen el verso de maravilla gracias al buen criterio de Vicente Fuentes, aunque en los parlamentos largos habría que dar algo más de reposo al magín del espectador medio.

Sor Juana con esta obra se puso a la altura de los grandes de su época. Tiene un texto en verso de una precisión y sencillez deslumbrantes, sobre todo en alguien que fue caracterizada de hermética y culterana en su poesía. No sabemos si ha sido representada y por quién en siglos posteriores. Pero esta versión es un regalo para el público que gusta cultivarse, regar el idioma con aguas cristalinas y escuadriñar un complicado lío al mismo tiempo que pasa un rato ameno y divertido. Éxito seguro, éxito merecido y éxito de los que se agradecen por la pervivencia saludable de nuestro teatro clásico. Y éxito para enorgullecerse vía Inés y sus coetáneos de la grande e incomparable obra de haber levantado la América Hispana, esta su cultura que poblará el mundo del siglo XXI.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 8
Texto, 9
Dirección, 7
Interpretación, 8
Puesta en escena, 6
Producción, 7
Programa de mano, 8
Documentación para los medios, 6

Teatro de la Comedia (C/Príncipe, 14)
Sala Tirso de Molina
Los empeños de una casa, de sor Juana Inés de la Cruz
Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico
Del 22 feb al 25 marzo de 2018

Versión: Antonio Álamo
Dirección: Pepa Gamboa / Yayo Cáceres

Reparto por orden de intervención: 
Don Rodrigo: Daniel Alonso de Santos
Hernando: Marçal Bayona
Doña Ana: Georgina de Yebra
Doña Celia: Silvana Navas
Embozado. Criado. Poeta: José Fernández
Doña Leonor: Cristina Arias
Don Carlos: David Soto Giganto
Castaño: Kev de la Rosa
Don Juan: Miguel Ángel Amor
Don Pedro: Pablo Béjar

Asesor de verso: Vicente Fuentes 
Iluminación: Pedro Yagüe
Escenografía Antonio Marín
Vestuario: Lupe Valero

Horarios de funciones:
Martes y domingo: 17:00h
Miércoles a sábado: 18:00 h
Precio: 25 €
Descuentos :
Abono Clásico 50%
Jueves, día del espectador 50%
Mayores de 65 años 50%
Carnet joven 30%
Familia numerosa 50%
Situación de desempleo 50%
Grupos 20-29 personas 25%
Grupos 30 o más personas 50%
Venta de entradas:
Taquillas de teatros del INAEM (Auditorio Nacional de Música, Teatro María Guerrero, Teatro Valle-Inclán y Teatro de la Zarzuela) en sus horarios habituales de venta anticipada (consultar cartelera o web de los teatros).
Telefóno: 902224949
Internet: www.entradasinaem.es

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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