Los Lehman, una epopeya en el escenario

Un espectáculo memorable abre la temporada en los Teatros del Canal

Los Lehman, una epopeya en el escenario
Lehman trilogy - Teatros del Canal

Si no resiste hasta el final este espectáculo agotador de tres horas y media, no se preocupe; de todas formas habrá tenido tiempo de disfrutar de uno de los mejores montajes que podrá verse esta temporada, sobresaliente en fondo y forma. La obra de un gran dramaturgo actual convertida en musical para un sexteto formidable.

A la vista de esta ‘Lehman Trilogy’ podemos sin duda asegurar que su autor, el italiano Stefano Massini, es sin duda a sus 43 años y ya con un largo recorrido, una de las luminarias del teatro europeo, y no a base de experimentos pretenciosos sino de un texto solidísimo, en la línea de Tom Stoppard. La historia de una familia que sirve de metáfora a la historia del capitalismo a lo largo de siuglo y medio largo, así como -y es lo más importante- de detallada narración de la conquista por los judíos de la mayor parte de los escalones más altos del sistema hasta nuestros días. Un tema ambicioso y sin duda peligroso que Massini presenta limpio de polvo sensacionalista y paja prejuiciosa, presenta libre de tomas de posición preconcebidas, de las muchas y venenosas flores y espinas que de un lado y otro la han cubierto desde siempre.

Así que estamos ante una epopeya familiar, dura pero en clave de comedia, que no oculta ninguna de las muchas sombras del tema pero que al mismo tiempo las trata con respeto, y diríamos que con esa misericordia imprescindible que necesitan los personajes polémicos, en las antípodas de ese cargar las tintas tan frecuente, tan triste y tan malsano.

Sergio Peris-Mencheta lo ha adaptado y dirigido como un espectáculo musical, con seis actores/músicos/danzantes que mutan continua y velozmente en quizás un centenar de personajes, que ilustran la acción con un muestrario variadísimo y de alta calidad de canciones, bailes y coros, y que realizan una interpretación digamos que magistral.

Y les arropa una puesta en escena que no se queda atrás: la escenografía de Curt Allen Wilmer centra la acción en un semicírculo con trastienda posterior y plataforma deslizante anterior más una galería superior, y la va ilustrando con pocos y certeros cachivaches y dos motivos laterales; la iluminación de Juan Gómez-Cornejo está siempre inspirada en la creación de motivos y ambientes reducidos dentro del ya reducido espacio escénico en que todo ocurre; y el vestuario de Elda Noriega es sencillamente abrumador en su variedad y detallismo. Mención aparte merece el sonido de Joe Alonso, su alto pero cuidado volumen, la precisión en el uso de micros y en la variada creación de ambientes musicales. La composición musical es más yanqui que los yanquis, y es un amplio surtido de música sacra y profana que va marcando el paso del  tiempo y de la historia. Amplio posiblemente en demasía, especialmente en las largas ceremonias judías. No obstante, gran trabajo de composición e interpretación en directo de Litus Ruiz.

La pieza tiene una duración excesiva, sin ninguna duda. Demasiada música y situaciones que se alargan interminables; la segunda parte coge ritmo y fuerza sobre la primera -prolija y pintoresca- y es un adecuado trampolín para llegar a la tercera. Es sobre todo un relato en el que se turnan los actores salpicado de escenas concretas donde brillan el talento de los autores del texto y el montaje. Dice Peris-Mencheta que el desenlace de la historia lo conocemos, dando por supuesto que el capitalismo vive su fase terminal, y que ‘la obra es la anticipada crónica de la debacle del capitalismo global como máquina civilizatoria suicida’, pero ni nosotros ni voces mucho más solventes estamos de acuerdo. No porque sea el mejor sistema inventado por la humanidad hasta el momento, no porque a pesar de su evolución no arrastre grandes imperfecciones, no porque en teoría no pueda ser superado por ideas más elevadas y teorías más perfectas, sino porque refleja el estado actual de la condición humana y esta tendrá que evolucionar mucho aún para construir una sociedad planetaria igualitaria en vez de competitiva, fraternal en vez de insolidaria.

Desde que Henry, Emmanuel y Mayer Lehman, hijos de un tratante judío de ganado, emigran de Baviera en 1844 rumbo a EEUU en busca de  una vida mejor, hasta la caída de la banca de inversiones Lehman Brothers en 2008, trascurre siglo y medio.  Litus Ruiz encarna a Henry Lehman, el hermano mayor y el gran visionario. Víctor Clavijo es Philip, hijo de Emmanuel, el hermano mediano, que encarna el paso de la inversión primero agrícola y luego industrial a las finanzas. Y Darío Paso es Bobby Lehman el hijo de Philip, que poco menos que crea Hollywood mientras la ingeniería financiera se desboca. Bobby murió en 1969 y con él acabó la saga. Cuando Lehman Brothers se despeña ya no es de los Lehman, en 1980 ha sido vendida a American Express. Son tres generaciones, ascenso y caída del que llegaría a ser cuarto poder financiero norteamericano.  Exclavismo, avidez y explotación, conspiración judeo-masónica para dirigir el mundo, la guerra como negocio, los negocios como guerra, todo, todo está aquí presente pero no omnipresente, porque esta es una historia de personas reales y no de personajes ficticios.

Peris-Mencheta y Barco Pirata Producciones ya nos deslumbraron con aquella inolvidable La cocina de 2016 (ver nuestra reseña) y son autores de otras producciones y direcciones muy destacables. Él dice que hace dos años la vio en la sala Villarroel de Barcelona y empezó a darla vueltas. Las vueltas han sido sobre todo meterle media hora de música y una mayor inversión. La première ha sido en Áviles el pasado día 13.

Stefano Massini trabajó entre 2009 y 2012 en esta obra, que comenzó al calor del estallido de la crisis, y que cuando la terminó podía haber quedado desfasada. Máxime porque aunque la estrenó en 2013 no fue hasta 2015 cuando se consagró en su país. Pero la obra no era coyuntural y ha terminado en enorme éxito, a pesar de ser exigente con el espectador. Él ya es director del ‘Piccolo’ de Milán y la obra la estrenó Sam Mendes en Londres el mes pasado. Y hablando sin tapujos del dominio mundial de una élite judía que en nuestras días se renueva supliendo cada Lehman y Sachs por un Gates y un Zuckkerberg. Pero hay que hablar con propiedad y talento.

La propuesta, la crítica y los espectadores insistirán en la maldad del capitalismo y la enfermedad especulativa de las finanzas. Donde algunos solo verán malvados con sombrero de copa, el autor ve emprendedores fabulosos que financiaron el desarrollo de la primera potencia mundial. Massini ha insistido en que hay que olvidar de una vez por todas las recetas interpretativas que aún usamos basadas en Freud y Marx pues el mundo y la gente ya no funcionan así. Las teorías décimonónicas de tipo piramidal no explican la historia de esta familia, unos campesinos miserables que en poco tiempo superan las divisiones sociales, escalan a lo más alto y son a su vez derribados por un tabernero griego y un pequeño burgués húngaro. Un mundo en ebullición más que líquido estancado.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 10
Versión, 8
Dirección, 9
Puesta en escena, 9
Interpretación, 9
Música, 8
Producción, 9
Documentación para los medios, 6
Programa de mano, 5

Teatros del Canal – Sala Verde
Lehman Trilogy, de Stefano Massimi
Versión y dirección de Sergio Peris-Mencheta
Entre el 24 de agosto y el 23 de septiembre de 2018
Duración: 3 horas (2 descansos, incluidos)

REPARTO
Aitor Beltrán
Darío Paso
Litus Ruiz
Pepe Lorente
Leandro  Rivera
Víctor Clavijo

EQUIPO ARTÍSTICO Y TÉCNICO
Versión y Dirección: Sergio Peris-Mencheta
Escenografía:  Curt Allen Wilmer (AAPEE) con estudioDedos
Iluminación:  Juan Gómez-Cornejo (A.A.I)
Vestuario: Elda Noriega (AAPEE)
Video y sonido: Joe Alonso
Dirección musical: Litus Ruiz
Composición musical: Litus Ruiz, Xenia Reguant, Ferrán Gonz​​ález, Marta Solaz
Ayudante de dirección:  Xenia Reguant
Asesor canto y baile: Óscar Martínez / Xenia Reguant
Ayudante de escenografía: Eva Ramón

Ayudante de vestuario: Berta Navas
Dirección Producción y Producción Ejecutiva:  Nuria-Cruz Moreno
Ayudante de producción: Blanca Serrano Meana
Auxiliar de producción: Irene García
Director Técnico: Braulio Blanca
Fotografía: Sergio Parra
Diseño gráfico: Eva Ramón
Prensa: María Díaz
Distribución: Fran Ávila
Una producción de Nuria-Cruz Moreno y Sergio Peris-Mencheta para Barco Pirata.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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