Thomas Knight, de 62 años, asesinó en 1974 a un matrimonio y después a un carcelero

Ejecutado en EEUU un asesino que llevaba cuatro décadas en el corredor de la muerte

El condenado, tras agotar todas las apelaciones posible, recibió este martes la inyección letal

Ejecutado en EEUU un asesino que llevaba cuatro décadas en el corredor de la muerte
Askari Abdullah Muhammad, asesino múltiple conocido previamente como Thomas Knight. TK

Su última cena, a diferencia de su vida, fue casi toda dulce: pastel de boniato, torta de coco, helado de vainilla, helado de fresa y nuez pacana, y chips de maíz

Durante cuarenta años interminable, tirando de la ley, tras hacerse musulmán y aprovechando las garantías judiciales norteamericanas, Thomas Knight evitó repetidas veces su ejecución por el brutal asesinato en 1974 de un matrimonio de Bay Harbor Islands.

Por eso y por haber escapado de la cárcel, asesinando a un carcelero e interrumpiendo audiencias con sus estallidos de cólera.

Y, cuando todas las apelaciones se agotaron en la noche del martes 7 de enero de 2014, Knight abandonó el mundo sin una disculpa a las familias de sus víctimas o cualquier tipo de declaración.

«No», fue todo lo que masculló Knight cuando un funcionario de la cárcel le preguntó si tenía alguna última palabra que decir.

«El se fue como un corderito, nada que ver como se portaba en el juzgado», dijo el detective de homicidios retirado Greg Smith, quien asistió a la ejecución con la fiscal de Miami-Dade Gail Levine.

«Al final, hoy se hizo justicia de algún modo para esas familias».

Como cuenta David Ovalle en ‘The Miami Herald’, a las 6:31 p.m. del martes, en la Prisión Estatal de la Florida, su hogar por la mayor parte de los últimos 40 años, Knight fue inyectado con un coctel de drogas letal. La orden de ejecución se dio técnicamente por la muerte a puñaladas del carcelero Richard Burke en 1980.

Pero también había sido sentenciado a muerte por el asesinato de Sydney y Lillian Gans, a quienes había secuestrado y matado a tiros en un área boscosa de South Miami-Dade seis años antes.

Los ojos parpadeantes de Knight se cerraron. Cubierto con una sábana, las manos envueltas en gasa, los brazos llenos de tubos intravenosos, Knight pareció quedarse dormido. Su respiración se hizo más lenta. El carcelero le tocó los párpados y sacudió levemente sus hombros.

A las 6:45 p.m., un médico declaró muerto al triple asesino, quien había pasado más tiempo esperando su ejecución que todos los demás, excepto dos casos.

Desde el otro lado de un panel de vidrio, las hijas de Burke, quienes se criaron cerca de esta misma prisión, lo miraban todo con lágrimas en los ojos. También estaban allí dos ex compañeros de trabajo del carcelero asesinado.

«Es duro pensar que fue aquí donde mi padre dio su último suspiro», dijo luego a la prensa Carolyn Burke Thompson, de 47 años, de Tennessee.

«Pero ahora estoy en paz».

La otra hija de Burke, Margaret Dela Vega: «Mi papá puede descansar en paz».

La ejecución culmina los 40 años de recorrido de Knight por el sistema de justicia criminal, el cual motivó a un tribunal federal a criticar duramente la «parálisis y la ineficiencia de la litigación relacionada con la pena de muerte».

De hecho, el martes, la posibilidad de otra demora se mantuvo pendiente durante los últimos minutos: la ejecución fue pospuesta alrededor de media hora en lo que el Tribuanl Supremo de EEUU consideraba un último intento de posposición, pero lo denegaron.

«Esto no me devuelve a mis abuelos… pero ya se acabó. Al menos, de algún modo, nos permite continuar nuestras vidas», dijo Judd Shapiro, nieto de los Gans. Judd Shapiro y s padre prefirieron no asistir a una ejecución que decidieron sería demasiado penosa emocionalmente.

«Me gustaría tener la esperanza de que esto, de algún modo, ayudará a otra gente, que ellos se den cuenta de que más tarde o más temprano la justicia se impone», dijo. «Pero no debería demorar tanto. No debería demorar 40 años».

A punta de rifle, Knight secuestró a Sydney Gans, un prominente empresario, y a su esposa en julio de 1974, obligándolos a retirar $50,000 de un banco del downtown de Miami. Gans consiguió alertar a la policía, la cual siguió subrepticiamente su carro mientras Knight los obligaba a viajar en dirección sur.

Pero, en una remota área boscosa, Knight mató a sus dos rehenes de un tiro en el cuello antes de ser capturado.

Mientras esperaba juicio, Knight se escapó de la cárcel del Condado Dade. La policía afirma que él mató a un tendero en Georgia antes de ser capturado de nuevo 101 días más tarde.

Knight fue hallado culpable del asesinato de los Gans en 1975 y condenado a muerte.

Mientras esperaba ser ejecutado, Knight mató a Burke de una puñalada en el pecho. Luego fue juzgado, hallado culpable y condenado a muerte por ese crimen.

A esto lo siguieron años de apelaciones, y su condena a muerte por el caso de los Gans fue revertida en 1986. Una década más tarde, Knight fue sentenciado de nuevo a muerte por el caso de Miami-Dade.

Un juez federal retiró de nuevo la condena a muerte en el caso de los Gans, pero le fue reinstituida por un tribunal federal de apelaciones en septiembre.

Su ejecución en diciembre fue pospuesta de nuevo por un mes luego que Knight alegó que una nueva droga usada en el proceso de inyección letal representaba un castigo cruel e inusual. El Supremo estatal no estuvo de acuerdo.

El martes, la barba que Knight se había dejado para la revisión de la sentencia de 1996 había desaparecido. También desaparecieron sus estallidos de cólera.

Su última cena, a diferencia de su vida, fue casi toda dulce: pastel de boniato, torta de coco, helado de vainilla, helado de fresa y nuez pacana, y chips de maíz Fritos, rociada por un cuarto de botella de Sprite.

 

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