«De nuevo un poco más de alegría en casa de los pobres». Con estas palabras comenzaba su alocución el pasado 20-N el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, flanqueado por el eurodiputado Willy Meyer tras conocer su resultado en las urnas. Pero vean ustedes que pobres, lo que se dice pobres, va a ser que no.
Les voy a contar, tal y como se ha producido, el descubrimiento esta misma mañana de cómo se puede ir de pobre, pero en realidad vivir cual «vulgar capitalista» sin que a uno le tiemble la ceja.
A las 12.20 nos adentrábamos Mamen Gurruchaga y quien esto escribe en el Airbus A321-200 de Iberia en Bruselas donde habíamos sido invitadas a participar la noche anterior en un programa especial de El Gato al Agua de Intereconomía en el Parlamento europeo.
Allí, en el asiento 1C del pasillo se encontraba acomodado el eurodiputado de Izquierda Unida, Willy Meyer, que viajaba en clase business.
El saludo de Mamen ha ido acompañado por una pregunta que era casi una respuesta:
–¿qué? ¿vuelas hoy para que no te pille mañana la huelga? ¿no?
Pero su contestación nos ha dejado perplejas:
–No, no. ¡Voy a Madrid porque me mandan de piquete a (las cocheras de) Fuencarral!
Dada la natural curiosidad de cualquier periodista, yo no he podido dejar de inquirirle:
–¡Ah! O sea que os «mandan» a los sitios en las huelgas, ¿no lo decidís vosotros?
Meyer, amable y paciente pero algo cortado, nos ha liquidado con la explicación de que no les «mandan», sino que en realidad les «sugieren» y ellos «van».
Así que para no retrasar más el embarque nos hemos despedido y nos hemos dirigido a nuestros asientos de turista tras las cortinillas de business. No sería justo terminar este informativo e interesante encuentro sin relatarles lo encantador que es este hombre.
Ya saben que con tanto recorte de gastos en todos lados, a la plebe de turista no nos dan ni agua. Así que Meyer nos ha prestado primero el ABC y luego se ha dirigido a nosotras para obsequiarnos con el diario El Pais para que nos diera tiempo a leerlo antes de aterrizar en Madrid. Un detalle, oigan.
Pero ahí lo tienen. Izquierda Unida viaja en business a arengar a las masas para que no acudan a sus lugares de trabajo en la jornada de huelga general. O lo que es lo mismo, en business a las cocheras de Fuencarral a boicotear el transporte de los trabajadores. Como dijo Cayo Lara «un poco más de alegría en casa de los pobres» ¡Eso, eso!
