El Partido Socialista ha iniciado una cruzada anticlerical que consiste en reclamar que la Iglesia pague el IBI de todas las propiedades que posea no destinadas al culto como si gozara de una situación de privilegio extemporánea y única ajena a la grave crisis en la que se encuentra inmersa la sociedad española.
Una iniciativa que se materializará en una moción en todos los ayuntamientos donde el PSOE tenga representación municipal. Se suma así a la proposición capitaneada por Izquierda Unida la semana pasada y apoyada por los Grupos Socialista y Mixto de hincar el diente a la Iglesia Católica para que pague más impuestos so pretexto de que participe en el «esfuerzo colectivo para salir de la crisis» (sic).
El argumento común de estas actuaciones resulta sorprendente e insólito ya que olvida que es precisamente la gratuita y desinteresada labor social de la Iglesia la que, por ejemplo, ha salvado de la marginación a un 1,6 millones de personas en España en 2010 solo a través de Cáritas cuando ya las distintas administraciones públicas les habían dado la espalda.
Si a ello le añadimos la acción de otras organizaciones de la Iglesia como Manos Unidas o los más de 107 hospitales, 1.004 centros sociales, ambulatorios o asilos por poner algunos ejemplos de lo que constituye la mayor red asistencial que existe en España, el acoso anticlerical resulta no solo injustificado sino absolutamente desproporcionado y fuera de lugar.
Donde debía haber un agradecimiento generalizado y un reconocimiento unánime ante tamaña generosidad, lo cierto es que existe una corriente de enorme fuerza y agresividad en las redes sociales, en twitter y en los medios de comunicación capitaneada por los partidos políticos de izquierdas que arremete, bajo premisas falaces, calumniosas e irrespetuosas contra la Iglesia Católica.
Los mismos que embisten contra la Iglesia callan frente al resto de las confesiones religiosas ya sean musulmanas, israelitas o evangelistas que gozan de idéntico estatus y condición en cuanto a tratamiento fiscal se refiere lo que revela que se trata de sembrar un pertinaz descrédito por la simple condición de serr católico.
Algo que se pone además de manifiesto de forma obscena por cuanto quienes como Izquierda Unida o el PSOE exigen la retirada del «privilegio» de no pagar el IBI por parte de la Iglesia en los locales de culto mientras nada dicen en esa misma iniciativa parlamentaria de que se retire tan exacto «privilegio» para sus propios partidos políticos, los sindicatos, el Ritz, el Palace, la SGAE o las federaciones de billar, de ajedrez, de esgrima, de bádminton, de colombofilia, de halterofilia, de lucha, de kickboxing, de petanca, de fútbol o de baloncesto por mencionar solo algunos casos de quienes se encuentran también exentos de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles por la misma Ley de Mecenazgo.
Esa discriminatoria reivindicación produce rubor a cualquier persona medianamente decente y escandaliza a cualquiera en lo más profundo de su ser si se tiene en cuenta la labor social de unos y otros en cuanto a posibles méritos para ser compensados con exenciones fiscales.
De todos resulta conocida la labor en la lucha contra el paro del Partido Socialista o de Izquierda Unida. Ahí están sus cuentas de resultados ante los ciudadanos. Por contra, los Servicios de Apoyo al Empleo y la Formación de Cáritas atendieron en 2011 a un total de 80.417 personas, de las que un 68% eran mujeres. Pues bien, 13.138 (un 16%) consiguieron un puesto de trabajo lo que significa que la eficacia de Cáritas en conseguir trabajo es cinco veces mayor que la del INEM.
Las comparaciones podrían ser innumerables en lo que de atención a enfermos, ancianos, desvalidos, niños huérfanos, discapacitados o extranjeros desahuciados se refiere. No hay más que ver la impagable labor diaria en las colas de niños, mujeres y hombres que acuden a las sedes de partidos y sindicatos –exentos del pago del IBI– para recibir una ración de comida que por supuesto abonan con cargo al dinero que reciben de los PGE.
Tristes ironías aparte, afortunadamente todo este hostigamiento no cala por mucho que se empeñen las izquierdas. Y es que un 73,2% de los españoles se declara católico según los últimos datos del CIS, mal que le pese —ignoro por qué– a algunos. Cáritas ha doblado su número de afiliados desde que inició la crisis y las aportaciones también han crecido a pesar o precisamente por la crisis.
CODA: La Iglesia ya paga el IBI y el resto de impuestos y tasas municipales por lugares que no son de culto tal y como establece la ley. A quienes les interese acercarse a la verdad, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, pueden hacerlo a través de dos imprescindibles artículos: El régimen fiscal de la Iglesia firmado por Fernando Jiménez Barriocanal, vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal y UBI CARITAS ET AMOR del director de la Oficina de Información de la CEE, Isidro Catela.