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Uno de los tertulianos más queridos, Alfredo Duro, ha usado su blog para contar algo que pocos saben, cómo fue la cena del equipo de Punto Pelota tras su salida de Intereconomía. Mientras Carlos García Hirschfeld hacía el programa, el equipo habitual se mostraba más unido que nunca y respaldado por el cariño de los usuarios de las redes sociales. Así lo narra Alfredo Duro:
«Durante varios minutos, en torno a una mesa que inmortalizó una cena que ninguno de sus comensales olvidará, surgió una corriente imparable de frases que, a modo de eso que ahora se denomina «hashtag» en el vertiginoso mundo de las redes sociales, intentaba resumir un grito de esperanza y de reconocimiento. De ilusión y mucho, mucho agradecimiento. De sincero deseo por compartir en ese mágico y difícil momento de sensaciones encontradas lo más parecido a un grito de vida periodística que un puñado de profesionales fueron capaces de expresar. Un grito que no pretendía ser desgarrado ni desafiante. Un simple grito para dar a conocer la inquebrantable voluntad de no rendirse y de hacer del compromiso hacia las personas una confesable demostración de lealtad.
Corren tiempos duros, excesivamente duros para el periodismo. Injustamente duros desde que algunos entendieron que el periodismo podía plegarse al servilismo y a los mas enrevesados intereses empresariales. Tan duros que ya nadie es capaz de garantizar con trabajo y resultados de audiencia impensables en tiempos no muy lejanos el más simple de los respetos. Conservar un puesto de trabajo se ha convertido en el resultado de un caprichoso e inconcebible giro de una ruleta rusa que desde hace demasiado tiempo se carga con todas las balas que admite la recámara de la pistola con la que tarde o temprano te disparan. Y casi nadie te salva del tiro en la sien.
Ese tiro en la sien lo acaban de recibir Josep Pedrerol y Punto Pelota. Y con ellos, gente que abrazó uno de los más grandes milagros de la televisíón que nunca el periodismo deportivo estuvo seguro de llevar a cabo. Gente que siguió, sigue y seguirá a Pedrerol por principios que resultan indiscutibles. Porque se sienten parte de una familia que durante las últimas horas se ha sentido querida y respaldada como nunca imaginaron. Gente anónima que cada noche durante cinco años se ha colado en un plató de televisión en el que las ilusiones y los sueños acabaron siendo realidad. Gente que les han pedido que vuelvan. Y volverán /volveremos…porque #ElChiringuitoSomosTodos.
