«La biblioteca de Babel»

clipping

Manuscrito de Borges a la venta

PD / EFE, Miércoles, 19 de octubre 2005
El manuscrito original de "La biblioteca de Babel", de Jorge Luis Borges, es tal vez el mayor atractivo de la nueva sección de libros de viejo de la Feria de Fráncfort, que abrió hoy sus puertas al público.

El librero John Wronoski, propietario de la librería de viejo Lame Duck Books de Cambridge, pide por las ocho páginas del cuento de Borges, escritas en un cuaderno de contabilidad y con abundantes correcciones de primera mano y subrayados, la módica suma de 390.000 euros.

"Hay mucha gente que quiere comprar el manuscrito. El problema es que no cualquiera tiene los 390.000 euros", dijo Wronoski a EFE en su caseta de Fráncfort.

El manuscrito llegó a las manos de Wronoski después de que su propietario, un coleccionista privado argentino que lo había recibido del archivo de la revista Sur, decidiera venderlo.

"Si no lo vendo ahora, no tengo ningún problema. Sé que en cinco años el precio se habrá triplicado", añadió el librero, que considera que el original de "La biblioteca de Babel" es probablemente el manuscrito más valioso del siglo XX que se encuentra en manos privadas.

Wronoski opina, al pensar en un posible comprador, que sería "una idea simpática" que un banco o una institución similar adquiriera el manuscrito para donarlo a la Biblioteca Nacional de Buenos Aires o a la Biblioteca Nacional de Madrid.

"La biblioteca de Babel" no es el único manuscrito borgiano que Wronoski tiene actualmente en su poder.

Sin embargo, los otros manuscritos de Borges que están en el catálogo de "Lame Duck Books" no tienen la fama de "La biblioteca de Babel", por lo que sus precios son menores.

Así, por ejemplo, una necrología del ultraista Francisco Piñero, de 1922, cuesta sólo 22.500 euros, y el original del ensayo "La tierra cárdena" se vende por 37.500 euros.

El único manuscrito conocido de "Leyenda policial", un cuento publicado originalmente en la revista Martin Fierro, en 1927, y que posteriormente cambiaría de título para convertirse en "El hombre de la esquina rosada", cuesta 150.000 euros.

Otros libreros de viejo tienen también ofertas interesantes de primeras ediciones.

La librería londinense "Bernard Quaritch" ofrece una edición original de un libro publicado en el siglo XVII por el astrónomo Johannes Kepler por 130.000 euros, una primera edición de "La metamorfosis", de Franz Kafka, por 9.000 euros, y una de "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez, por 6.000 euros.

La nueva sección de libros de viejo abre la Feria de Fráncfort a un nuevo tipo de público y de especialistas cuyo interés no son las novedades editoriales, ni el tráfico de derechos de autor, sino la magia que emana de una edición o un manuscrito original.

El célebre crítico alemán Walter Benjamin, que era un apasionado coleccionista de libros, hablaba del aura de las obras de arte que él percibía en ciertas ediciones.

Ahora, cuando la reproducción técnica con todas sus posibilidades, tal y como pronosticó Benjamin, amenaza con acabar con el aura de lo original, y cuando en el pabellón coreano se enseña a los visitantes cómo enviar poemas a través del móvil, la presencia de los libros viejos en Fráncfort es para muchos un rayo de esperanza.

El presentador de televisión y coleccionista alemán Wolf von Lojewski define la pasión por los libros viejos y los manuscritos como una expresión del deseo de "tener el tiempo en las manos".

Quien tenga en las manos las ocho páginas en octavo del manuscrito original de "La biblioteca de Babel" no puede menos que sentir cierta reverencia casi religiosa, cercana tal vez a lo que Benjamin llamaba "el aura".

Además, dejando a un lado el tema de la magia, el manuscrito, con sus correcciones y sus subrayados, puede sin duda servir a los investigadores para desentrañar parte del proceso creador de Borges.

Con autores más recientes, que escriben directamente en un ordenador, probablemente los investigadores del futuro no tendrán esa oportunidad.

Otros autores se niegan a que sus originales sobrevivan, como es el caso de Gabriel García Márquez, que una vez dijo que acostumbraba a destruirlos para evitar que terminaran teniendo un valor superior a la obra misma. {pag}{ladillo}Fischer y Grossmann ven papel especial de Alemania en Israel{/ladillo} El saliente ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joschka Fischer, y el escritor israelí David Grossmann coincidieron hoy, en un diálogo en la Feria del Libro de Fráncfort, en que Alemania tiene que desempeñar un papel especial en Oriente Medio.

Grossmann considera que esto debe ser así no sólo por el hecho de que Alemania e Israel están unidos por el trauma común del Holocausto sino, además, porque es un país que goza de la confianza tanto de israelíes como de palestinos y que sigue siendo una potencia en Europa.

"Alemania ha ayudado desde hace años a la supervivencia de Israel. Ahora su obligación es ayudarle a llevar adelante el proceso de paz", dijo Grossmann.

El tema del Holocausto, "un eco que surge cada vez que un judío o un alemán entran en una habitación", según la expresión de Grossmann, fue un hilo conductor del diálogo entre el escritor y el político que sirvió para inaugurar el Centro Internacional de la Feria de Fráncfort.

Tanto Fischer como Grossmann recordaron cómo la primera confrontación con el Holocausto fue para ellos una experiencia traumática.

Grossmann dijo que su reacción inmediata fue perder toda fe en la bondad del ser humano y en asumir la consciencia de la fragilidad de todo, empezando por su propia familia.

Fischer señaló que a él y a buena parte de su generación el recuerdo de la Shoa los llevó a preguntar a la generación anterior cómo había sido posible un crimen de esas dimensiones, sin llegar a recibir respuestas satisfactorias.

"La segunda reacción fue el anhelo de pertenecer a otra nación con la que fuera posible identificarse sin traumas. Luego se pasó al refugio del universalismo de la izquierda, pensando erróneamente que al ser de izquierda se dejaba de ser alemán", dijo Fischer.

"Entonces volvió a ser posible criticar a Israel sin advertir que muchas veces el antisionismo era otra forma del antisemitismo y ya sabemos a lo que conduce el antisemitismo", dijo el ministro.

Según Fischer, para Alemania es imposible borrar la responsabilidad histórica del Holocausto y todos los intentos en ese sentido -entre los que nombró los del historiador Ernst Nolte y el escritor Martin Walser- han fracasado.

Sin embargo, la responsabilidad alemana, en particular, y europea, en general, con el conflicto de Oriente Medio no tiene, para Fischer, sólo raíces históricas y morales sino también pragmáticas.

"Nuestra seguridad se define en buena parte en Oriente Medio y lamentablemente eso es algo que muchos europeos e incluso muchos alemanes no terminan de entender", dijo Fischer. "Solucionar el conflicto y poner fin al terror es algo esencial para nosotros", añadió.

Fischer, que dejará su cargo una vez se forme el nuevo Gobierno, dijo que en el futuro seguirá contribuyendo en lo que le sea posible a una solución del conflicto aunque advirtió que esto no lo hará desde ningún cargo nacional ni internacional sino como "persona privada".

Antes del diálogo entre Grossmann y Fischer hubo discusiones sobre el futuro de Fischer entre los asistentes al acto y había quienes colocaron al ministro en la ONU, como responsable de Oriente Medio.

Fischer, sin embargo, ya dijo recientemente que tras dejar su cargo como ministro de Exteriores se retirará paulatinamente de la vida pública, aunque ha asumido su escaño como diputado.