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El submarino "C-3"

, Martes, 2 de enero 2001
"Torpedo dentro. Fuego". La orden del capitán Harald Grosse, al mando del submarino alemán U-34, disparó un torpedo G-7 contra el sumergible C-3, del Ejército de la República Española. A las 14.19 del 12 de diciembre de 1936, una explosión en la proa del C-3 lo hundió a 68 metros de profundidad en la bahía de Málaga, con 37 de sus 40 tripulantes atrapados. El pecio fue localizado en 1997 por el abogado malagueño Antonio Checa, quien desde entonces ha movido Roma con Santiago para reflotarlo. Pero el Ministerio de Defensa, tras dar largas al caso, acaba de confirmar que no sacará a flote la nave, "por falta de garantías en la eficacia de la maniobra".

Checa supo del C-3 por casualidad. Un día de enero de 1997, una burbuja de fuel emergió del fondo mientras pescaba con unos amigos. La curiosidad le llevó a remover papeles y memorias, hasta que supo que el fuel procedía del submarino que mandaba el alférez de navío Antonio Arbona. La ubicación se conocía desde el 16 de agosto de 1937, fecha en que fue balizado por la Marina republicana. Pero los vencedores de la guerra ocultaron el ataque alemán e incluso intentaron hacer creer que el sumergible hundido era el italiano Archimede y que el C-3 había desertado.

"Es el único submarino de la República localizado, porque se sabe que el C-5 está frente a Fuengirola, y el C-1, cerca de Palma de Mallorca, pero nadie los ha hallado", afirma Checa. El abogado, apoyado por familiares de la tripulación del sumergible y entidades como el Consorcio para la Musealización de los Espacios de la Batalla del Ebro, ha realizado 12 inmersiones con un sumergible guiado por control remoto, que ha permitido tomar imágenes del pecio. En 1998 logró que Defensa enviara a la zona el Mar Rojo con un equipo de buzos, que certificó que la masa negra sobre la arena es el C-3.

Poco más ha hecho el Gobierno. El ministro Federico Trillo, sin decir no definitivamente, dio varias largas el año pasado, encargó un estudio técnico y vio que la operación era "costosa y difícil". El 30 de enero, el diputado socialista malagueño Miguel Ángel Heredia recibió una respuesta del Ejecutivo sobre las previsiones para reflotarlo.

"Los estudios", contestaba Defensa, "indican que el submarino está muy deteriorado, con gran cantidad de incrustaciones, pérdida del doble casco y muy probablemente partido por la mitad. El casco, además, está recubierto de gran cantidad de redes y cabos enmarañados (...). Esta situación produce que los estudios realizados indiquen que, al menos a corto plazo, debe desestimarse su reflotación por falta de garantías en la eficacia de la maniobra".

"Es la primera vez que lo dicen tajantemente y por escrito", explica Checa. La negativa no le arredra: "Si tengo que presentar un recurso contencioso-administrativo en la Audiencia Nacional para que Defensa dé permiso, lo haré". La autorización de Trillo es preceptiva, porque el C-3 alberga 10 torpedos con 250 kilos de trilita cada uno. "Yo puedo ir a reflotarlo, pero me pueden mandar a la Guardia Civil. Prefiero que me ayude a que me persiga", bromea.

El abogado tiene un plan y dispone de dinero. "Tenemos quien pague los 420.000 euros que cuesta reflotarlo y los 180.000 de la restauración, porque la intención es exhibirlo en el Puerto de Málaga y que los 35 o 37 militares que hay en su interior tengan un entierro digno en Cartagena (Murcia), donde tenían su base, como funcionarios del Estado que eran". Checa tiene un contrato ya firmado con una empresa de rescate holandesa, otro con una productora de televisión y el visto bueno financiero de una potente entidad de ahorro andaluza. "Y ahora, en cuanto pueda, voy a llevar un equipo para hacer el informe técnico, porque no estamos dispuestos a quedarnos parados".

El reflotamiento emparejaría el destino del C-3 al de su verdugo. Harald Grosse murió en el mar del Norte, cuando el destructor británico Gurkha echó a pique con cargas de profundidad, el 23 de febrero de 1940, el submarino que entonces capitaneaba, el U-52. El anterior, el U-34, se hundió el 5 de agosto de 1943, pero fue reflotado el 24 de agosto de 1943. Para desguace.

Características técnicas

- Eslora / Manga / Puntal: 73,3 / 6,3 / 5.7 m
- Propulsión Diesel: 2 motores Vickers de 1.000 CV
- Propulsión eléctrica: 2 motores de 375 CV
- Velocidades: 16,5 nudos en superficie y 8,5 en inmersión
- Armamento: 5 tubos lanzatorpedos de 533 mm
- Artillería: 1 cañón de 76/45 mm a/a.
- Autonomía: 6.800 millas a 10 nudos y 3.200 a 16 nudos en superficie; 150 millas en inmersión.
- Cota de inmersión 90 metros
- Coste 1.318.6000 pesetas (1922)

Diez torpedos descansan en la bahía de Málaga

Los familiares de los tripulantes del C-3 esperan un informe técnico para su rescate

Diario Sur - Málaga

La página negra de los submarinos clase C se comenzó a escribir en Málaga. Si el C-5 se hundió en el Cantábrico la Nochevieja de 1936, días antes, el 12 de diciembre, se iba a pique el C-3 frente a las costas de El Palo. En este caso, su hundimiento tampoco está completamente claro, ya que existen dos teorías de peso: una explosión fortuita de las baterías del sumergible o el impacto de un torpedo lanzado por el submarino alemán U-34, que apoyaba al bando nacional; una tesis avalada por el historiador de la Universidad de Norfolk (EE. UU.) Willard Frank.

La historia del C-3 volvió a la actualidad a finales de los 90, cuando el abogado malagueño Antonio Checa descubrió casualmente los restos del submarino, cuyo rastro había sido enterrado tras la entrada del bando nacional en Málaga y las cuatro décadas de dictadura. La propaganda del bando franquista añadió incluso más confusión a los hundimientos del C-3 y C-5, ya que, cuando adquirieron en 1937 los submarinos ‘Archimede’ y ‘Torricelli’ a la armada italiana, los hicieron pasar por aquellas naves de la República al afirmar que habían desertado para unirse a su causa.

Plan de rescate

Tras los indicios encontrados por Checa, una posterior investigación de la Armada Española, que mandó en 1998 un equipo de buceadores a la zona señalada por el letrado, confirmó la indentificación del sumergible. Esto provocó la movilización de los familiares de los 35 marineros sepultados con el submarino, que han propuesto un plan para rescatar la nave y enterrar a la tripulación. Una iniciativa a la que contestó el pasado febrero el propio ministro de Defensa, Federico Trillo, que admitió que «se está estudiando la viabilidad y el coste» de esta operación, que ronda los 600.000 €, según el proyecto de una empresa alemana.

Una entidad bancaria ya ha confirmado la financiación del reflotamiento, mientras que en este momento se está a la espera de un informe técnico para conocer el grosor actual del acero del submarino y comprobar si su casco soportaría el rescate. El último paso de esta operación es el necesario permiso de la Armada, «ya que en su interior guarda los restos de la tripulación -fallecieron 34 personas- y diez torpedos».

El "C-3" seguirá bajo el mar.
Defensa rechaza reflotar el tercero de los seis míticos submarinos que lucharon en el bando republicano.
Jorge A. Rodríguez - Madrid
El País 03-02-2003